- 𝕏𝕀𝕀 -

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—Eso fue...—Intento decir Lithia en un susurro asombrado.

—Maravilloso— Completo Ángel con un suspiro satisfecho y soñador, aun anonadado por todas las emociones que habían llegado a él esa noche.

El espectáculo ya había finalizado por lo que todos estaban descansando en la habitación de atrás, hablando alegres del espectáculo que acababan de realizar.

Estaban cansados, como siempre, pero el disfrute que les traía actuar era una buena recompensa a cambio de su cansancio.

—Te veías magnifico— Menciono Lathia  —Es una pena que solo pudiéramos ver desde abajo, seguro te veías sublime— Agrego con una sonrisa mientras abrazaba con gran cariño a la joven luz.

—Pena la mía, no poder ver todos sus bellos números y actos, que sufrir— Declaro Ángel exageradamente mientras ponía su mano en el rostro como muestra de su "dolor".

—Difícilmente, desde que apareciste tenias la atención de todo el mundo, Hogwarts no va a despreciarte sin pensarlo dos veces— comento Jenaeth con una sonrisa arrastrada.

—¿Ese era su plan desde el inicio?— Pregunto Ángel con un tono traicionado difícilmente real, sobre todo por la sonrisa que poseían sus labios al decir eso.

—En realidad era para que tuvieras millones de fans al verte como nosotros te vemos, un ángel, sin embargo es bueno obtener más resultados— Corrigió Allely con una sonrisa divertida y traviesa.

—Ahora Hogwarts a visto una verdadera parte de ti, tu vida debería ser un poco más fácil—Animo Lathia intentando discretamente consolar a Ángel, pronto era tiempo de irse, solo un día más.

—Curioso que lo cambie un espectáculo que habla específicamente de esa situación— Dijo Ángel mientras cerraba los ojos y se apoyaba en el hombro de Maldrew.

—Así que lo notaste— Respondió Jenaeth con una pequeña sonrisa.

—Por supuesto— murmuro Ángel antes de bostezar.

Claro que lo había notado, el show de esa noche era de libre interpretación, podía ser dolor, cambio, un amor o amistad prohibida, una metáfora o solo una historia más, pero para ellos había un significado especial y casi fijo.

Era él, ellos, su situación con Hogwarts y el mundo mágico, escrito de una manera surrealista que solo los detalles darían claridad.

Comenzando con ellos, era la alegría y el amor de tenerlo, de pensar en él mientras esperaban a que regresara; su familia le había contado de la antigua trapecista y de todo el dolor y las marcas que había dejado su presencia y despedida, una mujer cruel y egocéntrica.

Y luego había llegado él, otro niño perdido, pero con magia, que decidió ser un trapecista, una situación similar y tan diferente que lo consideraban su pequeña luz o milagro, y después de su primer acto, un ángel.

Ellos actuaban y festejaban con alegría, felices en el circo, sus actos y espectáculos noche tras noche, y aun así pensando en él, en hacerlo feliz con nuevos actos o llenarlo de orgullo, el miembro de la familia que extrañaban tanto.

En cambio él los recordaba, los veía en sus memorias y anhelaba llegar a ellos, pero a pesar de ser un ángel, no tenia alas, no podía bajar, llegar a ellos, estaba en el aire encerrado, disfrutando del aro y el trapecio para no sufrir, pero a veces no era suficiente. 

Movimientos erráticos, buscando mentirse y alejarse de ese deseo, encerrado en el pedestal que el mundo mágico lo había puesto, una prisión que no podía dejar o tendría a todos sobre él, atosigándolo hasta ser quien debería.

The Beautiful HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora