Mi mate, mi luna

Capitulo ocho

~Donovan~

Ya han pasado varios mese desde que me le declaré a Sophia, todo este tiempo la lleve a varios lugares y citas, playa, restaurantes, cine, piscina, y algunas actividades más. Livana disfrutó mucho ir ala playa, corrió por todos lados, jugó en la arena, y se metió al agua conmigo, al principio le dio un poco de miedo, pero después comenzó a disfrutar un poco más el agua, decidí ir un poco más al fondo para que las olas no la golpeen tan fuerte, ahí el agua estaba más en calma, riendo señalaba a Sophia que rato después de acerco a nosotros.

Esa tarde la pasamos bastante bien estando juntos, decidimos quedarnos en un hotel ya que estábamos muy agotados y estaba demasiado cansado para conducir. Así fueron varias de nuestras salidas, en familias, o solos, disfrutando cada momento solos.

Hace unos días le pedí a Sophia que sea mi novia, y ella aceptó, ese fue uno de los días más felices de mi vida. Primero la lleve a un viaje con Livana a paris, hicimos un pequeño tour por la ciudad, ella siempre quiso ir a ese lugar por eso me precio perfecto para pedírselo. Al anochecer la lleve a la cima de la Torre Eiffel, donde le pedí que sea mi novia con el atardecer en el fondo, algo muy romántico y cliché, lo sé, pero quería que fuera perfecto y así fue. Sophia aceptó con lágrimas de felicidad en los ojos, y hoy en día somos novios.

He estado pensando —mucho— en contarle la verdad de lo que soy, pero sigo dudando, no se como lo tomara. Aunque la he visto contándole a Livana historias de hombres lobo, licántropos, que su abuela solía contarle a ella y a su hermano. Al saber que conocía varias cosas sobre nuestra especie, me animé para contarle lo que soy, esta decidido, hoy le contare la verdad.

~Sophia~

Llegue a casa después del trabajo, estas últimas semanas han sido fantásticas, Donovan se ha ganado mi corazón, aunque siento que me oculta algo, aunque se que me lo contara cuando este listo, después de todo siempre debe haber confianza en una relación.

Voy a mi habitación a ducharme, tengo que terminar un informe para mañana, debo entregarlo a primera hora. Después de ducharme me siento a continuar el trabajo, estoy tan concentrada que no me pecado de que Livana y Donovan están en la puerta de mi habitación, con la vista fija en mi.

—Hola, princesa —abrí mis brazos para que Livana venga —¿como estas? —ella vino hacia mi, la abracé y la senté en mi regazo

—Mami, la maestra nunca deja de mirar a papi —frunce su ceño y yo arqueo una ceja —ya le dije que deje de mirarlo —río, aveces Livana llega a ser muy ocurrente

—Hola, amor —me saluda con un cálido beso en los labios —ya le dije que no vuelva a hacer eso, la maestra no tiene la culpa de que yo sea tan atractivo —dijo con una sonrisa egocéntrica

—Claro... —rode los ojos —ella solo te admira —dije con algo de molestia

—No te molestes, amor —tomo mis manos levantándome de donde estaba sentada con Livana, la levanta y me toma por la cintura —sabes que yo te amo a ti —besa mi mejilla

—¿Y a mi? —pregunto mi hija con los brazos cruzados haciendo pucheros

—A ti también, princesa —beso su frente —las amo a las dos

—Así está mejor —dice asiendo que ambos riamos —mami, tengo hambre —hace otro puchero, debo admitir que se ve muy linda haciendo eso

—Vamos para que comas —me separo de Donovan

—Yo la llevo —los tres salimos de la habitación, hacia la cocina

—Toma, princesa —le sirvo comida y Donovan toma asiento junto a ella