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—Me estoy arrepintiendo de esto— dejé caer mi cuerpo sobre la cama de Gustav— Me siento cómo una estúpida, ya no quiero seguir con esto.

—Te dije que era algo inmaduro— el rubio se sentó junto a mí — Ya es muy tarde para retractarse.

—A mí me parece divertido — respondió mi hermano desde el otro lado de la habitación— Ambos parecen unos desquiciados cuando ven a la pareja del otro.

—Solo van dos semanas de esto, deja que siga avanzando— Bill se sentó en el suelo, jugando con una pequeña pelota que había encontrado— Amo a Tom, pero es insoportable verlo con esa mujer.

—Todos nosotros disfrutamos de esto— Georg volvió a hablar— Solo continúen.

—Claro, para ustedes es divertido porque no tienen que verlos besarse todos los días en el estudio— tragué saliva intentado humedecer mi garganta. Me sentía harta de todo.

—Nathan también suele ir a las grabaciones— Gustav me miró con obviedad mientras le tiraba de regreso la pelota a Bill— Nathan me puede caer bien, ¿verdad?— miró a los dos chicos que tenía frente a él.

—A mí me agrada — respondió Georg— Ayer compró dulces para mí.

—Oye hablando de eso, cómo te fue en tu cita con...— Bill me miró, se quedó en completo silencio mientras los otros dos abrían los ojos de par en par.

—¿Tuviste una cita?— lo miré sorprendida, no me había dicho absolutamente nada sobre eso — ¿Por qué ellos lo saben y yo no?

—No es nada especial, Meg— de repente ya no podía dirigirme la mirada— Aún no es momento de que la conozcas.

—Conocemos a Tessa desde su primera cita con Gustav ¿Por qué no puedo conocer a la chica con la que sales?

—Porque...— miró a Bill con desesperación. Gustav golpeaba sus pies contra el suelo ignorando la situación.

—Porque no es una chica— interrumpió Bill rápidamente mientras jugueteaba con la pelota entre sus manos.

—¿Qué?— preguntamos Gustav y yo al unísono.

—Bill, eres un imbécil— Georg recargó sus codos en sus piernas, escondió su rostro entre sus manos.

—¿No lo sabías?— el rubio junto a mí se veía casi tan confundido cómo yo— Ya es hora de que se lo digas a tu hermana, Georg.

—Si, Georg— Bill tiró la pelota a la cabeza de mi hermano. No sabía si creerles o no, ellos se veían muy serios y la reacción de Georg me generaba confusión— Ella te va a querer sin importar qué— hubo un muy largo silencio incómodo.

—Par de idiotas— se levantó de su asiento, ellos estallaron en risas — No me gustan los hombres, Megan— le regresó la pelota a Bill, estrellandola en su abdomen— No ayudan a un carajo— salió del cuarto antes de que pudiera responder algo. Los otros dos chicos seguían riendo sin control.

—¡Díganme con quién salió!— ambos dejaron de reír al escucharme.

—Gustav tu y yo tenemos que ir a...

—Tessa vendrá por nosotros, deberíamos ir bajando— se levantaron caminaron hasta la puerta mientras murmuraban algo entre sí.

—Ay todos los hombres en esta casas son unos estúpidos— pasé por enmedio de los dos, salí del cuarto tan rápido cómo pude.

Había sido una escena graciosa, si, pero también me había hecho sentir molesta ¿Por qué ninguno me había dicho nada? Un mal presentimiento estaba invadiendo mi cuerpo cada segundo que pasaba. La duda me estaba consumiendo al no saber quién era la chica con la que mi hermano había estado, y peor aún ¿Por qué ninguno nadie quería hablar al respecto?

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐄𝐃 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔 | 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora