Treinta y dos ☘ ChanIn

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—Hyung, en serio no quiero herir tu ego —decía Chan con una mirada desafiante—, lamento tener que vencerte de esta forma.

Jeongin bufó y sonrió altivo.

—Hablas más de lo que juegas mocoso —retaba manteniendo su mirada en el joven alfa.

Chan sonrió de nuevo antes de rebotar la pequeña pelota en la mesa y golpearla.

Cuatro partidos se han jugado, dos ganados para el alfa y dos para el omega, justo ahora inician el partido que decidirá quién gana. Chan descubrió lo competitivo que es su novio y lo divertido que es competir contra él.

El partido seguía su curso, ambos dando lo mejor por ganar, divirtiéndose y pasando un momento agradable, de pronto el golpeteo de la pequeña pelota sobre la mesa se volvió más insistente, rápido, Chan moviéndose a lado y lado para responder a la evidente declaración de guerra de su novio, Jeongin sonreía altivo al estar llevando al joven alfa al borde pues su coordinación al moverse comenzaba a fallar debido a los certeros golpes de su paleta.

Jeongin podía saborear la victoria y se permitió pensar en que le pediría a Chan como premio, aquella ligera distracción fue el factor que lo llevó a dar un mal golpe, Chan sonrió y devolvió la pelota, Jeongin estaba a muy poco de fallar, pero estiró su brazo con rapidez y logró defenderse.

Pero lamentablemente no pudo seguir el partido, soltó un quejido que alertó a Chan de inmediato, Jeongin llevó su mano a la unión de su cuello y hombro con una mueca de dolor, ha pasado tiempo desde que no hacia tanto ejerció, su trabajo lo mantiene sentado casi todo el día y aunque a veces camina de camino a la agencia, no se compara con movimientos bruscos como el que justo acababa de hacer.

Tal vez los años comienzan a pasarle cuenta y ya que nunca fue muy atlético su cuerpo no está acostumbrado al ejercicio.

—Hyung, ¿está bien? —preguntaba Chan con ese tono preocupado que hizo a Jeongin sonreír.

—Estoy bien, solo es un poco de dolor en el cuello —explicaba mirando a Chan—. Creo que un descanso estaría bien.

Chan asintió y se dirigieron a las bancas junto a la mesa, Chan le dio una botella de agua ya abierta y se acomodó detrás de Jeongin, movió la mano del omega de su cuello y comenzó con esos masajes terapéuticos que Jeongin disfruta mientras el dolor desaparece.

—¿Está mejor? —pregunta Chan en su oído, Jeongin asiente y suspira, el alfa no evita su sonrisa satisfecha al ver a Jeongin tan cómodo con sus manos sobre él y en público, esto le dice que poco a poco Jeongin se siente más cómodo a su lado sin importar la gente.

—Lamento haber interrumpido el partido así —comenta Jeongin cuando Chan terminó el masaje a su cuello y hombros.

—No te preocupes, de todas formas, ya habías ganado, ese último pase no alcancé a golpearlo —excusa con entusiasmo—. Creo que mejor dejamos que tu cuello y hombros descansen.

Jeongin inconsciente formó un puchero en sus labios.

—¿Arruiné la cita?

Chan se acerca despacio y le da un beso en la mejilla.

—Claro que no, estos han sido los partidos más emocionantes que es jugado nunca, además podemos pasar un rato más por aquí, escuché que venden un helado muy delicioso. ¿Quieres uno?

—Helado suena perfecto —asintió Jeongin dejando su mano derecha sobre la mejilla del joven.

—Bien, vuelvo en un momento —se despidió.

Jeongin suspiró feliz y... ¿Enamorado?

Si, bastante enamorado, aún le causa algo de conflicto estar saliendo con un chico tan joven, pero esos pensamientos cada vez son menos, no ha pensado en como contarle a sus amigos, Changbin o sus padres, pero aún queda tiempo, Chan aceptó esperar tres meses, y apenas van en el primero, no hay prisa.