- 𝕍𝕀𝕀 -

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El camino corto por los terrenos le dio una pequeña oportunidad a Ángel para pensar, pero a diferencia del niño que vivió, no estaba pensando en la reacción de todos en el gran comedor y como evitar la atención, no era Harry en ese momento, en cambio sus pensamientos estaban dirigidos a...otra cosa.

Como sorprender a su familia.

Después de todos siempre era divertido jugar a asustar, él personalmente amaba ese juego desde que su familia se lo enseño, le encantaba.

Antes de que llegaran toco el hombro de Amal, lo que provoco que se detuviera para verle, y por ende, Kanu también se detuvo, por lo que los demás también se detuvieron en sincronía, atentos a lo que el podía decir.

—Tengo una idea— Sonrió Ángel dulcemente, y todos sonrieron, solo que...un poco más malvados que él, después de todos era muy conocido el gusto de su pequeño niño por atormentar de vez en cuando a los participantes del circo.

—Bien ¿Qué tenemos que hacer?— Pregunto Kanu divertido, sabiendo que iba a disfrutar lo que venia.

Poco tiempo después por fin entraron a la carpa, extendiendo sus largas cortinas en forma de entrada para pasar antes de dejarlas caer detrás de si.

—Alexander, es bueno ver que regresaron— Aludió Jenaeth al verlos, dejando la caja que estaba moviendo en una pila antes de ir hacia el recién llegado grupo.

—Si, y les tengo buenas noticias— Respondió Alexander con una sonrisa mientras miraba a todos acercarse.

—¿Nos pagaran más?— pregunto Maldrew curioso, alzando una ceja mientras desempolvaba sus manos.

—¿Un regalo?— Cuestiono Allely, siguiéndole la corriente a su compañero malabarista.

—Me complacería tener un sirviente— añadió Jenaeth pensativa, como si realmente considerara la idea de que le dieran un estudiante para mandar, no es que tuviera algo contra los elfos, solo no los prefería cerca.

—Muy bien, ya jugamos, ahora ¿Dónde esta nuestro bello Ángel?— Pregunto Lithia ligeramente desesperada —Más te vale que lo trajeras contigo, Alexander, por que si no— Amenazo Lithia antes de ser interrumpida.

—No se de que hablas, estoy aquí ya hace un tiempo— Comento Ángel con tranquilidad y una pequeña sonrisa, provocando que todos los que le daban la espalda saltaran, dando como resultado que Maldrew y Lithia cayeran estrepitosamente al suelo.

La risa que siguió, dulce, divertida y ligeramente cruel, los guio a donde estaba quien los había asustado para encontrar a Ángel acostado en el aro, aro que habían colgado para él con la intención de que practicara y pudieran ver como le iba con eso.

Su mirada de asombro y sorpresa, además de los dos cuerpos en el suelo, provoco que los demás que sabían de la broma empezaran a reír con fuerza.

—¡Condenado Kanu! ¿Por que tenias que corromper al dulce niño? Mira lo que hiciste por asustarlo siempre que nos visitaba, ahora es un niño cruel— Se quejo Allely con un tono mordaz y molesto.

—No me mires así— Se defendió Kanu entre risas —No es mi culpa que el pequeño realmente disfrute de asustar a la gente—

—No a la gente— Interrumpió Ángel con un tono solemne —Solo a ustedes— Concluyo sonriendo enormemente.

—Ni siquiera puedo enojarme contigo— se quejo la malabarista en tono bajo, trayendo son eso mas risas, incluso de los que se habían caído.

—No tengo nada que ver en eso— Se escuso Ángel suavemente acompañado de una bella sonrisa mientras cambiaba de posición en el aro.

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