Desahogo

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Yisab

Steve recorrió la habitación con sus ojos y corrió hacia mi, acercó su mano a mi abdomen presionando la herida con fuerza.

-Tranquilo, para mi desgracia ya no me desangro tan rápido y ya salió- le dije señalando el piso -Solo viene la parte fea- levanté las agujas mostrándoselas. -Pero déjame descansar un minuto por favor- cerré los ojos agachando la mirada, sólo unos minutos serían suficientes para dejarme llevar por eso enorme dolor que ahora parecía hierro ardiente en mi pecho.

-Debe empezar la transfusión antes de coser la herida, de lo contrario perderá la conciencia muy pronto señorita Stark- indicó viernes obligándome a abrir los ojos despacio, me quedé sin moverme solo mirando a la nada, la vida me estaba dando una oportunidad de irme de este mundo y quería aceptarla.

-Yisab- dijo Steve con voz que me parecía muy lejana pero seguí sin moverme mientras sentía la pesadez en mis ojos, la pantalla activa comenzó a parpadear en color rojo, Steve presionó un poco más mi abdomen al tiempo que empujaba mi espalda a la cama, me dejé guiar sin problema, tomó la gran aguja y buscó la vena en mi brazo, la insertó y acomodó la bolsa para empezar la transfusión, me quitó la aguja y el hilo de la mano. -¿Que pasó?- le pregunté sintiendo el dolor en mi pecho presintiendo su respuesta.

-¿Donde estabas?- me dijo sin responder mi pregunta cuando comenzaba a preparar la aguja.

-¿Que pasó Steve?- Volví a preguntar mientras limpiaba la herida para después poner la aguja cerca de mi abdomen, detuve sus manos sujetándolo con fuerza obligándolo a mirarme.

-Necesitas que cierre esto- me dijo con ojos tristes.

-No, sólo déjalo por favor- le supliqué soltando sus manos sintiendo el peso de todo el dolor en mi pecho.

-Sabes que nunca lo haré- respondió volviendo a limpiar la herida -Estaba solo- comenzó - Ahora está muerto pero las gemas no estaban, las destruyó- me dijo sin mirarme y concentrándose en coser mi herida, cerré los ojos y sentí las lágrimas escapar de mis ojos -Lo siento Yis- dijo cortando el pequeño hilo, giré mi cuerpo para darle la espalda, no quería ver a nadie ahora solo quería estar sola, sabía que Tony tenía razón pero la poca esperanza que tenía se estaba derrumbando.

Escuché a Steve moverse y después una ligera sábana sobre mi cuerpo, sentí el movimiento de la camilla y el cuerpo de Steve recostarse a mi lado, puso su mano en mi abdomen con mucho cuidado acercándome a él, me acariciaba despacio con cariño, él mejor que nadie sabía lo que esto estaba doliéndome, cerré los ojos sintiendo como mis lágrimas seguían escapando mientras presionaba mi collar y mi anillo al mismo tiempo, sentí la respiración cambiante de Steve, podía jurar que también lloraba, apreté su mano con la mía y moví la cabeza dejando que pasara su brazo debajo de ella, pegué mi espalda a su pecho apretando mis manos a las suyas y lloré hasta que me quedé dormida.

Abrí los ojos sintiendo el calor del cuerpo de Steve, miré la pequeña bolsa vacía arriba de la cama, sabía que tenía que moverme por inercia, moví su mano despacio y me puse de pie, había dormido durante toda la noche sin pesadillas, al parecer Steve me ayudaba en eso como siempre, giré la vista y pude verlo profundamente dormido, acomodé su cabello y acaricié suavemente su mejilla, era sin duda una vista hermosa, miré mi herida que estaba prácticamente cerrada, quité la aguja y limpié el lugar en silencio, subí a mi habitación dejando a Steve descansando, me di un baño quedándome en la bañera largo rato, no había dormido bien en días y esta última noche había sido excelente, cerré los ojos recordando el día anterior, el mundo empezaría a complicarse bastante y tendríamos que hacer algo, salí del agua, me vestí y salí caminando hacia el jardín con la bolsa de semillas.

De Sombra a Luz 3   ResplandorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora