Capítulo 1

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-¿No es emocionante? -preguntó Ally, rompiendo el silencio que había consumido el autobús desde que lo tomamos en el aeropuerto de Los Angeles.

Yo estaba recostada en uno de los sofás, con la cabeza apoyada en la pierna de Lauren, leyendo "La Chica de la Ventana" por quinta vez en mi vida. Estaba obsesionada con esa historia.
Lauren, estaba sentada derecha, sujetando mi cabeza con su pierna y deslizando su dedo por el móvil. Como siempre.
Ally se sentaba en uno de los sofás en frente de nosotras, sin hacer nada, solo sonreía y miraba por el cristal.
Las otras dos chicas, estaban en sus respectivas camas, durmiendo y descansando para el concierto que tendríamos ese mismo día.

-Muy emocionante. Los nervios están matándome -contesté yo, sin cerrar mi libro.

-No pareces nerviosa -dijo Ally ladeando un poco la cabeza.

-Lo estoy. Esta mañana tuve que tomarme una pastilla para los nervios y casi pierdo el avión de lo atontada que estaba -dije cerrando mi libro y mirando a Ally por encima de mis gafas.

-Lo corroboro -dijo Lauren sonriendo, sin dejar de mirar su teléfono.

Lauren y yo vivíamos ambas en Miami. Además, nos era fácil vernos cuando nos apetecía pues nuestras casas no estaban tan alejadas como para que nos impidieran hacerlo. Aquella mañana, Lauren me había llamado unas diez veces, porque me había quedado dormida por culpa de la pastilla. Tuvimos que pedirle al señor Jauregui, el padre de Lauren, que soportara las multas de tráfico que le pudieran venir, pero que pisara el acelerador lo máximo posible o perderíamos el avión.

-Es increíble -volvió a decir Ally. -Nuestro primer tour.

-En días como hoy desearía ser normal -comentó Lauren.

Yo me incorporé y me senté a su lado, con el ceño fruncido y completamente sorprendida.

-¿Por qué dices eso? -pregunté a Lauren.

-Me ha sangrado la nariz dos veces ya, en menos de una hora -dijo Lauren, con su atención centrada en el teléfono.

-Oh, pobre -dijo Ally a unos metros. -¿Quieres que te prepare algo?

-No -dijo Lauren. -Está bien, gracias.

-No deberías dejarlo pasar -le dije yo preocupada.

-Está bien, Camz.

Ella siempre me llamaba Camz. Era como una costumbre que había tomado con mi nombre poco después de conocernos en el programa de televisión que nos llevó a la fama. Sólo me llamaba por mi nombre completo cuando estaba realmente enfadada o frustrada.

-No tienes por qué preocuparte -le dije de nuevo y, esta vez, bloqueó la pantalla de su móvil y me miró atentamente, con sus enormes ojos verdes. -Ya sabes que tienes una voz preciosa, eso no va a cambiar de la noche a la mañana.

-No es la voz, Camz. Es todo -admitió.

-Lauren, confía en ti y confía en mí. Vas a hacerlo genial -le dije finalmente, sujetando su barbilla. -No es como si no lo hubiéramos hecho antes.

Realmente sí lo habíamos hecho, formando parte del equipo de la gran Demi Lovato. Fuimos sus teloneras durante su gira de verano por los Estados Unidos. Pero esto ya era muy diferente, e incluso yo lo sabía. Nuestro primer álbum había salido a la venta hacía no mucho más de dos meses y, nuestro manager, había convocado una pequeña gira por los Estados Unidos, en la que nosotras seríamos las protagonistas por primera vez y la gente pagaría por vernos a nosotras, no al artista que actuara después.

Sin embargo, mi argumento pareció convencer a Lauren, o quizás pensó que era inútil discutirlo, porque sí o sí actuaría aquella noche.
El autobús tardó un par de horas más en llegar a un enorme edificio de cristal, donde teníamos concertada una entrevista con Chealsey Briggs.

Si Supieran (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora