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El día está algo nublado, llovió por la noche, y Jeongin llegó media hora más tarde de lo normal, no había podido dormir, no quería pensar en lo sucedido con el alfa joven, en esa mirada triste y como escapó sin más cuando él mismo fue testigo del esfuerzo del joven en la cena.

Al dirigirse a su oficina miró los cubículos y se sorprendió al no ver a Chan. Negó diciendo sé que tal vez volvería a ser el mismo joven irresponsable que llega tarde.

Llegó a su oficina y se dedicó a trabajar, se perdió un par de horas en ello y cuando su taza de café se agotó, salió por otra, entonces notó que Chan aún no llegaba.

Se dirigió al cubículo después de llenar su taza.

—¿Alguien sabe que le pasó a Bang? —preguntó simulando desinterés.

El omega Jaehyun se levantó de su asiento.

—Me envió un mensaje temprano, está enfermo, parece que pescó un resfriado. Olvidé decirle por la mañana, una disculpa, jefe.

Jeongin negó restando importancia.

—Está bien, no te preocupes.

Pero el que estaba preocupado es él. Si Chan tiene un resfriado quiere decir que salió después de que él se fue.

El resto de su jornada se apresuró a termina el trabajo del día, él siempre trabaja sus horas completas o incluso más, por ello no le importo salir tres horas antes.

Fue al local de ramen donde cenó con Chan la otra noche y ordenó una sopa calientita, le explicó a la señora que era para un joven con resfriado, y está incluso le regalo unos dumplings.

Agradece que decidió llevar el auto de nuevo, por lo que llegó rápido al departamento del joven alfa.

Al llegar tocó el timbre, pero Chan nunca respondió, Jeongin cerró sus ojos tratando de recordar la contraseña, Chan se la repitió un par de veces la noche anterior alegando que tal vez la necesitaría un día.

Cuando consiguió entrar dejó sus compras en la mesa y se dirigió a la habitación.

Allí estaba el joven alfa, profundamente dormido, Jeongin miró sobre la mesa de noche y vio algunas pastillas, seguramente el chico ya tomó lo necesario para contrarrestar el resfriado.

El omega se acercó despacio, cuidando no ser ruidoso, tomó las mantas y cubrió bien al joven alfa, midió su temperatura y noto que está un poco elevada, así que fue a buscar una toalla para humedecerla y dejarla sobre la frente del chico.

Salió de la habitación y fue a la cocina, miró en la nevera y notó que la comida de la cena seguía intacta. Se sintió culpable. Realmente no planeaba lo de la noche anterior, pero está asustado, enamorarse de Chan lo asusta.

Se dijo que debía hacer algo que recompensara al joven alfa, así que decidió limpiar, aunque no había mucho que limpiar.

Se demoró alrededor de una hora, y después solo esperó un poco más, reviso que Chan estuviera mejorando y en efecto, el alfa ya no tenía fiebre, incluso comenzó a sudar, así que Jeongin se encargó de limpiar su rostro.

Regresó a la cocina para calentar la sopa que ya estaba fría.

Chan despertó sintiéndose cansado, escuchó algo de ruido en la cocina y se dijo que tal vez su madrastra había llegado a visitarlo, ella lo hacía seguido.

Su sorpresa fue ver a Jeongin en la cocina en lugar de su madrastra.

—¿Hyung? —llamó con sorpresa, Jeongin le miró preocupado—. ¿Por qué estás aquí?

Treinta y dos ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora