- 𝕍𝕀𝕀𝕀 -

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Los platos con el desayuno ya se habían retirado, la mañana era preciosa y muchos sonreían con la perspectiva de que fuera el ultimo día antes del fin de semana.

Todos los alumnos habían llegado al gran comedor a tiempo para comer, y nadie se había retirado, por lo que no faltaba nadie y por ende, el director podía dar su anuncio.

—Un día maravilloso si me permiten decirlo— Comenzó el director a gran voz —Ultimo día de clase para que tengan tiempo de despejar sus cerebros y hacer su tarea antes de regresar al aprendizaje, y por ello, día perfecto para comenzar el espectáculo que nuestros invitados tendrán el honor de realizar—

Ángel, desde su asiento, ya que le quitaron el columpio para que los estudiantes pudieran ver a Albus, resoplo molesto pero sin ser evidente, no era su honor hacerlo, ellos eran los que tenían el honor, y cuándo todo comenzara lo iban a demostrar.

Tal vez le doliera, pero no quería que el circo regresara y recibiera tal humillación, puede que el trato y el comportamiento por ahora eran aceptables, pero eso era algo planeado, algo que tenia que hacer, eran sus palabras las que delataban su verdadera opinión sobre el asunto, y no permitiría que por él su familia fuera despreciada así.

—Por ello me gustaría informarles que esta noche, en la colorida carpa que esta hoy en los terrenos, será realizado el primer espectáculo que el circo a preparado donde todos ustedes serán invitados a verlo, así que aprovechen la oportunidad, por que como este solo harán dos noches más, para que partan de regreso a su casa el lunes por la mañana— Explico Dumbledore con paciencia antes de retirarse

Alexander, al notar la faltante información, hizo una seña a con sus manos para que todos se levantaran y separaran de la mesa; Ángel ya le había contado de la costumbre o problema del director sobre olvidar mencionar ciertas cosas, por lo que todos estaban preparados para hacer una...pequeña presentación.

Allely y Maldrew a la vez comenzaron a hacer malabares con tres bolos en cada esquina, perfectamente sincronizados entre si; uno al lado de cada malabarista, los escupe fuegos soltaron una llama a lo alto y las acróbatas dieron una vuelta estrella para aterrizar con las piernas abiertas en el suelo, el trapecio apareció y elevo a Ángel a lo alto para que este se dejara caer y estuviera boca abajo, sostenido por sus piernas con delicadeza  y Jenaeth y Alexander movieron sus bastones elegantemente yendo hacia al frente.

Fue imposible no haber llamado la atención con eso y pronto todos estaban mirándolos con asombro, la sincronía, los movimientos y lo interesante que fue todo hizo un silencio a propósito, permitiendo que, sin sonorus o algo más, la voz de Alexander sonara con fuerza a su alrededor, dejando el mensaje que querían.

—Buenos días, damas y caballeros, niños y niñas y todo el interesado en escuchar nuestras palabras, orgullosos anunciamos que, siendo squibs y gente casi sin magia, es nuestro talento y esfuerzo que presenciaran esta noche, una magia diferente todo lo anterior, espectáculos llenos de entretenimiento y belleza, hoy, a las 8 de la noche, The Beautiful Heaven abre sus puertas para ustedes— Anuncio Alexander con fuerza y una brillante sonrisa, no estaban avergonzados, eran lo que eran, no lo cambiarían por nada más.

Había magia en el circo, si, pero no la que permitía a Amal y Kanu escupir fuego cuando desearan o la que permitía a Jenaeth controlar mejor a sus aves, no, era una magia realmente diferente y magnifica, y si había personas que por despreciarlos perdían algo así, no era su culpa.

Las acrobacias, los listones, la musica, era un mundo diferente que no muchos llegaba realmente a amar, pero para quien tuviera ojos y alma, admirarían un verdadero acto, entenderían que era más especial de lo que se creía, y fuera por una noche o por toda la vida, era algo que no se podía olvidarse fácilmente.

The Beautiful HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora