Capítulo 15

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—Me alegra tenerte como mi invitada especial

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—Me alegra tenerte como mi invitada especial.

No… puede… ser…

—¿Connor…?

La sangre de todo mi cuerpo desciende hasta mis pies en el instante en que lo veo sonreír con amplitud. No lo creo, tiene que ser una pesadilla, ¡que alguien me despierte de una buena vez! Esto no puede estar pasando, ¡tiene que ser un maldito sueño! Esto no puede ser real…

El chico frente a mí no hace nada más que sonreír, mientras se cruza de brazos y me mira de forma minuciosa, como si estudiara cada centímetro de mi rostro. Siento que voy a caerme de espaldas al suelo en cualquier momento y un sinfín de horribles preguntas empiezan a atacarme de forma cruel, todas relacionadas al porqué Connor está aquí, parado frente a mí, con tanta tranquilidad; sin embargo, ninguna de ellas tiene una respuesta clara y, al mismo tiempo, todas me llevan a una misma hipótesis…

¿Acaso Connor… es… el asesino…?

La espeluznante carcajada que suelta, me provoca un sobresalto y hace que mi corazón empiece a retumbar con fuerza en mis oídos. Es que esa risa suena tan siniestra que, por un instante, dudo que esa persona sea él. Me niego a creer que sea él.

—¿Por qué tan asustada, pequeña Ali? —pregunta, con ironía, mientras su sonrisa se ensancha aún más, marcando ese hoyuelo en su mejilla que tanto enloquece a las chicas— Estás algo pálida, ¿segura que te encuentras bien?

Una nueva risa se hace presente, mandando todas mis esperanzas al carajo. Aunque no quiera creerlo, no hay duda de que ese chico es Connor. Su voz, su rostro, su inconfundible sonrisa y esos bonitos ojos verdes… todo pertenece a él. Quiere decir que…

Ay no…

Mi pecho es invadido por el miedo y el dolor que me produce la realidad frente a mí. Desde que éste infierno comenzó, supe que muchas cosas podrían pasar, pero ésta, jamás entró en esa lista.

¡No! Me niego a creer que algo de esto sea verdad. Conozco a Connor hace… demasiados años y sé que él jamás sería capaz de cometer semejantes atrocidades. ¡Es imposible! Él siempre tuvo un corazón noble y nunca, nunca sería capaz de lastimar a alguien, ¿o es que acaso… todo era una farsa? ¿Acaso, la intachable imagen que tenía de él, era sólo una fachada? ¿Acaso era una simple ilusión?

¿Acaso… todo lo que creí saber sobre él, era mentira?

—Entonces… ¿fuiste… tú…? —pregunto, en un hilo de voz.

Algo en mi interior termina de quebrarse cuando lo veo ensanchar, por segunda vez, su tan perfecta sonrisa, confirmando que mis peores miedos, se han hecho realidad. Aunque me niegue a creerlo, la mayor prueba está frente a mí, mirándome como un león que acecha a su presa. No necesito más evidencias, pues la respuesta, está ahí.

—Oh por Dios… sí fuiste tú… —susurro, con la voz algo quebrada.

El ver que no contradice mis palabras, hace que un profundo sentimiento de dolor y, sobretodo, traición, se instalen en mi pecho, mientras mis ojos empiezan a picar por las lágrimas que insisten en salir. No tiene sentido, ¿cómo es que Connor pudo hacer todo esto? Él siempre fue un modelo a seguir, no sólo para mí, sino para muchas otras personas, quienes lo admirábamos por lo que era: un gentil joven que siempre sonreía, sin importar lo que pasara; honorable y de buen corazón que siempre, siempre se preocupaba por los demás. ¿Cómo es que él… puede ser… éste monstruo parado frente a mí?

El Asesino Arcoíris © || COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora