𝗜𝗙 𝗜 𝗞𝗜𝗟𝗟 𝗦𝗢𝗠𝗘𝗢𝗡𝗘 𝗙𝗢𝗥 𝗬𝗢𝗨, yang jungwon ( 🌪️ )
━━espero que esto te haga feliz, porque ya no hay vuelta atrás... ⋅₊˚.
Jungwon era inocente, pero Suh Inara, era completamente culpable de todas y cada una de
las desgracias en la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había pensado mucho en todas las posibilidades y sucesos que podrían avecinarse si Hwang Minho despertaba. Porque sí, extrañamente, se había olvidado por completo que ese idiota no estaba muerto. Aún.
Jungwon finalmente había logrado superarlo, al menos ya no tenía pesadillas por las noches y se había obligado a sí mismo a creerse la historia que Inara y él le habían inventado a los policías, en el interrogatorio. Pero aún así, ella no estaba del todo conforme. ¿Y cómo lo estaría? Si Minho llegaba a decir una sola palabra, sería el fin de Jungwon... Y ella se hundiría junto con él.
Había considerado la idea de hablarlo con él, pero no estaba dispuesta a perturbar su tranquilidad... No cuando las cosas ya se habían arreglado en su relación. Soltó un suspiró mientras se recostaba al lado del chico, quien seguía demasiado agitado por lo que había sucedido minutos atrás. Le dio una sonrisa ladina y la besó de una manera descuida e intensa. Jungwon aveces era insaciable, pero realmente no le molestaba en lo absoluto.
Jungwon suspiró, mientras la veía fijamente. Aveces, estar juntos era algo demasiado... Íntimo. Más allá del sexo, la intimidad que había entre ellos era demasiada. Los besos, las miradas, los abrazos... Todo se sentía tan cómodo. Como en ese momento, el fugaz beso que Jungwon dejó en su mejilla había sido algo muy íntimo. Se sentía de esa manera.
Porque la veía de una forma inexplicable, con deseo... Con amor. Jungwon la amaba. ¿Pero la seguiría amando incluso cuando se enterara de la verdad? ¿De todos sus secretos? ¿Incluso cuando ella misma había sido una de las causantes de su sufrimiento tiempo atrás?
—Si algún día tú... Te enterarás de algo sobre mí que es realmente delicado y que definitivamente me hace culpable de muchas cosas malas, ¿me seguirás viendo de la misma manera, Won?
Incluso cuando había tratado de no decir aquellas palabras con tristeza, no lo había conseguido. Realmente le entristecía pensarlo, y eso era extraño, por qué aveces ni siquiera podía experimentar esos sentimientos.
—¿Estamos hablando del pasado? —preguntó el chico y ella asintió, sin despegar su mirada de la suya— Entonces no me importaría en lo absoluto, porque la persona que eres ahora no es la misma que eras antes... Te amaría incluso si hayas cometido el crimen más grande del mundo. Yo jamás podría verte de una manera diferente.
Inara sonrió, incómoda. Porque incluso ella sabía que cuando Jungwon se enterara de lo que había hecho, definitivamente, lo único que el chico sentiría era odio. Un odio que definitivamente se merecía. Pero en ese momento, había preferido mentirse a sí misma y creer en sus palabras.
Estaba enferma. Demasiado. Y sabía perfectamente, que la locura no tiene cura. Su abuela lo había dicho una vez, era un maldito peligro para todo el mundo. Porque Inara solo tenía ocho años cuando degollo al estúpido gato de la madre de Johnny, dejándole un pequeño regalito a su adorada abuela en su costosa alfombra. Pero solamente era una niña, ¿no? Los niños son niños... Y no saben lo que hacen, Doyoung le había repetido esas palabras mientras le ayudaba a lavarse las manos para quitarse la sangre de ellas.
❛ No eres un monstruo, mi amor ❜. Era lo que le había dicho. Toda su infancia, esa maldita mujer se había empeñado en recordárselo... Pero su padre siempre le hizo saber que no era así. ¿Cómo es que aún cuando tenía la ropa y el rostro sucio de sangre, seguía viéndola con tanto amor? ¿Cómo es que Doyoung seguía lavándole las manos cada vez que se ensuciaba?
Tan solo esperaba jamás lastimarlo con su egoísmo, porque realmente, de la familia que se supone que tenía, era a la única persona a la que jamás quería perder. No iba a soportarlo si así fuera. Porque después de todo, la sangre de ese molesto gato no había sido la única que ha tenido en sus manos antes.
