primer gateo y primer susto

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Spoiler: los niños pueden hacer mucho en poco tiempo.

Luego de esa charla con su jefe, se había quedado pensando un poco en la cuestión de niños malcriados y los límites a imponer.

No quería ser un padre monstruo, lo suficiente para que Anubis creyera que no podía llegar a él si había un problema, sin embargo tampoco quería ser ese padre complaciente que decía "si" a todo, lo que luego traería problemas cuando debiera poner un real "no".

¿Cómo debía ser la crianza perfecta? Sabía sobre la contención de berrinches, sobre que estos eran muy normales desde los dos años porque los niños aún no sabían regular sus emociones como lo hacían los adultos (aunque siendo sincero, como adoraría hacer un berrinche cada que debía hacer filas y la persona de adelante nomás no se decidía que hacer) también entendía sobre la necesidad de mostrar a los pequeños que ellos no estaban solos, que su enfado era legítimo pero que era necesario bajar el tono de voz y de llanto.

Obviamente quería ser ese padre. Un padre que pudiera acunar a Anubis cuando llegara esa horrible edad, lo suficiente para que el niño pudiera respirar normal antes de decir que es lo que quería y él meditara si era o no buena idea dárselo.

Supone que no es lo mismo un berrinche por no llegar a un caramelo o por no querer ir al doctor, a uno de exigencia por alargar su hora de dormir o querer una galleta durante la madrugada.

Eso es otra cosa que debería ver en los siguientes años. ¿Qué podía ceder y qué no? ¿Qué tan bueno era el tiempo fuera? ¿Sus amigos podrían seguir esa rutina si algún día les permitía ser niñeras en casa ajena? ¿O debía aceptar qué la rutina podría cambiarse? ¿Eso era bueno o malo? ¿Y qué tipo de niño sería Anubis? Había visto niños que apenas y hacían ruido, pisando fuerte el suelo mientras señalaban furiosos lo que querían, por otro lado...había algunos que se tiraban al suelo y gritaban y lloraban sin parar.

Le dolía la cabeza de solo pensar en su cachorro haciendo tal escándalo mas sería normal ¿verdad? y eventualmente pasaría a ser algo esporádico a desaparecer por completo...y luego llegaba la adolescencia y volvían al punto uno.

...

¡AHHHH!

¡¿Por qué no había manuales para padres en cada etapa de vida?! O mejor ¡¿Por qué los adolescentes no se comportaban todos iguales para no tener que andar captando señales sutiles de qué tipo de mini adulto repleto de hormonas sería su hijo?!

Lo que le llevaba a la siguiente cuestión.

¿Y si Anubis salía a él en eso? Él fue un desastre y Thot lo sabe -y Neftis, pero ella nunca volvería a su vida, entonces...- nunca fue de ingerir sustancias peligrosas, pero cada fin de semana era una fiesta, con demasiada música, mucho alcohol y poca ropa.

Sabía que sus padres habían intentado detenerlo, cosa que fue en vano y no bajo la intensidad hasta que llegó a los diecisiete y entendió que estaba a un paso de entrar en la universidad y ya no podía seguir ese ritmo.

¿Anubis sería cómo él? ¿Finalmente sería su karma por las canas prematuras en la cabeza de su padre? ¿Por las arrugas en el ceño fruncido de su madre? ¡¿Eso le esperaba a él?!

Gimió mientras golpeaba su cabeza en la mesa de la cocina.

¿Cómo una simple pregunta acabó en una lluvia de pensamientos sobre su futuro cabello canoso? ¡Por los dioses! ¡Anubis ni siquiera había llegado a la etapa de entender el "no"! faltaba muchísimo para llegar a los terribles dos años.

-¿Dada? - la voz babeante de su hijo le sacó de sus pensamientos. Allí estaba, acostadito en la alfombra de lana que le habían regalado, mirándole con grandes ojos inocentes a la par que intentaba agarrar una abejita de tela para, seguro, morder o meterse en la boca.

-Quiero que sepas que no te compraré cada dulce que pidas- le advirtió, acercándose. Su hijo solo tomó su manito, empujando los juguetes que colgaban. -Mira Anubis, espero esta no sea una vista al futuro porque, de lo contrario, sacaré el dinero de tu mesada para mi tinte.

Dicho eso, revisó que la puerta principal estuviera bien cerrada y luego la que daba al balcón. Con todo seguro para el bebé, se fue al baño a darse una ducha muy necesaria.

¿Qué podía hacer Anubis en quince minutos si ni siquiera sabía gatear?

En pocas palabras: MUCHO.

-¡Seth! ¿y Anubis? -al parecer la cita con Maat acabó rápido. No le importó mucho y siguió secando su cabello.

-¡En su alfombra, donde siempre está! -Cuando no se volvía pegajoso, no quería comer, no quería abrazos y no quería dormir su siesta sobre su pecho.

-¡No hay nada aquí, no juegues esas bromas! -...

Dejó la secadora de pelo y salió del baño a una velocidad que hasta Flash envidiaría.

-¡¿Cómo qué no está?! ¡Lo deje allí luego de comprobar qué toda la habitación estuviera segura para él! -fuera la mesa del café, lejos los encendedores, tapas en los toma corrientes, adiós objetos filosos.

Todo lo necesario para que su hijo no se lastimara.

-Pues el niño no está-Si el pajarraco estaba asustado, él también estaba aterrado. -Bueno, respiremos. Es un niño, es pequeño, no camina y la puerta del balcón está cerrada así que allí no fue. -gracias, gracias, gracias. -¿cerraste la puerta de la casa? No recuerdo si tuve que abrirla o no.

...

-¡No lo recuerdo! -¿Lo hizo o no? La ansiedad le impedía concentrarse en otra cosa que no fuera el hecho de que SU bebé no estaba en esa maldita alfombrita. - ¿Crees qué...? -¿Que salió y rodó por las escaleras?

Thot negó.

-No, si lo pienso bien. En lo que tardaste, le habría visto. -ambos se estremecieron. -y nadie entraría por un bebé. Si la puerta principal estaba cerrada, la del balcón también al igual que las alacenas de la cocina, solo quedan las habitaciones. ¿Ya lo has visto gatear?

Le dio un zape.

-De haberlo visto me lo hubiera llevado al baño conmigo. No seas idiota y ayúdame por favor.

Y con eso dicho, fueron a revisar cada parte del departamento.

Tras los sillones no había nada, tampoco en el cuarto de trastos ni en el baño. Su habitación estaba vacía y el lugar de lavado igual.

Solo quedaba la habitación de Thot ¿y si Anubis tampoco estaba allí? ¿Qué tal que si salió y cayó? ¿O si realmente alguien entró y se lo llevó? ¡¿Por qué fue tan estúpido de dejarlo solo aunque fuera por 15 minutos? ¡Si siempre escuchó esa frase de no descuidar a los hijos ni un segundo!

¡¿Qué pasa si...?!

-¡Seth, ven a ver esto! -Corrió, literalmente, corrió hacia el cuarto del teñido, esperando lo peor.

En su lugar lo encontró con el teléfono en mano mirando hacia abajo. Siguió la zona de mira solo para ver a su bebé dentro de una caja que Thot usaría más tarde para llevar los libros que donaría a la biblioteca local.

Anubis estaba sano y salvo, pareciendo un gatito bebé que solo buscaba confort.

Al diablo, se dejó caer al piso a pesar de los gritos de su compañero de piso de si estaba bien.

Cerró los ojos, el alma finalmente en su cuerpo. Y hubiera seguido así si no fuera por la manito que tocó su rostro.

Su pequeño querubín se había salido de la caja, gateando, y llegado a él solo para consolarlo. Su mirada oscura se veía completamente confundida, su cabecita ladeara como un cachorro.

-Casi me matas de un susto-Le regañó, alzándole en brazos. -Te amo, pero nunca vuelvas a hacerlo o te castigaré. -Por supuesto, Anubis solo chilló alegre, aplaudiendo.

Parece que era momento de poner seguros en las habitaciones también.

❤️ ¡Papá Seth!❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora