14⋆

6.7K 626 244
                                    


Había pasado todo el día Nathan en el departamento, habíamos acordado salir a cenar juntos. Él tenía una energía extraña desde hace días pero por más que le preguntaba simplemente no me daba una respuesta concreta.

-—Creo que no podré salir contigo en la noche, perdón— se sentó junto a mí, frente al espejo de mi tocador.

—Nathan— me giré, tomé sus manos entre las mías de la forma más dulce posible— ¿Podrías decirme que pasa?

Suspiró, se mantuvo en silencio mientras acariciaba mis manos.

—Dorian y mi padre se van a divorciar... Están en ese proceso desde hace dos semanas, pero me lo dijeron el lunes— bajó su mirada al suelo, solté sus manos para abrazarlo, el Correspondió enseguida tomándome por la cintura— Parece que es por mutuo acuerdo, pero ambos ya tienen nuevas parejas y no entiendo absolutamente nada.

—Nathan...— no sabía que decir, mi forma de demostrar apoyo es estar presente, ayudar con acciones y no con palabras.

—Me iré a Canadá— soltó sin más, separandose del abrazo.

—¿Qué? ¿Cuándo? ¿Por qué?

—Tranquila— acarició mis muslos— Será en un mes y medio, quiero disfrutar este tiempo contigo.

—Es que no sé ni cómo sentirme...— suspiré, eché mi cabeza hacia atrás intentando tomar más aire— Van a comenzar las grabaciones del álbum, los conciertos... Dijiste que estarías ahí.

—Estaré, créeme— besó mi frente— Ajusté todo para poder estar contigo para los primeros lanzamientos y asistir al primer concierto, no tienes porqué preocuparte— Carajo, Nathan era perfecto.

—Te quiero tanto— me incliné hacia él para volver a abrazarlo— Gracias por ser tan bueno conmigo.

—No es nada, Meg— organizó mi cabello— Eres muy linda— se separó pocos centímetros de mí, tomó mi rostro entre sus manos— Debo ir a descansar, mañana tengo que ir a trabajar— dejó varios besos sobre mis mejillas, finalizó con un largo y dulce beso sobre mis labios.

—Te acompaño a la puerta— me levanté, no tardó en hacer lo mismo. Tomó mi mano, salimos de mi cuarto.

Él iba hablando sobre su trabajo, yo iba atenta escuchándolo, escaneando todo el departamento con mi mirada en busca de alguno de los chicos. No había nadie.

—Adios, Meg— volvió a besarme. Rodeé su cuello con mis brazos, sus manos estaban sobre mis caderas.

De repente, la puerta de la entrada se abrió de par en par. Nathan se separó rápidamente de mí, ambos nos habíamos asustado. Frente a nosotros estaban nada más y nada menos que Tom y Dorian, ella lo abrazaba por la cintura mientras él miraba a Nathan como si estuviera a punto de golpearlo.

—¿Qué hace ella abrazando a Tom?— los señaló. Nathan entendía lo que pasaba, pero aún así se veía confundido

—¿¡No te lo ha dicho!?— pregunté sin pudor alguno. Maldita descarada.

—Ya es hora de irte a dormir ¿no crees, Nathan?— a Tom parecía darle exactamente igual lo que estaba sucediendo.

—Ya es hora de que te busques una vida propia ¿No crees, Tom?— Nathan los miraba a ambos con desprecio. La tensión en el ambiente era terriblemente incómoda.

—Nathan, no seas grosero— respondió Dorian dándole una mirada de advertencia— Deberías estar en tú departamento.

—¡Una mierda!— jamás lo había visto tan enojado, y bueno, era completamente entendible— Olvídate de seguir trabajando conmigo— pasó por en medio de los dos, emoujadolos por los hombros— Este imbécil— señaló a Tom— lo único que te dará son problemas— azotó la puerta al salir. Me daba pena por él.

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐄𝐃 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔 | 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora