El cielo cambiante debido a las horas que pasaban podía verse con facilidad por la abertura de la carpa que usaban para entrar en la parte trasera, no queriendo espectadores a esas horas cuando aun faltaba tiempo para iniciar todo, por lo que era la única abierta y escondida.
El lugar, a diferencia de siempre, era mas grande y alto, no como si fuera su carpa, si no como estuvieran otra vez en un gran lugar prestado para entretener al publico esa noche, se sentía algo extraño, pero a la vez, demasiado natural.
Estaban organizando la parte de atrás, un lugar solo para ellos, los camerinos, las conversaciones y el descanso; Ángel sonrió cuando vio a Kanu ordenar el cómodo sofá en el que había descansado la primera vez.
Como si tuviera la bendición de un santo su familia no lo había querido cambiar o abandonar, lo tenían desde entonces, y aunque había comentado sobre eso, la mayoría parecía negarse a dejarlo.
Supuso que no entendería a su familia del todo, él mismo aun no se entendía por completo después de todo.
—¿Hay algo que te molesta?— Pregunto Kanu al sentir su mirada, Ángel solo negó con la cabeza antes de tomar unas cajas y llevarlas a la parte principal detrás del telón.
Los malabaristas comenzarían el acto, una apertura interesante y entretenida, luego Lithia Y Lathia se montarían en las cajas con aros en sus manos y una pierna para que los chicos atravesaran sus objetos a través de ellos, la dificultad subiría cuando ellas giraran los aros.
Todos en el circo eran realmente talentosos, estaba feliz de estar allí.
—Ángel... ¿Qué pasa?— Pregunto Amal al verlo, ignorando la búsqueda de su hermano con tal de consolar a la bella luz del circo.
Ángel resoplo, a veces era molesto que no pudiera ocultarles nada, pero sabia que lo amaban, que por eso se daban cuenta, no podía quejarse.
—No es nada— Respondió en voz baja, casi un susurro, mientras se acercaba al aro que habían colgado para él, necesitaba un respiro, la cabeza le estaba comenzando a doler.
—Puedes decirlo— Alentó Kanu suavemente, él como su hermano y todos los demás se preocupaban mucho por el niño ¿Había sido el comentario de esa chica?.
Amal y Kanu compartieron miradas, había sido cruel el castigo de Ángel, una flecha de justicia en todo su cuerpo, causando una herida grave que dejaría dolor, pero... si ella había molestado al ángel del circo... entonces no era suficiente.
—Es solo... Harry Potter me parece cada vez más tonto, ya no quiero ser él— Murmuro suavemente mientras se recostaba en el aro donde podía sentirse bien.
—¿Por que lo dices?— Cuestiono Amal con cuidado.
—Ella debería gustarme— Fue su respuesta, dejando a ambos hermanos con la boca abierta en shock —Es una chica, una buscadora y es linda, muchos ya mencionan que deberían ser pareja, a Harry Potter le debería atraer— Explico con una voz agotada.
Ellos no fueron capaces de decir nada, pero les dolía la marca que esa situación dejaba en el niño, parecía que le hubieran arrebatado la felicidad.
—Te vez cómodo allí, Ángel— Interrumpió Jenaeth entrando por sorpresa, acomodando las cosas que tenia en sus manos mientras lo miraba con una sonrisa clásica de ella.
El comentario trajo una genuina sonrisa en el rostro del mas joven, contento se impulso hacia atrás, colgando sostenido por sus piernas, dejando sus ojos cerrados, disfrutando estar.
—Amo estar en el aire, por ende, me eh enamorado del aro— Fue su respuesta alegre y honesta, dejando todo cruel pensamiento atrás.
Maldrew atravesó la cortina que los separaba de afuera con una sonrisa de burla —Si fuera por ti dormirías en el, estoy seguro— comento divertido —Si no te cayera del trapecio también lo harías—
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The Beautiful Heaven
FanfictionTirado fuera de la casa de los Dursley, Harry decide caminar buscando un poco de refugio contra las frías temperaturas. Fue solo una casualidad, algo inesperado, que encontrara un poco de magia en un local bastante viejo y decidiera entrar. Para que...