Luego de charlar con Zarpa Luciérnaga y contarle lo ocurrido, Zarpa Sombría se acercó a su mentora, que estaba a punto de salir con la patrulla de la mañana.
-Entrenaremos más tarde- le dijo unos momentos antes de salir por el túnel de aulagas junto a Tormenta Gris, Leónido y Patitas Blancas. La aprendiza rojiza había recibido al atigrado gris como mentor luego de que Nube Blanca se uniera a las reinas, y la gata blanca se había visto bastante triste por eso. Sin embargo, Patitas Blancas se había mostrado muy tranquila en cuanto a ese tema, y no parecía tener ningún resentimiento contra su antigua mentora.
Zarpa Sombría no sabía que podía hacer, y pensó en ir a la maternidad a ver a los pequeños cachorros, para pasar algún momento de relajación. La gata negra cruzó el claro y llegó hasta la maternidad. Se le erizó el pelo del lomo al encontrar dentro a Garra de Pino, pero trató de disimular. Zarpa Abrasada también estaba allí, posiblemente porque Tormenta Gris había salido en la patrulla junto con Garra Negra.
Cuando los gatos la escucharon entrar se giraron a verla. La aprendiza se encogió ante tantas miradas, pero la dulce voz de Flor Centelleante la tranquilizó.
-Siéntate, pequeña- maulló, relajada.
Zarpa Sombría le hizo caso y se sentó con la cola enroscada alrededor de las patas. Ya había pasado media luna desde el nacimiento de Polvorilla, y la gatita había abierto los ojos hacía unos días. Había salido con los ojos azul profundo de su madre, y la aprendiza pensó que eso era lo único que la diferenciaría de Zarpa Plateada. Aún no se movía demasiado, seguramente lo haría en unos pocos días más. La gata se giró para ver a los cachorros de Flor Trigueña, los cuales eran aún muy pequeños para ver sus ojos abiertos. Aún se mantenían completamente ciegos y sordos.
-Me atrevería a preguntar...¿ya sabes cómo se llamarán?- preguntó Zarpa Sombría a la gata rojiza.
-Estábamos hablando de eso antes de que llegaras. Sí. La hembra de color amarronado será Espinilla, y la otra será Pequeña Rojiza. Bueno, ya sabes el nombre de Pequeño Pino- respondió Flor Trigueña.
-Esos son nombres muy bonitos- reflexionó Zarpa Sombría.
Los gatos de dentro de la maternidad siguieron charlando, y la gata negra se despidió con un movimiento de la cola. Se encaminó al claro, pensativa. Se preguntó cuando nacerían los cachorros de Nube Blanca.
Más tarde decidió salir a cazar. Logró atrapar un gorrión y un ratón, los cuales enterró para recogerlos más tarde. Por accidente, persiguiendo un ratón, tropezó y rodó por la pendiente que bajaba a los cuatro árboles. Cuando se paró, sintió un olor familiar.
-¡Zarpa Seca!-llamó-¿Estás por aquí?
-¡Sí!- respondió una voz desde lo alto. Zarpa Seca apareció de entre unos matorrales y se acercó a Zarpa Sombría-Ya no soy Zarpa Seca. Ahora soy Hoja Seca- dijo, orgullosa.
-¡Hoja Seca!¡Así que ya eres una guerrera!- exclamó Zarpa Sombría.
-¡Sí! Ya hace unos dos días ¿Cómo va todo?- preguntó.
-Perfecto. El clan está repleto de cachorros ¡Hay tres reinas en la maternidad!- respondió al mismo tiempo que se sentaba.
-¡Que bien!- dijo Hoja Seca -parece que no tendré que salvarte de nada...- bromeó.
-En todo caso, ¡yo tendré que salvarte a ti!- bufó en broma la aprendiza del Clan del Trueno.
-En tus sueños- respondió Hoja Seca -bueno... debo irme. Se supone que debo patrullar cuando el sol esté en lo más alto, así que adiós.
-¡Adiós!- se despidió Zarpa Sombría, al tiempo de ver como su amiga corría en dirección a su territorio y desaparecía otra vez entre los arbustos.
Luego continuó cazando, y consiguió atrapar un campañol bastante rollizo. Luego pasó a buscar las demás presas que había cazado y se encaminó hacia el campamento. Pasó por el árbol de la lechuza, y cruzó el arroyo por los pasaderos. Al llegar a destino se encontró con Garra Negra, la cual la miró, inexpresiva. El sol ya estaba descendiendo. De pronto la aprendiza se dió cuenta de que no había ido al entrenamiento. Se preparó para un sermón, aunque no fue para tanto.
-Zarpa Sombría. No viniste a entrenar, aunque veo que estuviste cazando. Al menos tienes algo para dar a los veteranos y las reinas. No te dejaré ningún castigo, pero que sea la última vez que no asistas al entrenamiento sin avisarme- su voz tenía cierto tono de reproche, pero se mantenía serena y relajada - ve a dormir- le ordenó.
-Sí- dijo Zarpa Sombría al tiempo que agachaba la cabeza respetuosamente -lo siento.
-Más vale- dijo Garra Negra casi en un susurro.
La aprendiza dejó un poco de comida para los veteranos y luego llevó algo para las reinas. Le agradecieron y luego ella se fue hacia la guarida de los aprendices para dormir. Antes de acostarse en su lecho se puso a charlar con Zarpa Abrasada y Patitas Blancas y les contó lo que había pasado. Luego ella y su amigo se acostaron.
Había algo que siempre dejaba pensando a Zarpa Sombría ¿por qué dormía con Zarpa Abrasada? Le generaba un sentimiento de calidez y relajación pero, ¿porque era su amigo, talvez, la hacía sentir así? No lo sabía. <<¿Haría lo mismo con Zarpa Luciérnaga o Patitas Blancas?>> se preguntó. Finalmente se quedó dormida, sintiendo el cálido contacto de aquel pelaje rojizo contra el suyo.● ● ●
Habían pasado diez días desde la vez en que Zarpa Sombría había faltado a su entrenamiento guerrero. La aprendiza despertó y emitió un largo bostezo, el cual despertó a Zarpa Abrasada, que dormía junto a ella. El aprendiz se retorció en el lecho, hasta que finalmente levantó la cabeza, somnioliento.
-Buen día- lo saludó Zarpa Sombría, que ya se había levantado.
-Buen día- repitió Zarpa Abrasada con voz ronca.
La aprendiza salió de la guarida y miró alrededor. Hoy habría asamblea, pero las nubes cubrían el cielo en su totalidad. Cruzó el claro corriendo para encontrarse con su mentora, Garra Negra. La gata se encontraba junto al túnel de aulagas con Garra de Pino y Leónido.
-Hola, Zarpa Sombría- pensó unos segundos y añadió -¿quieres unirte a la patrulla?
-Claro- respondió la aprendiza. Su mentora ya no se mostraba hostil por lo ocurrido, y a ella eso la relajaba. No quería perder aquella relación que tenía con Garra Negra.
-Pues vámonos ahora- gruñó Garra de Pino, que estaba ubicado a un costado, mirando expectante.
-Sí- respondió Garra Negra- vamos.
Los cuatro gatos avanzaron a través del sotobosque. Se dirigieron hacia el sendero atronador, el que marcaba la frontera con el Clan de la Sombra. Caminaron a un costado de la fría superficie, y en más de una ocasión el polvo que los monstruos hacían volar cegó a Zarpa Sombría. La aprendiza abrió la boca para captar olores, pero solo notó el horrible hedor del sendero atronador y sus monstruos. Luego se desviaron y continuaron caminando, pasando cerca del árbol de la lechuza. Zarpa Sombría captó el olor de un ratón, y se metió entre unos arbustos, dejando atrás a sus camaradas. Regresó unos segundos después con su presa en la boca.
-Muy bien- la felicitó Garra Negra.
La aprendiza enterró el botín y continuaron la marcha. Pasaron por las rocas soleadas, donde Zarpa Sombría pudo ver que sus compañeros olfateaban y dejaban marcas olorosas excesivamente. Era evidente que seguían teniendo cierto miedo a que los volvieran a atacar. De regreso al campamento se pararon a cazar un poco, y luego finalmente cruzaron el túnel de aulagas.
Zarpa Sombría dejó algo de comida para los veteranos, y llevó algo para las reinas. Los cachorros de Flor Trigueña ya habían abierto los ojos. Las dos hembras tenían los ojos amarillos de su madre, pero a Pequeño Pino se lo veía idéntico a su progenitor. Aún no tenía demasiado pelo, pero se le notaban las patas blancas y el pelaje marrón oscuro. Sus ojos verdes lo hacían ver como una copia viva de Garra de Pino. En cuanto a Polvorilla, la cachorrita ya había aprendido a caminar -torpemente- y balbuceaba algunas palabras sueltas como "mamá", "comer" o "dormir".
Finalmente la aprendiza se abrió camino hacia la guarida de los aprendices, donde encontró su lecho de musgo. Pero sabía que no se sentiría lo suficientemente cálida hasta que Zarpa Abrasada se acostara junto a ella. Se había acostumbrado demasiado a sentir su pelaje contra el de ella. Finalmente -luego de que él llegara- Zarpa Sombría cerró los ojos y se durmió.
ESTÁS LEYENDO
Días sombríos #1/ Lealtad / Los gatos guerreros
Hayran Kurgu<<Cuando un gran peligro aceche al clan, y la oscuridad lo cubra todo, una sombra alumbrará el camino.>> Los clanes vivieron pacíficamente durante muchas lunas, pero una nueva tragedia a de llegar. Una cachorra llegará al clan, la cac...