capitulo 12

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LUZ

si esa sirvienta no hubiera llamado a Damián, ya mi sangre abría Sido bebida por el, aún recuerdo como lamía mi hombro y yo... siento un cosquilleo en el vientre...

Se fue por qué lo estaban llamando, y después de que el se fue yo me lanze en la cama como un perezoso.

Sus labios húmedos se posaron sobre la  piel de mi frente, en ese momento me sentí protegida, como si no pudiera ser feliz, sino que debía ser de esa manera.

Al día siguiente...

Me levanté de buen humor, queriendo buscar a Damián y darle Miles de besos en todo el cuer...¡¿Que mierda estoy pensando?!

Me detuve nerviosa y mire hacia los lados del pasillo, cuando no ví a nadie, suspiré y me permití sonrojarme. ¿Porque cuando pienso en el ésto me pasa?

Hoy me vesti muy cómoda, un pantalón corto, y una camisa de tirantes, el pantalón blanco y la camisa verde. Mi pelo estába recogido en un moño alto.

¿Cómo me verá Damián? ¿Me dirá que me veo vulgar? ¿O que me veo bonita? ¿Por qué pienso tanto en lo el me va ha de...?

Un choque contra una persona me detuvo, y también me saco de mis pensamientos, al levantar la mirada me encontré con unos ojos oscuros que me recorrían de pies a cabeza.

Me sentí incómoda. Entonces Damián me ofreció la mano y yo me levanté con su ayuda, al estar de pie, sentí que su mirada me quemaba.

–P-perdón.–murmuré nerviosa.

–Te estaba buscando, luz.–el seguía mirandome de una manera que solo lograba erizarme la piel.

–¿Ah, si? ¿Para que?–hable bajando la cabeza, tal vez me veía ridícula.

Sentí que se acercó un poco más a mí y temblé.

–Quería presentarte a alguien–debia ser el tal wade amigo suyo–¿Pero no quisieras cambiarte?–miró mi ropa, y yo me avergonce.

–¿Me veo muy mal, cierto?–baje aún más mi cabeza–soy una tonta.

Entonces el agarró de mi barbilla, levantando mi rostro, quedando el mío y el suyo a escasos centímetros, nuestros ojos conectaron.

–No, te ves preciosa, Luz.–yo me sonroje, entonces el acercó su rostro aún más al mío, y yo sentí mi corazón latir fuera de control–Te ves deliciosa.–temblé.

Entonces pasó que el no iba hacer lo que yo pensé, sino que me beso la mejilla, yo me quedé como una tonta por mis pensamientos, el alejó su rostro del mío y tomo mi mano con la suya.

–Vamos, nos está esperando.–caminamos por los pasillos, no podía dejar de mirarlo de reojo, de admirar su absoluta e innegable belleza, era tan guapo que parecía irreal, el recuerdo de lo que pasó hace un momento se coló en mi mente.

Yo era como una bomba a punto de explotar, mi cara me ardia tanto que era Insoportable. Solo yo pensé que el me iba a besar, es obvio que no lo haría por qué yo solo soy su esclava o la chica humana. ¿Por qué me importa tanto eso?

Pero dejé de pensar tanto en eso cuando entramos en el jardín del castillo, hasta llegar a una placita que no sabía que tenía.

Me voltee a ver a Damián que se estaba riendo de mi cara de asombro.

–¡¿Por qué no me dijiste que había una plaza en el castillo?!–le exigí, intentando alejarme de él pero recordé que mi mano seguía entre la suya.

El se rió viendo mi rostro, debo verme como una niña malcriada, solo por molestarme por eso.

–¿Es mi culpa que no vieras detrás del castillo? La plaza siempre estuvo ahí, solo que nunca te diste cuenta de que estaba ahí.–defendió.

Solo seguimos caminando y entonces llegamos a un lugar donde estaba un hombre de al parecer veinticuatro años como Damián, pero estaba segura de que tenía muchos más.

Este al vernos se acercó, tenía la piel pálida, el pelo rubio y ojos verdes como los míos. Era alto. Cuando se acercó fue con una gran sonrisa, la cual mostraba sus colmillos afilados.

–¡Vaya, con que tú eres la famosa luz!–se me acercó y tomó mi mano y la besó y sentí como Damián apretaba mi otra mano–Pero no sabía que eras tan hermosa.–Mencionó mirando hacia su amigo.

Me solté de la mano de Damián, no por qué quisiera, sino que no quería que su amigo pensará cosas raras que no son, ví al hombre delante de mí, sonreía mucho y parecía muy alegre.

Tanto que contagiaba esa alegría.

–Y tu debes ser wade.–lo miré y Vi como me recorría con la mirada como lo hizo Damián.

Hablando del señor vampiro, que estaba callado, lo mire tenía sus labios apretados como si estuviera disgustado.

–¡Debiste presentarnos antes, amigo!–miró wade a Damián este solo parecía Serio.

Luego de eso wade y yo hablamos de cosas mientras que Damián permanecía callado detrás de nosotros. No entendía lo que le pasaba, pensé que si estaba su amigo el iba a ser más suelto, más alegre, pero ví que no.

–Tengo que irme.–Wade nos miró a ambos alternativamente–¡Fue un placer conocerte, luz preciosa!–me sonrojé por el apodo.

–Tambien me gustó conocerte, wade.–le sonreí tímida.

–Ya lo sé, preciosa.–otra Vez me sonrojé, no estaba acostumbrada a recibir halagos tan directos a parte de los pocos que me dijo alguna vez Damián.

Wade le dijo algo a su amigo que no escuché, y Vi el rostro serio de Damián tensarse por lo que le dijo.

–Recuerda lo que te dije.–Y entonces se volvió hacia mi–¡Nos vemos pronto Luz preciosa!–Se volvió un murciélago de repente y me sorprendi.

Luego de que se fuera me voltee hacia Damián con una sonrisa, pero el parecía perdido en sus pensamientos.

–¿Damián?

El parpadeó.

–¿Si?

Me puse a su lado, y mire su rostro.

–Gracias por presentarme a wade.–vi como apretaba la mandíbula, y fruncía las cejas.

–¿Te gustó?

–Es agradable.–fue lo único que respondí.

–¿Vamos adentro?–preguntó cuando temblé un poco, estaba comenzando a hacer frío.

Yo solo asentí.

¿Que le habrá prometido Damián a wade? Tengo mucha curiosidad.

Pero no me preocupe más por eso y disfrute del resto de la noche admirando a Damián. Y sintiendo como mi corazón aceleraba cada vez que me veía.

Y así pase un día más al lado de la única persona que sentía que se preocupa por mi.

Me volví la esclava de un vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora