Hermana Pequeña

𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁ℴ 𝒩𝓊ℯ𝓋ℯ

07 de Junio, 2021

¿Cómo puedes definir una vida extraña? ¿Viendo lo que hace el resto de las personas? ¿Observando los defectos y curiosidades de la tuya? Miles de personas definen tu vida como extraña, diferente o rara, pero lo que ellos no notan es que hasta su propia vida o familia son extraños a como ellos "acostumbran".

¿Quién no ha visto a alguien con muchas pulseras o con mangas largas para ocultar las cortadas de sus brazos? ¿Quién no se ha enterado que un amigo o amiga es huérfano aún cuando sus padres siguen existiendo? ¿Quién no ha sido un hijo no deseado?

Todas las familias y vidas son extrañas, lo que establece la gente común y del montón son las que "definen" lo que es extraño. Pero por eso Aidan, Max y yo no nos juntamos con cualquiera, porque sabemos que nuestra vida es extraña para todos los que nos rodean. Y es que así nos definen los hijos de los amigos de mis padres.

¿Por qué? Bueno, los padres de Max tienen un circo en el cual participa como uno de sus integrantes; Aidan tiene una hermana menor que es adoptada pero que ama con toda su alma (osea yo); y yo nunca tuve un verdadero nombre hasta que me adoptaron los Gallagher. Definitivamente eramos extraños para todos.

Y normalmente, cuando mis papás invitan a sus amigos a cenar a la casa y traen a sus hijos, nosotros nos encerramos en nuestro mundo y nos la pasamos haciéndoles bromas a los hijos, cosa que nos ayuda a que nuestros padres nos ayuden y defiendan porque saben que nosotros les hacemos bromas a todos, incluyendonos a nosotros mismos.

Aunque en esta ocasión es diferente porque ellos invitaron a la familia Moormeier, una familia conformada por el padre, Aleix Moormeier¹; la madre, Zandra Rockson²; el hijo mayor, Payton, y el hijo menor, Zack³. Payton es de la edad de Aidan, lo que le da permiso de sacarlo de la casa cuando quiera y molestarlo a cada rato, mientras que Zack es más chico que yo, como por uno o dos años.

Mis papás aceptaron que podríamos invitar a Max, pero nos pidieron específicamente a los tres que nos comportemos para que no haya más problemas con la familia a los pasados hace cuatro años.

-Y nada de comentarios burlones, ¿quedó claro? -finalizó de enlistar mi papá todas las acciones que tenemos prohibidas con los Moormeier. Básicamente no podíamos hacer nada más que estar sentados y escuchando con "atención" la plática que tengan.

-Sí, papá. Sí, señor Gallagher -asentímos los tres ante sus instrucciones.

-Usted esté tranquilo, señor, no va a pasar nada grave durante la cena -lo trató de relajar Max-. Vamos a portarnos tan bien que no siquiera van a notar que estamos aquí -agregó.

Mi papá soltó un suspiro después de las palabras de Max, yo sé que él espera que sí cumplamos con lo que Max me dijo. Pero la verdad es que es muy poco probable a que eso pase.

-Eso espero -murmuró mirándolo.

Una vez que terminó de hablar, escuchamos el timbre de la casa sonar. Así que mi papá se volteo para poder abrir la puerta, pues se encontraba a sus espaldas y nosotros de frente a ella, aunque mi mamá se encuentra sentada en el reposabrazos de un sofá. Escuchamos que dió un respiro mientras se acomoda un poco el cabello y, con eso, abrió la puerta encontrándose con la familia completa de pie.

La familia Moormeier vestía de forma elegante, igual que mis padres, pero nosotros optamos por algo más casual. Los varones Moormeier vestían trajes caros color negro con camisas blancas y corbatas también negras. La señora Moormeier tenía un bonito vestido rojo que le llegaba hasta la rodilla. Mi papá tiene un traje negro con estampado de líneas blancas, camisa blanca y corbata rayada con tonos grises. Mi mamá tiene un vestido verde con estampado floreado que le llega un poco más abajo de la rodilla.