Capítulo 15

18.1K 734 524
                                    

El tour había concluido. Comenzaba el mes de diciembre y volvíamos a Los Angeles, después de haber pasado un par de semanas en casa para descansar. Joey nos había dejado tomarnos ese respiro, pese a que estuvimos todo el verano de vacaciones. Aunque algunos lo disfrutaran más que otros.

El tema entre Lauren y yo seguía inmóvil. No éramos nada, pero lo éramos todo. Nadie más que nosotras dos y Ally sabían lo nuestro, pero dormíamos todas las noches en la misma cama, abrazadas y después de haber caído derrotadas de tanto besarnos. Había noches durante el tour que estábamos tan cansadas, que Lauren y yo caíamos rendidas nada más llegar a la habitación del hotel. Horas más tarde, amanecíamos enredadas en las sábanas; pero lo más impactante, era que una parte de nuestro cuerpo, estaba siempre en contacto. Incluso cuando viajamos a Texas que creíamos que moriríamos asfixiadas, nuestros pies se tocaron durante toda la noche y ninguna de las dos nos planteábamos la idea de dormir en camas separadas.

Sin embargo, yo no me atrevía a contarle mis miedos a la chica. Y mis miedos eran tremendamente profundos. Creía estar enamorándome de ella paulatinamente, con cada beso, con cada caricia, con cada palabra cariñosa y con cada mirada prohibida en público. Pero mis miedos seguían ahí. ¿Y si me estaba enamorando de alguien que quería tenerme escondida siempre?

Había estado procesando aquello durante todo el tour, pero más profundamente, durante las dos semanas que nos concedieron de descanso. A mí no me hubiera importado colocar un tweet y gritar al mundo que Lauren y yo estábamos saliendo juntas. A mí no. A ella sí. Porque, entre otros motivos, no éramos absoultamente nada.

Durante aquellas dos semanas, en las que la mayoría del tiempo lo pasé con Sofi, que ya había salido del hospital y veía cómo su pelo crecía lentamente, Lauren y yo nos visitamos cinco o seis veces. Nos echábamos de menos, eso estaba claro. Echábamos de menos el poder dormir abrazadas, besarnos cuando nos apetecía y, por supuesto, pasar tiempo juntas. La excusa de venir a visitar a Sofía fue increíblemente efectiva. Tanto, que hasta sus padres la acompañaron un par de veces.

En cuanto a ella, estaba feliz. Feliz de haber salido de aquellas cuatro paredes blancas. Feliz de ver a sus padres con la sonrisa llena; pero, sobretodo, feliz porque ahora Lauren le debía un viaje a Disney World junto a mí.

Lauren y yo cogimos el mismo autobús hasta Los Angeles, así que el vuelo de 5h 30m no se hizo tan pesado. Nos lo pasamos viendo vídeos de nosotras, de Dinah haciendo el payaso, Normani bailando y las increíbles ediciones de Ally rezando. Cuando aterrizamos en Los Angeles, ambas nos dimos cuenta de que estábamos de vuelta al trabajo, pero no sabíamos qué íbamos a hacer.

Una vez Rob nos recogió en el autobús oficial y nos reencontramos nuestras compañeras, nos llevaron a nuestro estudio, donde solíamos trabajar y ensayar las canciones nuevas.

Entramos en silencio delante de Rob, pensativas, después de haber tenido una charla en el autobús sobre las diferentes ideas que teníamos en mente sobre lo que haríamos a partir de entonces. Nos sentamos en la sala de estar, esperando a que nuestro manager apareciera.

No tardó. En menos de cinco minutos y con uno de sus extravagantes trajes rosas, Joey apareció por la puerta, casi derramando el café del vaso de plástico, por culpa de su frenética entrada.

-¡Buenas tardes, mis bellas damiselas! -gritó y Ally casi se cae de la silla del susto. -¿Cómo estáis? ¿Habéis dormido bien estos días? -preguntó.

-¿A qué viene tanto entusiasmo, Joey? -dijo Ally colocando una mano en su pecho. -Me vas a matar.

-Apuesto a que Dios no me dejaría con cuatro vocalistas -recitó juguetonamente nuestro mánager y nosotras no pudimos evitar reirnos. -¡Y bien! Os comento algo: nos vamos de gira.

Si Supieran (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora