Esperanza

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Yisab

Me detuve en el mismo sitio donde había estado esa tarde, caminé hasta el monumento con los nombres de todos mis amigos, el símbolo avenger brillaba en lo alto, desactivé el escudo y recargué mi frente sobre los nombres.

-Es una esperanza- dije en voz baja -No quiero sentirlo, no podría con el dolor si no funciona, ¿que debo hacer cariño?- le pregunté tocando su nombre, recargué la espalda al monumento y me deslicé para sentarme con la espalda recargada en el. -Es imposible hacerlo, pero también era imposible que esto pasara- suspiré levantando mi cara hacia la noche estrellada, las estrellas brillaban mucho más, todo era mucho más limpio, el aire, el agua, la vida del planeta se estaba recuperando de manera increíble y aún así todo siempre tenía un color amargo, si pudiéramos traer a todos de vuelta todo cambiaria, podríamos regresarle la felicidad a todos, esa tarde había recibido la mejor noticia en cinco años pero aún así esto me hacía sentir mucho más confundida, podríamos regresarle su verdadera familia a Mike, lo adoraba pero si pudiera devolverle a su mamá sería el mejor de los regalos, miré el anillo de mi mano -Podrías estar de nuevo conmigo- dije -Te extraño, te extraño igual que el primer día, debo intentarlo, por todos ellos- continué mirando todas las piedras con los nombres de todos esos desconocidos, -Por ustedes, por Mike, por ti cariño, será lo ultimo que intente, no puedo fallarles de nuevo, hoy acepte adoptar a Mike- le dije al aire con la loca idea de que James me escuchaba -Sé que nunca pensamos que esto sería así, jamás pensé ser madre de alguien, pero tengo a Steve a mi lado, estoy segura que estás molesto con nosotros por lo que ha pasado pero cariño, no puedo dejar de amarte, cada que intento avanzar con él tú vienes a mi mente, formar una familia con él parece una locura, pero creo que ambos hemos entendido que sin importar que nunca podremos tener lo que realmente buscamos, tengo miedo, miedo de fallarte de nuevo y no poder protegerte, pero lo haré, es una ligera esperanza, por favor dame fuerzas- terminé suspirando, el aire fresco golpeaba mi rostro, cerré mis ojos buscando el recuerdo de James, sus ojos, su sonrisa, podía verlo todo pero cada vez con menos claridad, el hueco en mi pecho me hizo apretar mi collar respirando tranquila tratando de recordar más, cerré los ojos cansada y sin pensarlo me dormí.

Abrí los ojos sintiendo el calor del sol en el rostro, miré a mi alrededor donde mucha gente comenzaba a llegar al lugar, me puse de pie de prisa, me recargué en la piedra para despedirme del nombre de James.

-No deberías tenerles tanto cariño- dijo la voz de un joven haciéndome abrir los ojos. -Todos ellos nos fallaron, siempre fueron sólo problemas- decía mirando la tabla con rencor, claramente no sabía quién yo era, mi cabello estaba oculto en la capucha de la sudadera que había tomado de mi auto cuanto llegué en la noche. -Debieron morir todos- dijo con odio.

-Ayudaron varias veces- le dije apretando mis puños dentro de mis bolsillos.

-Siempre dañaron más que lo que ayudaban, lastima que algunos de ellos sobrevivieron- continuó, me sonrió con maldad y sacó un pequeño bote de pintura en aerosol -Pero es bueno que hayan quitado ese escudo, realmente quería hacer esto- dijo apuntando la pintura y acercándose a la tabla, tomé su brazo y en un rápido movimiento quité la lata de sus manos y lo empujé ligeramente al suelo, me observó asustado, me hinqué y active el escudo nuevamente, destapé mi cabeza dejando salir mi cabello que ahora casi todos podían reconocer, me puse pie y apreté a lata de pintura con fuerza dejándola caer sobre su estómago.

-Solo lamento no haber podido salvar a la mitad que si valía la pena, lastima que sobrevivieron los cobardes- le dije molesta y me di la vuelta para caminar hasta mi auto.

Manejé directamente a casa de Tony mientras respiraba agitada, esta sería la última vez que intentaría ayudar a los humanos, mi motivación principal era mi familia, estaba cansada de todo su odio sin motivo, siempre trataba de entenderlos pero en ocasiones era imposible y hoy era una de esas, en cuanto llegué pude ver a Morgan bajar las escaleras y correr a mi auto, salí de él y corrí para levantarla en mis brazos, se apretó a mi rostro con sus manitas y besó con ternura mi mejilla, sólo ella tenía el poder de aliviar mis dolores momentáneamente.

De Sombra a Luz 3   ResplandorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora