9.

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Daemon Targaryen nunca se caracterizó por ser una persona paciente. Era lo opuesto, de hecho.

Así que fingir que no sabía que Aemond se metía por la ventana de Lucerys casi todas las noches a medianoche significaba un enorme esfuerzo para su carácter. Uno que estaba dispuesto a tomar debido a la culpa que lo consumía.

El pobre Lucerys estaba castigado por su culpa. Sin tarjetas de crédito. Sin dinero. Sin salidas. Sin Aemond. Sobre todo, sin Aemond. Rhaenyra había sido muy específica en ese punto.

Así que cuando el sillón de la sala lo incomodó lo suficiente como para que su cuello grite de dolor, se levantó del incómodo lugar y subió escaleras arriba. No tocó, abrió la puerta de Lucerys y lo encontró dormitando en el hombro del intruso, quien levantó la mirada sorprendido.

—No te hagas, Hightower. — escupió Daemon —Los he escuchado durante prácticamente una semana. Si no quieren que nadie sepa que te escabulles aquí, deberían al menos jodidamente taparse la boca mientras cogen.

Luke pareció despertar ante la voz de su padrastro. Se puso rígido como un poste cuando lo vió ahí y vió en qué tipo de momento los había encontrado, siendo justos, el Strong no estaba preparado para que su padrastro lo vea siendo íntimo con Aemond.

Había ingresado en la habitación justo después de haber confesado algunas cosas sobre sus preocupaciones, y lograr conciliar un poco el sueño en medio de caricias desmedidas por parte del rubio.

Para Lucerys Strong ese momento era muy íntimo. Incluso más íntimo de lo que puede llegar a ser el sexo.

—D-daemon... — murmuró aterrado —N-no es lo que parece...

El mayor suspiró, tomando la nariz entre los dedos en medio de un gesto de paciencia. Cerró la puerta tras de sí y luego dijo:

—Lo que parece es que Aemond ha estado colándose en tu habitación por la maldita ventana desde hace una semana. — Daemon lo miró con obviedad —Me subestiman más de lo creen.

—Mira, maldito viejo — comenzó Aemond, viéndose valiente —Este asunto no es de tu incumbencia, y...

—No vengo a pelear, Romeo y Julieta. — el rubio mayor desvío la mirada, restándole importancia —¿O debería decir Julieto? — pareció contrariarse —¿Qué es más inclusive?

Aemond soltó una carcajada tan fuerte que tuvo que taparse la boca con la mano. Lucerys lo golpeó por lo bajo, dedicándole una mirada de ternura a su padrastro.

Desde que habían tenido esa conversación, Daemon había aprovechado su tiempo libre en casa (ya que ya no le permitían salir ni a dar la vuelta a la manzana) para estudiar sobre la comunidad LGTBQ+ para reafirmar su apoyo a Lucerys.

Eso había ocasionado que en una cena familiar el rubio mayor le haya preguntado de frente a sus demás hijos sus inclinaciones sexuales románticas.

La tensión entre Daemon y Rhaenyra aún era palpable, aún así, las cenas familiares no habían terminado de ser de carácter obligatorio.

Esa noche, dos días luego del incidente de Alicent y Aegon, Daemon quería demostrar lo mucho que había aprendido en base a la investigación sobre los "Arcoiris sin Derechos" como le gustaba llamarlos en la cabeza.

Aunque era broma si lo funaban.

De todas formas, decidió romper el silencio con unas simples palabras.

—¿Algún otro de ustedes es gay?

Jacaerys se atragantó con el bocado de verduras que se había llevado a la boca, ocasionandole una tos que no paro hasta que Baela le golpeó la espalda con fuerza. Una vez que sucedió, el trago se volvió pesado y sus ojos se aguaron ante el comentario de su padrastro.

Fucking HightowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora