Treinta y dos ☘ ChanIn

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Jeongin salió de su trabajo a las siete, trató de retrasar su salida lo más que pudo para no llegar a la cena con Sunghoon y su omega, pero como le gusta tanto su trabajo, siempre organiza bien sus labores y así optimiza su tiempo, lo cual facilita sus actividades.

Aún tiene tiempo para ir a cenar con la pareja. Suspiró sintiéndose tonto, él no tenía por qué soportar todo eso, bastaba con decir que no, pero era tan iluso que sentía que se lo debía a Sunghoon, por la amistad y el amor que en algún momento se tuvieron.

No esperaba ver a Bang Chan sentado en el parque frente a la agencia, quiso pasar desapercibido, y simuló que no vio al joven alfa, creyó que ya había dejado al chico atrás cuando este lo llamó.

—Hyung, ¿siempre trabajas mucho? —preguntó el joven mostrando su sonrisa mientras se apresuraba a ajustar su paso—. Antes de que digas que no puedo llamarte hyung, ya no estamos en horas de trabajo —mostró la hora en su teléfono.

—Bien, Chan, puedes llamarme hyung, y trabajo lo mismo de siempre, no me gustan los pendientes, —explicó rápido tratando de deshacerse del joven alfa.

—Me parece bien, porque tenemos una cena pendiente —aseguró Chan ganando la sorpresa del omega.

—¿Qué cena?

—Hoy dijiste que nos veríamos después del trabajo, así que me quedé a esperarte y ahora tengo mucha hambre. Por favor, hyung, ¿podemos ir a cenar ya?

—Chan, yo nunca dije eso, ahh... —talló el puente de su nariz con frustración, pero no pudo evitar una media sonrisa, Chan es realmente un chico ingenioso y agradable—. Escucha, hoy tengo una cena con alguien más, así que cenaremos juntos otro día.

—¿Lo prometes?

—¿Qué? ¿Dudas de mi palabra?

—Hace un momento negaste que me pediste vernos después del trabajo —recriminó el alfa.

Jeongin sonrió frustrado.

—Yo no dije eso... Bien, tú ganas, prometo que iremos a cenar otro día, ¿sí?

Chan asintió feliz.

—¿Y con quién cenarás hoy, hyung?

—Con Sunghoon —dijo sin pensar, después se dio cuenta de lo que dijo, pero ya era tarde.

—Hyung... ¿Por qué cenarías con el imbécil que rompió su promesa contigo y se consiguió otro omega? —Jeongin notaba el enfado en la voz de joven.

—Eso no te incumbe, ahora vete —Jeongin dio la vuelta desbloqueando su teléfono para mirar la dirección del restaurante que Sunghoon le envió, detuvo un taxi y entró en este, cuando estaba por cerrar la puerta, el alfa Chan entró al auto—. ¿Qué crees que haces, mocoso?

—Iré contigo —Jeongin iba a negar, pero Chan habló de nuevo—. No dejaré que cargues tú solo con esto, hyung, no imagino lo que estás sintiendo.

Jeongin le miró con nostalgia, Chan cerró la puerta del auto, tomó el teléfono de Jeongin e indicó la dirección, desde que entró en auto tomó la mano de Jeongin y no la soltó en todo el viaje.

Bajaron del taxi y caminaron aún de la mano hasta la puerta del restaurante.

—Bien, suerte, hyung —dijo Chan soltando a Jeongin.

—¿No entrarás conmigo? —preguntó con inseguridad.

Chan sonrió.

—Es tu primer amor, hyung, debes superarlo tú solo, pero mírame, me quedaré justo aquí, no tienes que preocuparte por salir llorando de allí, yo estaré aquí para ti.