Capítulo 33

13K 639 595
                                    


-¿De dónde habéis sacado los manteles? -pregunté entre risas, metiendo una fresa en la boca de Lauren.

-Mani los robó esta mañana -confesó masticando.

-Lo sabía -reí metiendo otro pedazo de fruta en mi boca.

-No sabes la de vueltas que hemos dado para comprar toda la comida -dijo ocultando una sonrisa en su rostro. -Y tú pensando que andábamos evitándote.

-Lo hacíais, en realidad -dije alzando las cejas. -En el buen sentido, pero estábais tratando de evitarme.

-Es cierto -murmuró y rió. -¿De verdad pensabas que me olvidaría de nuestro sexto mes? No me olvido de ningún cumpleaños de ninguno de los hermanos de Dinah. Y son muchos.

-Lo sé -reí. -Pero sabes que soy inocente, me lo creo todo.

-Te dije que pasara lo que pasara, no olvidaras que voy a muerte contigo, Camz -dijo acariciando mi mejilla con el revés de su mano.

-Lo sé, lo sé... Prometo no olvidarlo más -susurré dando pequeños saltitos sentada en el suelo, para acercarme más a ella.

-¿De verdad? -musitó casi pegando nuestros labios.

-De verdad -susurré terminándolos de unir.

Sentadas en las losas del suelo de la azotea, con la brisa primaveral pegando contra nuestros brazos desnudos, yo me sentía feliz. Lauren se esforzaba en hacerme sentir bien, en hacer que me sintiera especial. Y lo conseguía. ¡Claro que lo hacía! Cada vez que sus ojos me miraban fijamente, lo conseguía.

-¿Por qué me quieres tanto? -pregunté cuando hubimos terminado de cenar, recostando nuestros cuerpos sobre el mantel del buffet de nuestro hotel, contemplando los últimos momentos de aquel eclipse.

-¿Por qué me quieres tanto tú a mí? -preguntó sonriente.

Yo me separé de su pecho, en el que había estado apoyada los últimos minutos y me quedé mirándola unos segundos antes de responder, con mi codo apoyado en el suelo y mi puño sujetando mi cabeza.

-Creo que es obvio, ¿no? -pregunté descarada. -Eres el amor de mi vida, Lauren.

-¿Y cómo lo sabes? -preguntó elevando una comisura, emocionada.

-Lo supe el día que te perdí -confesé. Y es que, por mucho tiempo que pasara; por muy mal que lo hubiese pasado en el pasado, el hecho de que sabía que era el amor de mi vida, nadie podría negármelo. -El dolor que sentía no podía ser únicamente por culpa de un amor pasajero, por un amor de "adolescentes". Y si es que la gente ama así, yo no te amo, Lauren. Yo hago algo que aún no se ha descubierto.

Ella se quedó mirándome, aún tumbada, sin sonreír, sin moverse. Probablemente, analizando cada una de las palabras que acababa de decirle.

-¿Sabes por qué te quiero tanto? -me preguntó antes de que yo me encogiera de hombros con una sonrisa. -Porque eres todo lo que siempre quise sin saber que lo quería. Porque desde que te conocí, me has ido sorprendiendo con cada una de las emociones que podías descubrir en mí. Y sin necesidad de tocarme para hacerlo.

-Lauren...

-Por eso te amo, Camz -musitó. -Porque eres capaz de ponerme el mundo patas arriba y hacer que mi cuerpo se acostumbre a andar por el haciendo el pino. Porque has hecho que mi corazón desarrolle una voz interior para gritar cada vez que te ve. Y has hecho que mi mente invente una nueva forma de esperanza. Porque has conseguido que te ame mi corazón, pero eso es fácil. Lo difícil es que te ame una mente, y mi mente también te ama, Camz.

-Está bien -dije colocándome a horcajadas encima suya, antes de descender de nuevo a su cuerpo para que ambos torsos se tocaran. -Ya está bien, voy a hacerte el amor ahora mismo.

Si Supieran (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora