𝐈𝐅 𝐈 𝐊𝐈𝐋𝐋 𝐒𝐎𝐌𝐄𝐎𝐍𝐄 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 | Yang Jungwon ✓

VEINTISÉIS

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❛ ☁️ # capítulo 26﹡◦⠵ ⁺

Decir que las cosas no estaban raras entre ellos desde aquel día, era una vil mentira. Y sobre todo, no ayudaba en lo absoluto el hecho de que todo el mundo hablaba de lo que le sucedió a Minho. Se encontraban en el aula, mientras el profesor Seo impartía su clase, dos oficiales de policía irrumpieron en el aula acompañados del director.

Jungwon apretó la mano de Inara, mientras sentía como el aire abandonaba sus pulmones, al mismo tiempo que la chica alejaba su mano y lo ignoraba por completo.

—Buenos días chicos, soy el oficial Moon y como pueden imaginar... Mi compañero y yo estamos aquí para informarles que hemos dado por empezada la investigación contra el intento de homicidio de su compañero, Hwang Minho.

—Así que, estaremos interrogándolos en el transcurso del día durante el horario escolar. Cualquier información que nos brinden será de mucha ayuda para la investigación.

Inara conocía a ese hombre. Lo reconocería en cualquier lugar, Lee Taeyong era amigo de sus padres. Incluso había ido al jardín de niños con su hijo, Lee Jeno.

El grupo se llenó de un incómodo silencio, hasta que alguien alzó la mano.

—Dijo que había sido un intento de homicidio... —Jiung no era cercano a Minho, pero definitivamente, le gustaba estar enterado de todo— ¿Eso quiere decir que Minho está vivo?

Todos comenzaron a susurrar y murmurar al mismo tiempo. Jungwon sentía que en cualquier momento iba a vomitar.

Los hombres se dieron una mirada, hasta que el director interfirió antes de que pudieran responder.
—Su compañero está luchando por su vida —fue lo único que dijo el director Kim—. La familia Hwang necesita todo el apoyo necesario en estos momentos... Y claro, todos esperamos la pronta recuperación y el regreso de Minho.

Inara quizo reír ante aquellas palabras. Nadie quería a ese idiota de regreso, podía decir abiertamente, que más de una persona en ese lugar lo quería muerto. Porque Hwang se había empeñado en hacerle la vida imposible a más de uno.

Se mantuvo absorta a lo que esas personas decían, hasta que, sorpresivamente, escuchó su nombre. Todo el mundo se giró a verla, expectantes y curiosos.

—¿Te molestaría acompañarnos? —Lee Taeyong le dio una sonrisa "tranquilizadora", mientras esperaba a que se pusiera de pie y les siguiera afuera. Inara se levantó, alisó su falda y le dio una rápida mirada a Jungwon, quien parecía que iba a soltarse a llorar en cualquier momento.

La chica se adelantó a salir de ahí seguida de ambos oficiales y el director. No estaba nerviosa, pero sí inquieta. ¿Por qué diablos habían decidido entrevistarla a ella primero? Aunque ese no era el problema, tenía que hablar seriamente con Jungwon y practicar lo que sea que tendría para decir. No podía permitir que metiera la pata y los hundiera a ambos.

—¿Cómo están tus padres? Ha pasado un tiempo desde la última vez que los vi... —Taeyong había entendido por completo el hecho de que la chica solo le sonrió de manera incómoda ante aquellas palabras— Esto será rápido, no te preocupes... Tampoco te asustes. Decidimos que te interrogaríamos primero ya que el director Kim nos informó que tú eres la tutora de Minho.

Bueno, eso tenía sentido.

—Dime, ¿cómo era tu relación con Minho? ¿Notaste alguna actitud extraña de su parte los últimos días que le viste? ¿Tienes idea de lo que pudo haber sucedido?

Conocía a Taeyong, pero ese otro hombre: Moon Taeil, era intimidante. Porque ni siquiera había dicho una sola palabra, tan solo la miraba fijamente como si fuese culpable de algo.

—No éramos amigos cercanos, pero nos conocemos desde hace años, fuimos juntos a la escuela media. No note ninguna actitud extraña de su parte... La última vez que lo vi fue en nuestra usual tutoría, esa misma tarde me invito por un helado y tuvimos una salida tranquila, al día siguiente no volví a saber nada de él.

—Muy bien... —murmuró Moon, mientras anotaba algo— La madre de Minho mencionó algo acerca de que ustedes tuvieron un par de problemas antes, ¿eso es cierto?

—Si, pero eso fue hace años... Éramos niños. Desde entonces Minho y yo no volvimos a tener ningún otro percance. Somos muy buenos compañeros.

¿Debería decir algo más? ¿Inventar otra cosa? ¿Culpar a alguien? Lo único que debía hacer era desviar cualquier tipo de atención de Jungwon, aunque no había probabilidad alguna de que sospecharan de él, sobre todo por el hecho de que es nuevo en la escuela... Y la última víctima de Minho.

—En realidad... —lo dudó un poco.

—¿Tienes algo más que decir, Inara? Puedes confiar en nosotros, todo lo que digas permanecerá aquí —Taeyong finalmente estaba cayendo en su pequeño rostro de mosca muerta.

—Los amigos de Minho, Jeo-jun y Minyeong... Son muy conocidos por acosar a varios estudiantes, y c-creo que... E-ellos...

Que buena era fingiendo.

—Oye, está bien, tranquila... —Taeil le tendió un pañuelo, al ver las lágrimas que habían comenzado a salir de los ojos de la chica.

—No quiero culpar a nadie, pero Minho era un buen chico —Dios santo, iba a vomitar—... Él jamás habría sido capaz de meterse con alguien, y mucho menos tener amigos como ellos. Creo, no, estoy segura... Que esos chicos lo molestaban y lo mantenían cerca con la excusa de ser sus amigos para seguir intimidándolo. Más de una vez les vi discutir, todo el mundo lo hacía. Jeo-jun una vez lo golpeó frente a todos en clase —y eso era cierto, pero el chico lo había hecho porque Minho se había metido con algo demasiado personal para él—. Solo quiero que Minho esté bien... —sollozó finalmente, mientras se limpiaba el rostro con el pañuelo— Él no merece nada de esto.

Lee y Moon se dieron una mirada, mientras asentían estando de acuerdo en lo mismo: Inara decía la verdad.

—No te preocupes... Haremos lo posible por solucionarlo. ¿Te sientes bien como para ir a clase? Puedo decirle al director que te deje volver a casa ó llamarle a tus padres.

—No, estoy bien... —respondió, restándole importancia— Espero haber sido de ayuda.

—Lo has sido. Muchas gracias.

Salió de ahí limpiándose el rostro con molestia, mientras apretaba los puños sintiendo sus uñas encajarse en las palmas de sus manos.

Tenía que hablar seriamente con Jungwon.