Capítulo 3

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Lexa por suerte no necesitaba desnudarse cada noche ya que tenía otro empleo de día en la academia de baile 'Let's dance' donde daba clases de baile de diferentes estilos, aunque su especialidad eran los ritmos latinos. Las propietarias de la academia eran sus muy buenas amigas Luna Forrest y Gaia Hobson. No era el gran salario, pero junto a lo que obtenía en el club nocturno como stripper, le alcanzaba para pagar la renta del departamento donde vivía y la mantención de la motocicleta que había podido comprarse de segunda mano.

Los dos salarios también le rendían para cubrir el costo de su seguro social, sus ropas, su teléfono, el internet y alguna diversión que deseara darse de vez en cuando, como ir al teatro y al cine, o bien asistir al pub algún que otro fin de semana donde se encontraba con su gente, con quienes iba a bailar hasta la madrugada en su club favorito de ambiente, el 'TonDC'.

Lexa adorada particularmente asistir a las obras de valet clásico y moderno en el teatro. Entre sus clásicos favoritos estaban 'El Lago de los Cisnes' y 'Cascanueces'. Ella hubiera soñado con ser una bailarina clásica, pero las circunstancias algo especiales en su vida nunca habían dejado que cumpliera con ese particular sueño, así que lo máximo que logró fue convertirse en una instructora de baile.

Tiempo atrás...

Lexa se había despertado encandilada por la luz del sol que trató de cubrir con su brazo. Casi de inmediato sintió su estómago revuelto y tras incorporarse un poco vomitó bastante agua salada. Sus ropas estaban húmedas, como si se hubiera dado un baño en el mar con ellas puestas. Sus largos cabellos mojados eran una maraña mezclados con la arena.

Tras recuperarse un poco, continuó en su lucha por cubrirse de la intensa luz solar que le producía un espantoso dolor de cabeza. Aún cuando se sentía algo mareada se incorporó un poco más sentándose en la arena de una aparente playa completamente desierta. Lo único que había allí además de ella eran algunas gaviotas revoloteando cerca y algún que otro barco navegando bastante lejos, casi perdiéndose en el horizonte del océano azul bastante calmo.

Notó que sus ropas estaban algo rasgadas y tenía algunas heridas leves, bruces en sus piernas y en sus brazos. No podía recordar nada, qué le había sucedido o cómo llego allí, ni siquiera tenía idea de quién era ella misma. Solo sabía su primer nombre, 'Alexandra'. No apellido o algún recuerdo de familiares o amigos.

Tras recuperarse un poco, mirando hacia todos lados sin divisar una sola alma, buscó en los bolsillos de su pantalón algún rastro de identificación personal, o algo que le dijera quién era y dónde se hallaba. Todo lo que encontró fue algo de dinero y una pequeña tarjeta, aparentemente de cumpleaños, firmada por un tal 'Paul'. Imaginó que podía ser un amigo de ella o algo más, particularmente por la manera afectuosa en la que se refería a su persona en la misma:

'¡Felices 14 años, Alex!

Espero te gusten estas rosas del jardín de mi abuela que siempre te han encantado, especialmente su perfume. Que tengas un día inolvidable preciosa mía.

Paul

1 de Julio de 2011'

Luego de leer esa borrosa tarjeta pudo corroborar el nombre que se le presentaba en la mente, con ese diminutivo de Alexandra. Así también como la aparente edad que tenía. Se puso de pie y comenzó a caminar hacia lo que pudo notar era una carretera no muy concurrida y a lo lejos lo que parecía una gasolinera.

Al llegar ingresó en el baño y se limpió sus heridas, se lavó el rostro notando un raspón en su barbilla algo morado. Seguidamente higienizó sus manos y sacudió el resto de arena de sus ropas un poco más secas ya. Milagrosamente logró acomodarse un poco los revueltos cabellos en una cola con una banda elástica que alguien había dejado en el lavabo.

Más que una Mujer (Versión nueva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora