Mi mate, mi luna

Capitulo Veintiseis

~Donovan~

—Amor, ¿Estás bien? —veo a mi mate junto al marco de la puerta que da al jardín —amor...

—Estoy bien —digo sin dejar de mirarla. Se ve sexy, la ropa que lleva deja que sus curvas se noten a la perfección.

—Mia —escucho decir a Dark

—Te ves divina —me acerco a ella y la tomo de la cintura para pegarla a mi —completamente hermosa —la abrazo

—Gracias, amor —me besa y le respondo gustoso

—¡Wacala, papá! —sonrio al ver a mi pequeño de dos años cerca de nosotros.

Me acerco a el y lo levanto en brazos, ríe gustoso. Estoy feliz con mi familia, tenerlos a todos a mi lado, a salvó y poder disfrutar de su compañía, es algo que llena mi vida.

Entramos a la casa, podemos ver a Livana muy molesta con el ceño fruncido y los brazos cruzados, caminando de un lado a otro.

—Princesa —la llama Sophia y está de inmediato levanta la vista —¿Que pasa, cariño? —Livana solo se acerca a ella para abrazarla y rompe en llanto

—¿Amor, que paso? —me acerco a ella con Dominic en mis brazos.

—Lobito —dice —creo que encontró a su mate —llora más fuerte —ya no me va a querer, me va a dejar sola.

Miro a Sophia, tiene el ceño ligeramente fruncido, yo por mi lado estoy bastante confundido, pero se que algo paso como para que Lo se encuentre así. Pero no entiendo, la mate de Liam es Livana, la pregunta es ¿Que fue lo que ella vio? ¿por qué piensa eso?.

—Livana —mi beta entra rápidamente a la casa, está agitado, y cuando su mirada nos encuentra, intenta acercarse a mi hija —lobita, déjame que te explique —se detiene cuando ve que Liv se esconde más en los brazos se Sophia —no es lo que tú crees.

—¿Que hiciste, Liam? —le pregunto, serio.

Sophia sigue abrazando a nuestra hija, pero igual se ve molesta, incluso más que yo.

—Fue Alya, ella me beso —dijo —Don, tu sabes que ella siempre está molestandome —asenti, era cierto —la aleje, pero Liv ya nos había visto —bajo la mirada —Lobita —volvio a intentar acercarse —amor, déjame que te explique

—¡Déjame, andate con tu mate! —exclamo molesta

—Eso estoy haciendo —dijo el, firme. El está dispuesto a todo para mantener a Livana a su lado, aún si eso implica decirle, cuando sabe que tiene apenas doce años

—¡Liam! —le advierto

—Ya no quiero que sigan estos malos entendidos, Donovan —suspira —se lo voy a decir —observo a mi mate, ella asiente —Livana, tu eres mi mate.

Mi hija se separa de su madre lentamente, observa a Liam por un momento antes de sonreir, y aunque aún tiene la carita un poco roja y con los ojos lacrimosos, ella sonríe.

~Liam~

Se lo dije, por fin pude hacerlo.

Ella corre hacia mi y la levanto en brazos, la abrazo fuerte y oculto mi nariz en su cuello, por fin la tengo de vuelta.

Sofia, Donovan y su hijo se van a la cocina, dejándome unos minutos a solas con mi mate.

—Mia —susurra mi lobo.

—Princesa —la escucho sollozar —¿Que pasa, reina? —ella niega con la cabeza —lobita.

—Ya no te voy a perder, lobito —me abraza más fuerte

—Nunca ibas a perderme, princesa —me mira —tu eres la mujer que más me interesa en esta vida —sus ojos siguen llorosos cuando me mira.

No puedo resistirme más y le doy un pequeño beso, no muevo los labios, solo mantengo una pequeña presión sobre los de ella, se que no debería, que está mal ya que solo es una niña, y me prometí dejarla vivir todas sus experiencias sin meterme, pero ¡Carajo!, la amo desde que solo tenía cinco años.

—¡Liam Holt! —la voz del alpha me hace separarme de ella. Miro hacia la voz y me encuentro con un Donovan furioso mirandonos —¡¿Que demonios crees que haces!? —intenta acercarse a mi pero Sofia lo detiene —¡Baja a mi hija en este momento!

Bajo a Livana, quien se esconde detrás de mi, siempre hace eso cuando tiene miedo de enfrentar un problema, y a mi me toca resolverlo por ella.

—Donovan —uso el tono más calmado que tengo —lo siento, es que no pude resistirme y...

—¡Cállate! —el tono del alpha me obliga a obedecerlo —¡Vete, lárgate de mi casa!

—Amor —Sophia lo abraza por detras, eso lo calma un poco —relajate, ya pasó. Tranquilo —acaricia su brazo —no es tan grave.

Se que Sophia también está molesta, lo se, pero solo por qué la hice llorar, no por el beso. No es la primera vez que Livana me besa. La primera vez ella tenía nueve años, estábamos en el patio con Sophia, Livana simplemente se me acercó y en un momento de distracción me robó un ligero beso de pico. Sophia solo sonrío, ella sabe que estaremos juntos, único que no le gusta es que la haga llorar.

—Largate —me ordena Donovan y asiento.

—De acuerdo —bajo la mirada —adios, lobita. No vemos luego.

Le dejo un beso en la frente, salgo de la casa del alpha, tengo que hablar con ellos después, sobretodo con Donovan, cuando esté más calmado.

~Sophia~

Se que Alya es una loba que siempre busca obtener lo que quiere, sin importar cuánto Liam la rechace, ella sigue insistiendo, antena a cualquier posible movimiento.

Ella sabe que mi hija es la mate de Liam, y siempre está intentando hasta lo imposible para que Livana se aleje de él.

Cuando ví a mi nena llorando, se me partió el alma, no me gusta ver sufrir a mis hijos, a ninguna madre le agrada ver a sus bebés sufrir. Cuando me dijo que lloraba por Liam, me enoje mucho con el, sabe que odio que haga llorar a mi niña, y aunque me explico la situación, eso no me quito del todo la molestia.

Se que no estuvo bien que Liam le contará que ella es su mate, pero el estaba frustrado y solo quería estar con ella. Donovan se puso como loco al ver que el la beso, hecho a su beta de la casa y ahora se encuentra encerrado en su despacho.

—Mami —miro a mi pequeña —¿Papi está molesto?

—No te preocupes mi niña, ya se le pasará —la sonrío y ella me devuelve la sonrisa.

Voy al despacho, y me encuentro a mi esposo con la cabeza gacha, se le ve frustrado y lo entiendo, me acerco y lo abrazo por detrás, de inmediato siento que su cuerpo tenso se relaja.

—Amor, tranquilízate —le beso la mejilla y el ronronea

—No puedo creer que Liam hiciera eso, es una niña...

—Lo se, amor. Ya hablaremos de ese tema con el —le digo. No quiero que siga sintiéndose mal por eso, y que la carga sobre sus hombros se haga más pesada —mejor vamos para que te duches y descanses.

Asiente y ambos nos encaminamos hacia nuestra habitación. Estoy segura que mañana estará más calmado, y así podremos tener una conversación más civilizada con Liam sin que nadie salga herido.

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Aparecí mágicamente y así mismo desaparezco...