El niño que sufrió

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Miro al chico, desde abajo, a sus ojós verdes, a través de las gafas, a su pelo negro, a su frente marcada. Lo miró sin apenas poder verlo, por las lágrimas, agarrado a su libro, como si fuera un tronco tras un naufragio, una manera de escapar de las olas de la realidad. Una lágrima se escapó de sus ojos, haciendo que por la mirada del chico cruzara un rayo, pero de tristeza, y de preocupación; y este lo envolvió en sus brazos cuando el niño se echó a abrazarlo, llorando.

El niño levantó la mirada rota de dolor a los ojos de Harry y le susurró entre lágrimas:

- No te preocupes. Al menos los tuyos solo están muertos.

Cuando las luces se apaganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora