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—Tú me vas a ayudar —dice Yang Minyoung con decisión a su hijo menor.

Changbin respiró dramáticamente lento y dijo:

—Detalles y cuál será mi recompensa.

—Te prepararé el desayuno toda la semana —ofreció su madre.

Changbin la miró con sorpresa, esperaba que ofreciera comida, pero no toda la semana. Esto debe ser algo de interés para su entrometida madre.

—Acepto. Ahora, ¿qué es lo que tengo que hacer? —preguntó con entusiasmo.

Minyoung miró a todos lados, y al no encontrar a su esposo le indicó a su hijo que debía acercarse, como si estuviera a punto de decirle algo secreto, pues si su esposo se entera seguramente le daría una largas charla del porqué es importante respetar la vida privada de sus hijos.

—Tu padre me contó que hace unos días un alfa trajo a Jeongin a casa en su auto, según tu padre, el hombre parece ser alguien de buena posición, ya sabes que tu padre se fija en todo, y dijo que por el auto que traía el alfa debe ser alguien capaz de darse lujos bastante costosos —comenzó a explicar la omega—. Quiero que espíes a tu hermano y me digas si ese alfa lo está cortejado como se debe.

Changbin la miraba con curiosidad, no es muy fan de la idea de espiar a Jeongin, pero él también tiene curiosidad.

—Bien, haré lo que pueda, pero si no logro nada en dos días, me retiro, no quiero perder la confianza de Jeongin.

Minyoung asintió, sastifecha.

(...)

Rowoon hyung.

¿Almuerzas conmigo el lunes?

Para compensarte el favor que me hiciste con George.

Jeongin miró su teléfono solo unos segundos, no podía responder debido a que está conduciendo el auto de sus padres, se dirige a casa de la familia Hwang para la cena. Justo acaba de salir del departamento de Chan después de almorzar con él y ver una película, ya es viernes por lo que pudieron salir un poco antes del trabajo.

La sonrisa de su rostro sigue intacta desde que tuvo que dejar el hogar del joven alfa, pasaron un momento íntimo, ideal de una pareja, Jeongin es el más feliz al saber que la antigua discusión está más que olvidada y que Chan confía enteramente en su palabra, prepararon el almuerzo juntos pues Jeongin es de verdad un desastre cocinando solo, sus ojos destellan frente al volante al recordar las lindas atenciones de Chan momentos atrás.

Mientras preparan los ingredientes de su almuerzo, Chan le daba pequeños besos en las mejillas o lo abrazaba por la espalda, deslizando sus manos por su cintura simulando que necesitaba pasar sus manos justo por ese lugar para tomar cualquier cosa, también lo halagaba por lo buen ayudante de cocina que resultó ser.

Mientras miraban el filme en el televisor de la sala de estar, Chan acariciaba su hombro o descansaba su cabeza sobre este, también tuvieron un momento algo acalorado cuando la película estaba por terminar, perecía que el joven alfa estaba conteniéndose todo el tiempo para no arrastrarlo hasta la habitación y terminar sabrá la Luna en qué condiciones.

Jeongin terminó sentado sobre el regazo de Chan, con ambas piernas al costado izquierdo del alfa mientras este deslizaba sus manos por las definidas medias curvas de su cuerpo y deteniéndose un poco más sobre su trasero, se vio de nuevo en la vergonzosa situación de sonrojarse como un omega inexperto cuando Chan apretaba su trasero intensificando la sensación del beso.

Jeongin mordió su labio al recordar lo bien que se sentía que alguien atendiera de esa forma tan delicada y al mismo tiempo intensa su cuerpo, su omega lo disfrutaba plenamente y él, bueno él no podía estar más satisfecho, aunque después reprendiera a Chan por pasarse de manos curiosas.

Treinta y dos ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora