Primer día en el trabajo y primer cumpleaños

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¿Saben que en Ennead no podemos tener cosas bonitas por mucho tiempo :D?

Anubis hoy cumplía un año y era sorprendente la cantidad de tiempo que había pasado desde que lo encontraron en la puerta que daba al edificio de apartamentos ,siendo un bebé que apenas llegaba a los dos meses, hasta ahora, siendo ya un infante que hablaba y caminaba lentamente.

(Y tomado de sus manitas, cosa muy importante. Su hijo tenía la gracia de una jirafa bebé, lo cual provocaba que cada que intentaba correr, se chocara o tirara algo. Aunque eran cosas plásticas, aun podía hacerse daño.)

(No hay que hablar de la posibilidad de que intentara correr por el pasillo, escaleras abajo. Ese miserable escenario lo perseguía en pesadillas.)

Por supuesto había querido hacerle aunque sea una mini fiesta para celebrar su llegada a sus brazos – donde permanecería sano y salvo hasta los cincuenta mínimamente – pero lamentablemente el deber llamaba y justo la fecha cayó un viernes, un día de semana en el cual debía trabajar.

Por si fuera poco no tenía niñera disponible. Thot debía dar un examen importante –por lo que usaría todas las horas disponibles antes de entrar al salón para estudiar – y la chica que solía llamar estaba enferma y si había algo que no quería es que Anubis contrajera gripe tan pequeño.

Lo bueno es que la empresa en la cual era empleado poseía una zona de guardería para los trabajadores que necesitaban de alguien que les mirara a sus hijos, lo malo es que realmente hubiera preferido quedarse en casa y hacerle algo bonito a su niño chiquito.

Bien, ya habría otros cumpleaños mucho más importantes que Anubis recordaría. Cumpleaños que no podía evitar imaginar ya en su mente ¿podrían hacer uno temático? Su hijo se veía adorable con los mamelucos de animalitos, especialmente los de perrito, aunque los de gatito tampoco le sentaban mal.

—No pongas esa cara, papá sobreprotector. Anubis tiene aún muchos cumpleaños que sí va a recordar. ¿Te recuerdo qué habrá algunos donde deberás lidiar con cinco, diez o hasta veinte niños? Porque con lo carismático que es, seguramente obtiene veinte amigos. —Thot se veía horrible.

Desde hace tres días que apenas comía, dormía o se bañaba debido a esa prueba que era –según sus palabras – la más importante del año. Se veía claramente estresado por todo, por lo que le había recomendado que fuera al departamento de Maat en un intento de que pudiera estudiar sin un cachorro entrometido tras de él.

Había funcionado bastante bien, habiendo vuelto recientemente porque 1: iba a llevarse a Anubis al trabajo. 2: era el último día de estudio, ya no iba a alterarse por cualquier pequeña cosa.

—Lo sé perfectamente. Para entonces viviremos en una casa más grande donde mi cachorro pueda correr con un montón de mini plagas que no podrán eclipsar su belleza y luz. —Tiró de las hermosas mejillas regordetas, adorando que aun las poseía.

Ya había varios rasgos que se habían acentuado en la carita de su niño. Cada vez se notaba más que iba a poseer bonitos pómulos junto a lindos labios rosados. La mirada ónix repleta de brillo como un cielo nocturno estrellado en combinación con los rizos negros que en algún momento de su vida iba a cortar –pero no pronto. Si su hijo odiaba el corta uñas ¿cuánto odiaría las tijeras?– Le hacían un bonito pequeño querubín que robaría muchas miradas.

Tendría que buscar trucos para deshacerse de adolescentes hormonados a futuro.

—No te vayas al futuro, puedo ver tu cara. Tiene un año, falta para que vengan adolescentes a pedir sacarlo a "jugar" —Le dio un pequeño gruñido ante la clara insinuación. Eso NO iba a pasar, no delante de sus narices. —Bien señor alfa, crea lo que quiera creer. —Un suéter le fue lanzado al rostro. —Abríguese que hace frío. —y entonces el pajarraco salió directo a su habitación, encerrándose.

❤️ ¡Papá Seth!❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora