Capítulo 10

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Durante el viaje hacia la academia, Lexa se preguntaba qué demonios hacía Clarke, en el edificio donde Anya tiene su consultorio. No creía en esa visita a una, 'supuesta amiga', que, por cierto, le seguía dando algo de escozor el recordarlo, y, al mismo tiempo, no entendía por qué mierda le importaba si la detective tenía alguien en su vida. Porque a pesar de que se lo había negado, ella pudo percibir la mentira en esos ojos azules tan transparentes.

¿Acaso Clarke la estaba siguiendo como una de esas acosadoras? A pesar de ser una detective, no podía estar segura de que no fuese una de esas personas que se obsesionan con otras. Aunque más allá de todas sus cuestiones, dudas y posibilidades en torno a Clarke, sentía que era buena gente, solo con un maldito problema de adicción.

Por otro lado, Ontari se estaba convirtiendo en un verdadero grano en el culo. Ya era como una sombra detrás de ella, preocupada algo más de la cuenta, diría Lexa, de que no se metiera con su rubia adorada y soñada. Y muy a pesar de poder entenderla, le estaba colmando los nervios con esa marcada histeria y celos.

En conclusión, la linda detective Griffin era todo un gran y muy complicado problema, pero había algo que la preocupaba aún más, el hecho de que esa mujer ya se le había metido en la cabeza, y por así decirlo, también en sus bragas. Y ese, sin lugar a duda, era el mayor de los problemas, porque no podía parar de seducirla o seguirle el juego de coqueteo cada vez que se la encontraba, y ni que hablar de lo que su sola presencia le hacía sentir.

Maldijo bastante todo y a todos, apretando el acelerador de su Harley un poquitín más de lo permitido, intentando sacudir sus pensamientos y cavilaciones porque solo creaba más incógnitas y la ponía de un gran malhumor. Además, no quería llegar a tarde a su clase matutina en la academia.

Por su parte, Clarke entraba al consultorio de la psicóloga Forrest, con una sonrisa que aún no podía borrar de su rostro, producto de haberse cruzado, sin esperarlo, con Lexa. En su cabeza todavía le daba vueltas con el qué hacía la castaña saliendo de ese edificio. Asimismo, se dijo que no tenía tiempo para adivinar, o meditar mucho en ello, de otra manera, llegaría tarde a su primera cita con la profesional. Así que luego de tocar el timbre desde la calle, y que la secretaria de la licenciada la hiciera pasar, tras presentarse, subió por las escaleras hasta el primer piso donde el consultorio de la psicóloga se hallaba. El edificio poseía tres plantas, y, a pesar de poseer un elevador, Clarke siempre prefería usar las escaleras. No le agradaban mucho los espacios chicos y en movimiento.

Una vez dentro del departamento 1A, y luego de quitarse su chaqueta, la colgó en un perchero cercano. Saludó con un apretón de manos a la amable secretaria, una mujer de mediana edad, que le ofreció tomar asiento en una de las sillas que se hallaban en el pasillo, hasta que la psicóloga Forrest estuviese lista para recibirla. Clarke tomó asiento y le dio una mirada a su reloj, faltaban exactamente dos minutos para la hora acordada. Le agradó notar que había llegado temprano. Por lo general, solía ser bastante puntual con sus compromisos, excepto cuando había bebido la noche anterior. La recepcionista le ofreció algo para tomar mientras esperaba, pero Clarke declinó la oferta con una leve sonrisa agradeciendo el ofrecimiento.

Cuando el reloj que colgaba en la pared marcó las 9:30 en punto, la puerta al fondo del pasillo se abrió, apareciendo una mujer en sus treintas, cabellos rubios y aspecto asiático. En cuanto sus ojos hicieron contacto con Clarke, una sonrisa amable se dibujó en el rostro, al tiempo que caminaba en su dirección.

Clarke supuso que era la psicóloga Anya Forrest, y quiso que la silla donde estaba sentada se la tragara, tratando de pasar la bola de saliva atorada en su garganta. La mujer era de infarto, quien tenía un andar como tan elegante como si fuese una de esas modelos en las pasarelas. De repente, la bella imagen de la licenciada acercándose hacia ella, se transformó en cámara lenta, en la afectada mente de la detective.

Más que una Mujer (Versión nueva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora