capitulo 10

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Un pasillo oscuro. ¿Acaso estoy en el castillo? Seguí caminando mientras miraba hacia los lados, no se escuchaba nada, y eso era lo que me daba más miedo.

De pronto una habitación se abrió. Y yo me voltee asustada. ¿Que... fue...eso? Pero entonces mis ojos se abrieron gradualmente al ver la silueta de un hombre.

Pero su rostro no se veía.

–Te encontré...–susurró la persona con voz grave, al parecer era un hombre.

Yo di un paso hacia atrás.

Pero me arme de valor.

–¿Quien eres?

El hombre se rió.

–No eres lo que piensas que eres.–parecia un acertijo.

–¿Que quieres decir con eso?–pregunté pasmada en mi sitio y el hombre aprovechó de abrazarme.

Yo me quedé en estado de shock. ¿Por qué me abrazaba?

–Pronto sabrás de que habló, pero por los momentos te toca descifrar muchas cosas, y mientras eso pasa yo te estaré viendo–y mágicamente desapareció.

Y las luces se encendieron y yo sentí un pitido fuerte en los oídos, causandome un dolor muy insoportable.

Abrí los ojos. Me puse la mano en el pecho, mi corazón latía cómo loco. ¿Que significo éso? ¿Por qué me dijo que no era lo que creía que era? ¡No lo entiendo!

Me senté en la cama, estoy segura de que no podría agarrar el sueño, bueno...¿Ahora que hago? Me levanté y encendí las luces de mi habitación.

Mire todo. Está era mi nueva vida y la verdad es que estaba muy conforme, y mi mente presentó una imagen de unos ojos oscuros, esos que tanto me gustaban. Mi corazón se aceleró. ¿Por qué...?

Me pase la mano por la cara, estoy complicando todo, mejor salgo a caminar, salí de la habitación en silencio, y cuando iba por la parte donde estaba el despacho de Damián, me detuve.

La puerta estaba entreabierta y adentro se escuchaba a personas hablando, Damián y una voz femenina. Me gire quedando un poco lejos de la puerta, pero igual se podía escuchar algo.

–¡Te tengo una sorpresa!–Hablo la mujer, que no sabía quién era.

–¿Cuál será?–Preguntó desinteresado.

–¡Voy en dos días!–Yo me quedé sin entender. ¿Esa mujer venía en dos días?

–Me alegro, me haces mucha falta.–Murmuró el, y yo me sentí triste...¿Tan mal se siente conmigo?

–¡A mí también!

Decidí no seguir escuchando esa conversación. Pero realmente tenía curiosidad. ¿Quien era esa mujer? ¡Tal vez era un familiar! ¡Si, eso!

Caminé hacia la fuente del castillo, y me senté en el borde, tal vez solo estoy entrometiendome en algo que no me concierne, después de todo soy Solo...la esclava. ¿Pero por qué me duele tanto?

Metí la mano en la fuente, está fría...tan fría como las manos de...

–¿Que haces aquí a estás horas?–alce la cabeza encontrandome con unos ojos negros brillantes–¿No podías dormir?–yo solo desvíe la mirada, y asentí.

Sentí que se sentó a mi lado y me tensé, apreté mis manos en mis piernas, su presencia era difícil de ignorar. Entonces sentí algo cálido en la mejilla, y abrí los ojos asombrada...

El. Estaba. Besando. Mi. Mejilla.

–¡¿EHHHH?!–chillé, sintiendo el bombeó de sangre frenético en mi cuerpo y las mejillas calientes.

El solo me sonrió, enseñándome esos colmillos blancos, con los cuales deseaba que me mordiera, me puse la mano en la mejilla, y me lo quedé viendo.

–¡¿Por qué me besaste la mejilla?!–mis nervios hablaron.

El solo se encogió de hombros.

–Por que me apetecía.–yo me sonroje más, el reía, pero luego se puso serio–La verdad, lo hice por qué parecías triste, ¿Acaso algo te incómoda?

Yo solo baje mi mano de mi mejilla lentamente, no podía decirle que estaba triste por el, ni siquiera yo entendía como me sentía. Por un momento cerré los ojos, para luego mentir con una seguridad impresionante.

–Solo... Estaba triste por qué mi vida a cambiado tanto, que no entiendo muchas cosas–le sonreí apenada.

El solo me agarró de hombros y yo hundi mi rostro en su pecho, sus manos frías me erizaban la piel, y su olor embriagante me lleno las fosas nasales. Entonces hice algo que no pude controlar, metí mi rostro en su cuello y olí su aroma hipnotizante, en ese lugar era más fuerte.

El se tensó.

–No es correcto.–Me alejó de su cuello y su cuerpo, el me miraba serio y diría que hasta frío, yo me di cuenta muy tarde de lo que había hecho–Eres...

No dijo nada y  cuando dijo "no es correcto, eres..." Sentí que antes había escuchado unas palabras iguales, pero solo que no las recordaba. ¿Pero por qué?

Me puse la mano en la cabeza, intentando recordar, pero todo esfuerzo fue fatuo. Es decir, en vano, negativo, cero, nada de nada.

El me miró curioso.

–¿Que haces?

–lo que acabas de decir...yo siento que antes lo he escuchado, pero no sé de dónde, tal vez es algo importante y no lo recuerdo.–lo mire frustrada.

El se puso un poco nervioso, primera vez que lo veía cosa, rápidamente se acercó y me cargo, me fue imposible pensar en otra cosa que no fuera el cargandome.

–No te esfuerces en recordar.–Me miró de cerca, y tuve ganas de cerrar los ojos, su aliento pegaba de mi rostro–Todo tiene un por qué, Luz.

–Tienes razón–Acepte, mientras me acurrucaba en su pecho, totalmente descarada, aunque lo hice con vergüenza–Ya no lo haré.

–¿Ya tienes sueño?–Me miraba atento, sus ojos recorrían mi rostro y yo me puse roja.

El se rió.

–¡Realmente eres tan tierna!–me puse aún más roja, el seguía riéndose, y de un momento a otro estaba en mi cama con el encima de mi.

No logré hacer ningún movimiento, por qué el me tenía apresada contra la cama, imposibilitando cualquier tipo de escape, aún que eso era lo de menos.

El bajó el tirante de mi camisón lentamente, entonces hizo algo que no pensé.

Sentí algo húmedo en mi hombro, me estremecí, y cuando miré...mi rostro ardió en llamas, el me estaba lamiendo con su lengua mi hombro, sus colmillos se veían, y una punzada se hizo presente entre mis piernas, sus ojos estaban oscuros, los mismos estaban entrecerrados cómo si mi hombro fuera un manjar, la humedad se expandió...

–Ya...no.... aguantó más...–jadeó sobre mi hombro y sentí sus colmillos posarse ahí, y cerré los ojos...

Me volví la esclava de un vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora