Capítulo 4

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   Zarpa Sombría se encontraba en el bosque. No sabía donde exactamente, se sentía perdida. Sintió una voz que la llamaba -¡Zarpa Sombría!- despertó. Zarpa Abrasada estaba junto a ella y la miraba expectante- ¡despiértate!¡es hora de nuestro primer entrenamiento!-exclamó entusiasmado.

   Zarpa Sombría se levantó de un salto al oír esas palabras. Aún no podía creer que Garra Negra fuera su mentora ¡todo era tan increíble! - oye Zarpa Sombría- dijo Zarpa Abrasada - Garra Negra le ha dicho a Tormenta Gris si queremos tener nuestro primer entrenamiento juntos ¡ayúdame a convencerlos! Nube Blanca ya ha salido sola con Patitas Blancas, pero tu podrías venir conmigo- suplicó.

   A Zarpa Sombría le encantaba la idea, pero habría que ver que pensaba Tormenta Gris. Ambos se acercaron a los dos gatos, que estaban charlando -Pues depende de lo que quiera mi aprendiz, es su primer entrenamiento- decía Tormenta Gris.

   Zarpa Abrasada exclamó -¡yo sí quiero entrenar con Zarpa Sombría!- Zarpa Sombría miro a Tormenta Gris, suplicante.

   Tormenta gris los miró un segundo y suspiró- está bien, pero salgamos ahora-

   -¡Sí!- dijeron ella y Zarpa Abrasada al unísono.

   -Me parece bien- dijo Garra Negra -vamos-

   -¿Qué nos enseñarán hoy?-preguntó Zarpa Sombría.

   Tormenta Gris se giró para responder-Les mostraremos las fronteras-

   Los cuatro juntos desaparecieron por el túnel de aulagas y alcanzaron la cima del barranco.

   -¡Cuantos árboles!- exclamó Zarpa Abrasada. Zarpa Sombría se encogió de hombros. Amaba el bosque, pero había vivido entre árboles antes de su llegada al clan.

   Los dos aprendices siguieron a los guerreros por una senda hasta una hondonada arenosa.

   -Aquí es donde los aprendices suelen entrenar, y así lo harán ustedes muy pronto- dijo Garra Negra.

   -Hay un arroyo del otro lado de esta cuesta, pues hasta hace unas cientocincuenta lunas por aquí corría un río.

   -Impresionante- respondió Zarpa Abrasada, muy emocionado. A ambos aprendices les temblaban las patas de entusiasmo.

   Continuaron la marcha por el frondoso bosque hacia el arroyo. Los olores llenaban las fosas nasales de Zarpa Sombría. Cruzaron por unas piedras y Zarpa Abrasada casi resbala, pero todo fue bien y llegaron a la otra orilla con todos sus pelos. Se internaron más en el sotobosque. Zarpa Sombría pudo darse cuenta de que ya estaba ocurriendo el deshielo, y pronto iniciaría la estación de la hoja nueva.

   Se detuvieron junto a un gran árbol - este es el árbol de la lechuza- explicó Garra Negra.

   Zarpa Sombría miro arriba. Notó un gran hueco en el árbol -¿cómo saben que es una lechuza y no otra cosa?- preguntó Zarpa Abrasada.

   -Por el olor- respondió Tormenta Gris -luego te enseñaré cómo hacerlo-.

   Continuaron la marcha. Cruzaron un camino de dos patas y un arroyuelo diferente, hasta llegar a un gran árbol.

   -Este es el gran sicómoro- explicó Garra Negra.

   -No parece tan grande- bromeó Zarpa Sombría. El árbol medía unas 10 colas, y era el árbol más grande que hubiera visto en su vida.

   -Es el árbol más grande en nuestro territorio, talvez en todo el bosque. En un tiempo deberá ser aún más grande- dijo Tormenta Gris.

   -Increíble- Zarpa Abrasada daba vueltas, entusiasmado.

Días sombríos #1/ Lealtad / Los gatos guerrerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora