VII

400 58 21
                                    

Estaba sentado en el remolque, con la espalda apoyada en la chapa azul del vehículo, con el cuerpo de Rotten a escasos centímetros. Yo había decidido ir afuera ya que dentro de la camioneta la tensión se podía mascar. Digamos que la relación entre todos los miembros del grupo era bastante fría. Ambos teníamos la misma postura, con nuestras piernas encogidas formando un triángulo y nuestra mirada fija viendo el tramo de carretera que nos íbamos dejando atrás. Me giré un segundo para mirarla sin importarme que me lo notara. Ya debía de estar acostumbrada a que la observara cada poco, intentando descifrar su más mínimo gesto. Sus ojos estaban medio cerrados debido a que el sol nos pegaba de frente y su vista estaban en el horizonte, justo donde el asfalto se juntaba con el cielo azul de Alabama.

Me gustaría saber tantas cosas de ella. Por ejemplo si es de las que se desmaquilla antes de dormir o de las que se levanta con los ojos como un oso panda, o si prefiere el mar o la montaña. Me gustaría que me contara si le tiene miedo a las arañas o a las serpientes y si prefiere la tarta de chocolate o la de fresa. Me gustaría que me contara cualquier anécdota estúpida sobre su primer beso o como suspendió aquel examen de historia para el que tanto había estudiado. Me gustaría saber un poco más de ella. Y aún seguía sin saber su nombre real.

- Kentucky -dijo ella de repente contestando a la pregunta que le había formulado hacía un rato.

- ¿Tanto te gusta el pollo? -contesté intentando sacarle una sonrisa.

Ella me dejó ver un poco de sus paletos y negó con la cabeza mientras bajaba la mirada hacia el hueco que dejaban sus piernas.

- Ah, ya lo pillo. Ahora llega el momento en el que te pregunto el por qué, tu me miras por un rato como si fuese idiota y luego me ignoras.

- No eres idiota -dijo-. Si no queréis ir, me iré yo sola. Estaré bien.

Estuvimos un rato en silencio en el que parece que yo sigo su mismo juego dejando de contestarla. De repente, ella abrió mucho los ojos con la mirada aún al frente y con su mano derecha dio dos golpes en la chapa haciendo que al instante Calum frenara en seco. Cogió la Glock que le había dejado y se bajó de un salto del vehículo para después ponerse a correr dirigiéndose hacía el lado izquierda de la carretera, donde sorprendentemente había un bosque. Nótese la ironía.

Grité su nombre para que se parase mientras la seguía por el laberinto de árboles por el que estábamos pasando. Aunque no lo parecía a simple vista, ella estaba en forma y corría bastante. Me paré un segundo apoyando mi brazo derecho en un tronco y el izquierdo en mi cadera. Respiré hondo por un segundo y después seguí con mi carrera. De repente la vi parada, de espaldas y con su mano derecha estirada hacia delante. Cuando me estaba acercando me di cuenta de que era Will. Él tenía sus piernas hincadas en el suelo mientras Rotten le ponía el cañón de la pistola en la frente. Llegué a la escena y a los segundos Ashton y Diana estaban a mi lado. No quería parar a Rotten. Ella estaba haciendo lo que yo probablemente no hubiera tenido el valor para hacer.

- Tú y yo lo pasaremos bien -empezó diciendo Rotten parafraseando al hombre que estaba apuntando-. O quizás tú no tan bien -añadió pegándole una patada con sus botas de combate en la cara, haciendo que este cayera de espaldas y se llevara sus manos a su nariz de la que empezaba a caer sangre.

Oí como Diana daba un pequeño grito tras de mí. Me moví para quedar enfrente de Rotten, con el cuerpo caído de Will entre ambos. Me miró sin dejar de apuntarle. Sus ojos ya no eran verde brillante, se habían vueltos oscuros y apretaba su mandíbula mientras sus cejas estaban fruncidas.

- No tienes que hacer esto Rotten.

- Quiero hacerlo -contestó muy segura sacando con su mano libre un cuchillo de su pantalón, el cual aún tenía el filo manchado con restos de sangre.

- Vamos preciosa -dijo Will riendo amargamente mientras se pasaba el brazo por su cara haciendo que este quedara rojo- ¿acaso vas a matarme? Solo eres una niñita asustada. Te crees que por tener una pistola en la mano eres muy poderosa y solo eres una zorrita -acabó estallando en una carcajada.

- ¿Acaso te piensas que necesito una pistola para matarte?

Miré por un segundo a Diana y a Ashton. Ella tenía ambas manos en su boca y parecía que temblaba mientras que él miraba lo que estaba sucediendo con interés. Justo en ese momento se encaminó hacia la retaguardia de Rotten pero yo fui más rápido y lo paré antes de que hiciera cualquier cosa que tuviera pensada hacer. Empujé su pecho hacia atrás y tuvo que retroceder varios pasos. Agarré su camiseta con mi puño y le puse con la espalda pegada a un árbol.

- Vamos tío, ¿vas a dejar que le mate? Él nos dio un hogar.

- ¿El zulo en el que estuvimos dos semanas también cuenta como hogar? -respondí a la defensiva.

- Fue por seguridad...

- ¡Y una mierda! Nos dejo salir para que trabajásemos por él. Abre los ojos de una maldita vez y deja de ser su putita. ¡No le debemos nada! -perdí mis nervios y acabé gritándole muy cerca del oído.

Le dejé libre y no se movió más. Volvió a posicionarse al lado de Diana la cual estaba muy asustada. Elle siempre había estado un poco sobreprotegida y nunca había tenido que lidiar con el mundo hostil de fuera de las verjas.

Volví hacia donde Rotten se encontraba aún con la mirada fija en el hombre que la sonreía retándola. Sin mediar palabra, con un movimiento brusco, Rotten le clavó un cuchillo en el abdomen y lo dejó dentro un rato. Ahora era ella la que sonreía mientras él gritaba de dolor. Diana había empezado a llorar y Ash la abrazó haciendo que apoyara la cabeza en su pecho, impidiendo así que mirara la escena.

Rotten sacó el cuchillo y lo volvió a clavar, justo al lado del agujero que había causado antes. Su mirada daba miedo. Estaba totalmente fuera de sí. Ella siempre parecía emocionada al matar zombies pero eso parecía que la divertía aún más. Volvió a sacar el cuchillo entre quejidos de dolor de Will y gimoteos de Diana. Su mano derecha, con la que estaba sujetando el cuchillo, estaba roja completamente y en su cara había algunas gotas más de sangre. Ella clavaba el cuchillo una vez tras otras, sin compasión, como si hubiese hecho eso otras veces antes.

- ¡Rotten para! -grité separándola del cuerpo ya sin vida de Will.

Le arrebaté el cuchillo y la agarré la cara con ambos manos para que me mirase directamente en la cara. En cuanto sus pupilas conectaron con las mías sus ojos cambiaron de color. Ya no eran oscuros, volvían a tener ese color clorofila que la caracterizaba.

- Ya está... -dije colocando su frente con la mía. Ella no reaccionó, solo se quedó en esa postura con su mirada en la hierba, en el hueco que dejaban nuestros pies casi tocándose.

Al cabo de unos segundos, cuando su respiración era más suave, me separé de ella y me acerqué al ya cadáver de Will. Le atravesé la sien para que no se convirtiera y volví con Rotten. Le puse una mano en el hombro y la guié de vuelta a la carretera. Miré por un momento a Diana, la cual seguía atónita tapándose la boca con una mano, la otra agarrada al brazo de Ash y con restos de lágrimas en sus mejillas, mientras miraba horrorizada a Rotten.

El camino de vuelta al asfalto fue silencioso y en cuanto llegamos a la carretera, Lucy y Calum se llevaron las manos a la cabeza al ver a Rotten con la ropa llena de sangre. Creyeron conveniente no preguntar, cosa que agradecí. Sin mediar palabra, abrí la puerta del copiloto para que Rotten entrara y acto seguido, yo rodeé el vehículo y me senté delante del volante. Cuando los demás estaban apretados en el asiento trasero me puse en marcha.

- ¿Y ahora qué hacemos? -preguntó Cal- ¿A dónde vamos?

- Kentucky -contesté mirando a mi acompañante, la cual sonrió levemente con los ojos clavados en sus manos entrelazadas encima de su regazo.

Rotten. [m.c]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora