Luego de cenar algo, Lexa tomó un relajante baño. Llenó la tina de agua a temperatura media, como a ella le gustaba, encendió varias velas y las colocó alrededor, para darle ese ambiente relajado y tenue. La castaña era una amante de las aromáticas, así que prendió un par de lavanda y vainilla.
Buscó en la lista de música de su teléfono algunas baladas, para completar el perfecto momento en el que su mente se desconectaba del mundo, y todos los músculos de su cuerpo se distendían agradablemente bajo la calidez del agua y las burbujas. Incluso, a veces le gustaba hacer meditación mientras tomaba esos agradables baños de inmersión. Sin lugar a duda el agua era su habitad favorita, le gustaba imaginarse como un agraciado cisne blanco nadando en un calmo lago.
Puso una de sus canciones favoritas, Praying for time, del cantante inglés, George Michael, cerró sus ojos y se relajó por completo. Hasta que, a los pocos segundos su teléfono vibró, interrumpiendo el buen momento. Frunció su ceño, sopló algo molesta, preguntándose quién demonios osaba molestarla en ese instante. Abrió sus ojos algo extrañada por la hora, eran las 3:18 de la madrugada. Sus pocos amigos o contactos no la llamaban a esas horas, a no ser que fuera una emergencia. Pero cuando leyó el breve mensaje en la pantalla, sus labios se curvaron sintiendo esa energía recorrer su cuerpo nuevamente.
'C.G.
Espero hayas llegado bien a casa. Gracias nuevamente por llevarme a la mía.'
Pensó unos instantes si le contestaba a la linda detective. Ella sabía bien que se estaba metiendo en problemas si seguía el coqueteo con la rubia. Esa noche había logrado contener sus impulsos carnales, al rechazar la tentadora invitación de Clarke de subir a su departamento, cuando habían llegado a su edificio. Lexa había argumentado que no podía relacionarse con los clientes, y la detective pareció entenderlo sin problemas. Asimismo, Clarke le pidió su teléfono para darle su número por si alguna vez necesitaba ayuda, ya que, acorde con la oficial de la ley, le debía una, por haberla ayudado con esos idiotas.
Lexa en realidad le hubiese gustado decirle que ella le debía nada menos que la vida. Que ocho años atrás, la detective y su padre la habían rescatado justo en el momento en el que iba a ser ejecutada por los hombres de los hermanos Morales. Pero por algún motivo decidió guardar silencio, y sin meditarlo le extendió su teléfono, curvando levemente sus labios, muy a pesar de que un pequeño individuo en su cabeza le decía que no era una buena idea involucrarse con la detective Griffin.
Clarke anotó su número con las iniciales de su nombre, y rápidamente antes de devolverle el teléfono a Lexa, envió un mensaje al suyo propio, para tener guardado el número de la bella bailarina. La castaña elevó sus cejas y sacudió su cabeza, sonriendo ante el atrevimiento. Sin lugar a duda, Clarke Griffin sabía cómo obtener lo que quería, pensó. La verdad era que una parte en su interior celebraba que la detective lo hubiese hecho, ignorando una vez más ese individuo que seguía tratando de advertirle en su cabeza, de que era mejor mantenerse a cierta distancia de la oficial.
El viaje en la moto había sido bastante agradable y hasta incluso Lexa podría decir, muy cálido, a pesar de la helada noche de diciembre, hasta había nieve en las calles de la nevada de la noche anterior. Lexa no sintió en absoluto esas bajísimas temperaturas, el calor que irradiaba el cuerpo de la detective aferrada a su espalda, era uno muy agradable, que deseaba tener en cada viaje a partir de esa noche. Esas fuertes manos de Clarke sosteniendo su cintura, las que traviesas luego de un par de minutos se deslizaron debajo de su camisa, la hicieron estremecerse y sonreír como una idiota.
No fue fácil mantener la concentración en el manejo y el tráfico. Mucho menos unos segundos más tarde sintiendo el rostro de la rubia recostado en su espalda, como si estuviera sintiendo los latidos de su agitado corazón. Pero lo que más disfrutó Lexa, fue sentir esos preciosos y voluminosos pechos de la detective. El frío viento que ella soportaba de frente casi ni lo sentía, con la temperatura elevada que su cuerpo había adquirido gracias a la atrevida detective. Estaba segura de que Clarke había percibido cuánto le había afectado ese acercamiento y esas cálidas manos acariciando la piel de su trabajado abdomen, porque no pudo evitar tener que respirar hondo un par de veces para equilibrarse.
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Más que una Mujer (Versión nueva)
FanfictionClarke es una problemática detective de la policía de Boston. Lexa es una profesora de baile de día, y una sensual bailarina erótica de noche, con un oscuro pasado. Ambas mujeres se encontrarán por primera vez en una trágica noche en la que Clarke...