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El concierto.

Era oficialmente el día del concierto, era fantástico volver a estar en una prueba de sonido, escuchar los llamados de los fans y centrarnos únicamente en tocar, en hacer un auténtico show, dejando atrás cualquier problema o preocupación que de no ser por la adrenalina que recorría nuestros cuerpos al estar en el escenario, nos estarían comiendo la mente cada segundo que pasaba.

Se sentía como un sueño, faltaba solo una hora para dejar de estar nuevamente en un camerino, ensayando, que todo el mundo se preocupara porque nos viéramos perfectos, para pasar a jugar por todo el escenario con los chicos, bailar con Bill, correr por todo el lugar con mi hermano, compartir risas y miradas divertidas con Gustav, o cantar espalda con espalda junto a Tom mientras el dejaba su corazón en aquella guitarra que lo acompañaba hace tantos años y que cuidaba con su propia vida.

Estaba en el éxtasis máximo, nada ni nadie más importaba.

-¡Tom, te buscan afuera!- gritó Georg, entreabriendo la puerta para mirarnos, interrumpiendo la charla que estaba teniendo con los gemelos.

-Tom...- su hermano lo miró con desaprobación, como si supiera que algo iba a aturdir nuestra paz.

-Solo será un momento- susurró, se levantó y salió del camerino rápidamente.

Tom y yo habíamos pasado por muchas mierdas, cosas innecesarias que solo interrumpían las muchas oportunidades de estar juntos que habíamos tenido; sin embargo, después de todo lo sucedido con Dorian, Nathan y las mellizas, ambos habíamos tomado en serio nuestros papeles de adultos responsables, bueno... Dentro de lo que cabe. Convivíamos demasiado, habían sido solo unos días, pero era lo suficiente para forjar una excelente relación, amistosa, quizás, que más da, lo que importa es que habían sido muchos buenos momentos, sin ningún tipo de tensión, pelea o toxicidad de por medio, solo dos adultos consientes de lo que querían, dándose el tiempo suficiente para conseguirlo; tal cómo debió ser desde el principio.

-Georg me está llamando- el rubio se levantó, sacando su teléfono del bolsillo trasero de su pantalón- Debo ir a preparar mi voz, te quiero- besó mi mejilla, salió sigilosamente del cuarto.

Me levanté para revisar mi maquillaje, de repente, se escuchó la puerta abrirse, creí que era Tom, pero no.

-¡Hola!- la pelirroja habló llena de alegría tras de mí- Es un placer conocerte, Tom me habló de ti.

-Un gusto...- me gire, espere a que dijera su nombre.

-Alondra- algo en ella no me generaba confianza- Soy estilista ¿No te han hablado de mí?- negué con la cabeza- Bueno, me contrataron para encargarme de preparar a los chicos.

-Oh, que bien...- sonreí falsamente, comenzaba a sentirme incómoda.

-¡Alondra!- Tom entró apurado- Bueno, ya se conocen...- frunció los labios.

-Es muy linda tu ex novia- la pelirroja se acercó a el, abrazando su brazo. Habló con ironía lo cual me molestó.

-¿Ella es...?

-Nuestra estilista hoy, tu hermano nos presentó...

-Tom y yo salimos hace unos meses- ella interrumpió- Que lindo cómo la vida une a la gente una y otra vez cuando están destinados a estar juntos ¿No crees, Megan?- me miró, una estúpida sonrisa de superioridad se dibujó en su rostro.

Y es por estas cosas que soy una inmadura de mierda.

-Si, Tom y yo lo hemos comprobado varias veces- sonreí de la misma manera, caminé hacia la puerta, viendo de reojo cómo la sonrisa de ella simplemente se esfumaba- En cinco nos esperan para salir, no llegues tarde- salí sin más, escuché algunos murmullos tras de mí en el proceso.

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐄𝐃 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔 | 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora