Capítulo 9: Tampo

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Tampo—. Término filipino que se refiere a un comportamiento silencioso o distante que una persona adopta cuando se siente herida, forma de expresar enojo o frustración sin necesidad de decirlo directamente

Madison bebió de un tirón y dejó que el alcohol quemara su garganta. Quería sentirse más libre, más tranquila y relajada sin necesidad de que las emociones se leyeran a través de sus ojos. Había funcionado, y ella lo intentaba. Fue a una mesa alterna donde jugaban Beerpong, intentaba divertirse siempre que él no estuviera cerca. Igual, no era muy difícil evitarle, considerando que estaba distraído en una esquina del salón con Jessica, conversando de cerca.

—Me toca —dijo un muchacho a su lado, arrancándole la pelota de entre sus dedos.

—Ey, era mi turno.

El muchacho giró a mirarle con un falso puchero en los labios y la ignoró. Lo miro detenidamente, pensando si el alcohol le estaba jugando malas pasadas o si estaba en lo cierto. Lo miro de largo, durante al menos diez minutos mientras jugaba y bebía, tenía rostro serio y no parecía bastante animado como los demás. Lo conocía desde que era niña, así como a Rhett por supuesto, era el mejor amigo de la infancia de Aaron. Lo había visto muchas veces jugar en su casa, como si no hubiese otro lugar al qué ir.

—¿Quién quiere jugar? —gritó Joe, levantando una botella en el salón, al lado de la mesa donde servían las bebidas—. Vengan, no sean aburridos, ¿quién se une?

Siguió a los demás de cerca y se sentó en el sofá, justo al frente de ese rostro conocido. No se atrevía a hablarle porque estaba mortalmente serio y, sobre todo, por las pocas ganas que tenía de estar allí. Era Taylor Bradford, estaba casi tan convencida que no pudo evitar sentirse un poco feliz de ver un rostro conocido allí. Era grandioso, así podría acercarse a él y preguntarle qué había sido de él. Por supuesto, se le cruzó por la cabeza la idea que le había dado Travis horas atrás. ¿Sería una mala idea si intentaba hablarle al menos por cortesía?

—Verdad o reto, solo una verdad por persona —dijo Joe cuando todos se vieron reunidos alrededor de la botella.

Ella asintió, ligeramente más animada y entonces, cuando levantó la vista, los vio. Había tanta gente reunida que apenas había logrado ver a Rhett jalar una silla con ellos. Su estómago dolió y sus mejillas enrojecieron cuando lo vio sonreír a Jessica, abrazándola de la cintura mientras esta se sentaba bastante cómoda sobre el regazo del chico. Jessica le reía, relajada en su regazo y susurrándole cosas en el oído que hizo a Rhett sonreír, mordiéndose el labio inferior despacio con los ojos cerrados.

Sus latidos aumentaron y con la respiración entrecortada, se sintió de pronto mareada, intentando quitar de la cabeza esos gestos que hacía con esa mujer, con otra. Odiaba la manera en cómo la miraba, cómo bajaba el rostro hacia ella y deslizaba los labios sobre el cuello de Jessica, le decía cosas al oído y ella sonreía ante su tacto. Giró el rostro abruptamente, el corazón doliéndole y lágrimas contenidas en su rostro cuando noto que todos estaban mirándola.

Jessica podía lograr mucho más de lo que Madison solo podía soñar.

—¿Verdad o reto? —dijo Joe lentamente, como si ella fuera bastante estúpida como para entenderle.

Quería irse de allí.

—Ah, verdad... —dijo, parpadeando confundida, su corazón latiendo a mil por hora.

—Eres difícil, no quiero problemas con tu hermano —bromeó Joe y miró a todos durante largos segundos como si buscase una respuesta. Sentía su corazón querer salírsele del pecho, presionando los dedos sobre su pierna a la expectativa de que no dijera nada que la revelara—. ¿Es verdad que tú y Travis son amigos con derecho?

Calma y Tormenta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora