Rotten. [m.c]

XII

- Nos vamos a buscar antibióticos, y si tenemos suerte, encontraremos algo de comida.

- ¡No! Me niego. No dejaré que os arriesguéis por mí. Estoy bien, te lo prometo -contestó Rotten agarrándome el antebrazo con fuerza para que no me moviese de mi asiento en su cama.

- No, no estás bien. Y no era una consulta. Lo vamos a hacer por ti, igual que tú te pusiste en peligro por todos nosotros, así que descansa. Diana y Lucy se quedarán contigo.

Ella agachó la cabeza y asintió. Sabía que estaba molesta porque no quería sentirse una carga para el grupo. Si por ella hubiera sido habría cogido una escopeta y habría salido a hacer guardia.

Salí de la habitación, agarré una mochila con munición y agua y un fusil. Calum y Ashton me esperaban fuera con la chica la cual seguía con sus manos atadas tras la espalda.

- Dadme un arma y os protegeré, así no soy útil. Por favor, os juro que yo no soy como él.

Calum me miró esperando mi aprobación y asentí. Con un cuchillo cortó las cuerdas y le dejó una pistola, la cual se guardó en la parte trasera de sus pantalones.

- Creo que hay suficiente combustible como para llegar a su campamento pero como allí no encontremos gasolina tendremos que volver a pata -dijo Ashton subiendo el equipaje al remolque de la camioneta.

- La llevaremos, necesitamos ahorrar tiempo -sentencié.

Nos subimos al auto. Ashton conduciendo y yo a su derecha. Todo el camino fue en silencio excepto las breves indicaciones de la chica que iba en los asientos traseros bien vigilada por Calum.

- Está cerca, deberíais dejar aquí la camioneta para pasar desapercibidos por si aún queda alguien -sugirió ella tras poco más de media hora de trayecto.

Ashton escondió el vehículo entre unos arbustos de manera que no se veía desde la carretera y nos adentramos en el bosque. Unos pocos minutos después nos encontramos con un claro, había un par de coches, que se notaba a la legua que estaban abandonados, una verja caída y una casa rodeada de tiendas de campaña rotas. Sacamos nuestras armas y sigilosamente nos fuimos acercando, parecía desierto.

- Entraré con ella a la casa, vosotros registrar aquí fuera y mirad si los coches aún tienen combustible -ordené y mis dos amigos asintieron.

Me acerqué a la puerta principal y la abrí, estaba todo a oscuras a pesar de ser de día, las ventanas estaban tapiadas. Di unos fuertes golpes con mi mano en la puerta de madera esperando que algún caminante saliera, pero no fue así. Entré en la casa y tras de mí, la chica. Me indicó el baño donde se encontraba el botiquín.

- Iré a la cocina, espero que quede algo que llevarnos a la boca -dijo y asentí.

Revolví todos los cajones y puertas en busca de algún medicamento y, como pasa siempre, estaban en el último compartimento en el que hurgué. Levanté la vista un momento y en el espejo vi reflejado un caminante, justo detrás de mí. Solté las cosas que tenía en las manos y me giré rápidamente para defenderme. Llevaba la escopeta colgada a mi espalda por lo que no podía llegar a ella. Con ambas manos empujaba a la criatura lejos de mí pero tenía una fuerza descomunal y su boca se estaba aproximando peligrosamente a uno de mis brazos. De repente oí un ruido ensordecedor muy cerca y ,al segundo, el caminante se desplomó en el suelo del cuarto de baño. La chica tenía su arma levantada y me había salvado la vida.

- Gracias -agradecí secamente y recogí los medicamentos que había dejado caer.

- De nada. He encontrado varias latas que parecen comestibles. Deberíamos volver, puede que más de esas cosas hayan oído el ruido.

Salimos de la casa y Ashton y Calum nos miraban asustados.

- Solo era uno, ya está solucionado, ¿qué habéis encontrado?

- Uno de los coches estaba vacío, el otro aún tenía gasolina. Creo que suficiente para el viaje de vuelta -dijo Ashton sin mirarme a los ojos.

- Yo he mirado en las tiendas pero nada a parte de casquillos, sangre y cadáveres putrefactos -añadió Calum.

Nadie dijo nada más e hicimos nuestro camino de vuelta a la camioneta, debíamos de salir de allí lo antes posible. Ashton y Calum rellenaron el depósito y conducimos de vuelta hasta nuestra casa. Ya casi era de noche, estaba oscuro pero había luz suficiente como para darme cuenta que no había nadie fuera haciendo guardia, cosa que me extrañó bastante. Me bajé rápidamente de la camioneta, sin que se hubiera detenido del todo delante de la casa y de un golpe abrí la puerta encontrándome con Lucy y Diana amordazadas y atadas en un par de sillas

- ¿Dónde está Rotten? -pregunté destapándoles la boca.

Lucy me miró con pena e hizo un gesto de negación con su cabeza. Sin acabar de creérmelo fui hasta la habitación en la que la había dejado echada hacía unas pocas horas y no encontré nada más que una cama deshecha y silencio.

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Hola!

Para empezar siento haber estado inactiva durante bastante tiempo pero he estado de vacaciones y sin wifi obviamente. A partir de ahora continuaré actualizando con regularidad como hacía anteriormente, tanto "Rotten." como "12 mensajes que no debería haber enviado".

Muchas gracias a todos por el apoyo y la paciencia y hasta pronto :)