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Megan

-¡Las alfombras rojas son lo mejor!- exclamó Bill, mirándose al espejo.

-A mí la moda me importa un carajo.- Gustav, por otro lado, no sonaba tan feliz- Yo debería estar con Tessa arreglando lo de nuestra boda.

-Tu novia se tomó el tiempo de escoger ese traje para ti, deja de ser llorón.- dije, posicionandome junto a Bill, quien estaba sacándose fotos frente al espejo.

-Gustav, deja que te arreglen el cabello rápido, tenemos que estar allí a tiempo.- ordenó Bill, intentado gesticular lo menos posible mientras seguía tomándose fotos.

-Me iré temprano, que les quede claro.- nos señaló, se levantó de su asiento para finalmente salir de la habitación.

-Por suerte no falta mucho para su boda, no soporto al Gustav estresado una semana más.- rodé los ojos. Tanto Tessa como Gustav estaban centrados únicamente en su boda, era completamente entendible, claro, pero aún así no podían dejar de lado su trabajo.

-¿¡Bill, donde mierda dejaste mis zapatos!?- preguntó Tom, azotando la puerta tras de él.

-¿No los ves frente a ti? descerebrado.- el rubio señaló el par de zapatos sobre la mesa, a tan solo unos metros de nosotros - Mira más allá de tu fea naríz.

-Tú tienes la misma.- sacó su dedo medio, se acercó rápidamente a aquella mesa.

Me dirigí hacia el asiento más cercano, observando con diversión la extraña pelea que estaban teniendo los gemelos.

-¡Bill!- me interpuse entre ellos -No lo despeines, joder.- pude notar como Tom detrás de mí le mostraba la lengua en señal de burla.

-Claro, defiendelo.- espetó el menor de los gemelos- Solo porque a ella sí la respeto.-advirtió, señalando a su gemelo.

-Tú, deja de pelear, pareces un niño pequeño.- comencé a arreglar su traje, por suerte seguía casi intacto.

-Si, señora megan.- comentó divertido, intentando contener la risa.

-Y no me llames así.- golpeé suavemente su abdomen- Vamos, ya nos deben estar esperando.

(...)

Moría de los nervios, era la primera vez en meses que hacía una aparición pública de este tipo, y ahora lo hacía junto a Tom. Ninguno de nosotros había comentado nada sobre lo sucedido en el concierto, pero los paparazzis tenían la información suficiente para confirmar por si mismos nuestra relación, y de alguna forma, se los agradecía.

-Entonces... Tu cabello es falso...- Georg parecía un niño, tocando y analizando con cuidado mi cabello, o bueno... Mi peluca.

-Como lisa.- respondí con una sonrisa, haciendo mi mayor esfuerzo por no cegarme con los flashes de las cientos de cámaras que teniamos frente a nosotros.

-Que tonta...- murmuró- Es que me parece fascinante que se vea tan real.

-Si tengo la oportunidad de tener un cabello diferente cada que salga a la calle, créeme, la aprovecharé al máximo.- golpeé su mano, retrocediendo varios pasos.- Deja de tocarlo. No pasé varias horas sentada para que lo arruines en dos minutos.

-Voy a contratar a tu estilista, a veces extraño mi cabello largo.- si no fuera por la multitud, hubiera estallado en risas allí mismo.

-Ya Georg.- desvíe mi vista de él,. intentando no reírme-¿De qué crees que esté hablando Tom?- él estaba algo alejado de nosotros, se veía impecable, jodidamente caliente.

-De que lo besaste en un concierto frente a miles de personas, quizás.- se encogió de hombros.

-Buen punto.- ladeé mi cabeza. A lo lejos pude ver cómo alguien de la prensa se acercaba a nosotros.

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐄𝐃 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔 | 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora