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Ven a mi cuarto.

Después de mandarle aquél mensaje a Tom tiré mi teléfono a mi cama. Quería dejar lo de la maldita apuesta, me tenía harta todo esto, lo único que estaba logrando era aumentar mi odio hacia Dorian y ver cómo Tom cada día la cagaba más. Era hora de ponerle fin a algo sin importancia que jamás debió pasar.

-Pasa- respondí al escuchar pequeños golpes en mi puerta

-¿Pasó algo?- entró sigilosamente a mi cuarto, me miraba atento desde el otro lado de la habitación.

-Tom, quiero acabar con esta estúpida apuesta- me giré para poder mirarlo- Ni nosotros ni ellos merecen esto.

-Bueno, tienes razón- se encogió de hombros, no parecía estar muy convencido- Ya no tenemos dieciocho- asentí - Pero no pienso ser amable con Nathan.

-Ay dios...- incliné mi cabeza hacia atrás, suspirando de manera exagerada - Siempre y cuando dejes de actuar como un demente no hay problema.

-Fue tu idea, te lo recuerdo- me miró con incredulidad - Creo que lo mejor que podemos hacer es llevarnos bien, se acerca el primer concierto.

-¡Exacto!- volví a mirarlo con una gran sonrisa- Simplemente dejemos que pase lo que tenga que pasar.

-Me parece bien- me regresó la sonrisa- Dejemos eso hasta aquí.

-Pensé que sería más complicado... - dije por lo bajo - Bueno, eso era todo.

-Megan...

-¿Hum?- elevé mis cejas.

-¿Nathan vendrá esta noche?

-Si...¿Por qué tanto interés en eso?

-Es que siento algo raro por parte de él- Tom llevaba días diciendo eso, pensaba que era por la apuesta- No sé cómo explicarlo, pero siento que es incómodo cuando el está.

-Yo siento lo mismo con Dorian- caminé hasta quedar frente a él- ¿Podemos hablar de esto después? Nathan está por llegar.

-Está bien - suspiró rendido- Saldré con los chicos, iremos a Caña Rum.

-¡Gracias!- besé su mejilla. Se fue rápidamente, minutos después la casa estaba en completo silencio.

Terminé de prepararme tan rápido cómo pude, estaba terriblemente ansiosa por ver a Nathan. Él realmente comenzaba a gustarme, por eso y más decidí terminar con la apuesta, él no merecía algo así, y yo quería permitirme enamorarme de él.

Estaba parada frente a la puerta, esperando que me indicara que debía abrir la puerta, mi teléfono se tambaleaba entre mis manos temblorosas.

Estoy afuera.

Dejé el teléfono sobre la mesa, abrí la puerta analizando lentamente al chico que tenía frente a mí, fijando mi atención en sus brazos que estaban descubiertos por completo, dejándome ver cada uno de sus tatuajes, mierda, eso lo hacía ver aún más atractivo.

-Te ves hermosa- me tomó por la cintura, dejó un pequeño beso sobre mis labios- ¿Cómo estás?

-Muy bien- sonreí- Mucho mejor ahora que estás aquí- el pelinegro me regresó el gesto.

-Eres tan linda- acarició delicadamente mi cintura- ¿Y los chicos?

-Oh, salieron- respondí con indiferencia- Están en un bar los cuatro.

-Entonces el departamento está solo...- una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro- Genial.

-Así es...- retrocedí varios pasos- Vamos a mí cuarto- tomé su mano para comenzar a caminar juntos hacia mí cuarto.

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐄𝐃 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔 | 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora