Recuperando la Felicidad... T/N

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Para no hacer un lío en la cronología, este capítulo sucede simultáneamente con el de Momo, arranca apenas unos minutos después de dejar la carta y el tercer párrafo a la hora del almuerzo o a unos escasos momentos antes de que llegue Jirou. Ahora si, empecemos.

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Por las calles de I-island se veía a un pelinegro caminando con su cabeza hecha un lío por la cantidad de pensamientos por lo sucedido hace unos breves momentos. Momo Yaoyorozu, vicepresidente de la clase 1-A, la chica más bella del salón según una encuesta que realizaron los chicos, su pareja falsa y su amiga... su primera amiga ante sus ojos y chica por la cual comenzaron a renacer esos sentimientos olvidados en aquel fatídico día en que descubrió su don, incluso, hizo que afloraran nuevas sensaciones dentro de él. Esa era la chica con la que se había besado minutos atrás en un acto de instinto que no pudo controlar.

Dicha acción fue disfrutada por el, no habría motivo alguno para mentir. Pero como a cualquier adolescente de su edad, su mente en ese momento lo estaba atocigando con comentarios negativos, y no solo era su cerebro, también el mismo se convencía de que ella estaría furiosa ahora mismo con su persona.

Continuó caminando por unos minutos hasta que llegó a una cafetería que, ante sus ojos, tenía buena pinta. Metió la mano en sus bolsillos con la esperanza de encontrar algo de dinero logrando su cometido, veinticinco dólares en sus manos, giró su vista hacia un cartel con un especial de 2 sándwiches de carne de cerdo con bebidas a su gusto sin cargo al mismo precio.

Soltando un bufido y se sentó en una de las mesas de afuera del local, esperó a ser atendido y pidió su orden pagando de inmediato. Comenzó a comer con tranquilidad mientras los pensamientos intrusivos hacia su persona. Tragó su bocado de comida soltando un suspiro pesado y mirar su almuerzo.

T/N: Soy un imbecil -dijo cerrando los ojos-

???: Por qué dices eso?

T/N: Qué?

El pelinegro se alertó un poco y levantó rápidamente la vista observando a una rubia conocida.

T/N: Hola Melissa -saludó con tranquilidad-

Melissa: Hola, cómo estás? Ayer fui a la Expo a verte junto con Yaoyorozu pero ninguno estuvo allí -comentó la chica sentándose frente a el-

T/N: Pues, el médico que nos atendió nos prohibió formar parte de la exposición de nuestra clase -respondió dejando su comida en el plato- Fuimos a ver algunos de los inventos que nos faltaban por observar.

Melissa: Si, ayer también fui a buscarlos viendo a su clase y Uraraka me comentó que si habían pasado un rato antes de que yo llegara -dijo la rubia con tranquilidad-

T/N: Como ya dije, fuimos un momento a ver lo que nos faltaba ver y luego fuimos a comer -mencionó mientras levantaba y tomaba su bebida-

Este hecho, hizo que Melissa observara las cicatrices en los brazos de T/N. Sin mucha dificultad, pensó que usaba las vendas para taparlas. La distracción de la chica no fue desperdiciada por el pelinegro que observó la dirección de la vista de su acompañante, notando que, estaba fija en su brazo y sus marcas. Dejó su bebida a un lado soltando un pequeño suspiro escondiendo sus brazos debajo de la mesa.

T/N: Lo siento si te incomoda -comentó el pelinegro-

Melissa: Descuida, no me incomoda para nada -contradijo tranquilamente- Solo que me di cuenta el porque usabas las vendas en tus brazos.

T/N: Si, se supone que tendría que estar usando algunas ahora en el brazo que me corté, pero en la enfermería del hotel no me las quieren dar porque no llevo una herida abierta -finalizó con un tono de frustración-

El héroe de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora