Capítulo 24

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Maratón 1/4

El silencio a nuestro alrededor se vuelve cada vez más profundo y abrumador

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El silencio a nuestro alrededor se vuelve cada vez más profundo y abrumador. La tensión en el ambiente es tanta, que bien podríamos cortarla con unas tijeras. Incluso el tiempo parece haberse detenido y durante algunos segundos, no somos capaces de reaccionar. Los tres estamos petrificados, unos por el miedo y otros, por la duda.

Desde el suelo, miro a Jessie y lo primero que capta mi atención, es su apariencia. Lo que más ha destacado en ella desde siempre, es su largo cabello rubio, digno de una princesa de Disney, no obstante, mi ceño se frunce al ver que, ésta vez, apenas le llega hasta los hombros. ¿Qué pasó? Luego de dejarlo crecer y cuidarlo durante años, ¿por qué lo cortaría tan de repente? Digo, sé que he estado aquí encerrada por mucho tiempo, pero ¿en serio fue tanto?

Su expresión luce confundida y, al mismo tiempo, sorprendida, mientras observa todo el lugar con cierta… ¿admiración? ¿Duda? ¿Nostalgia? Ni idea. Es extraño, pero por alguna razón, no logro descifrar el sentimiento que invade su mirada. ¿Qué pasará por su cabeza en éste instante?

Y la idea que se me ocurre, me produce escalofríos. ¿Cómo es que ella está aquí? ¿Conoce éste lugar? Por Dios… eso significaría que… no, no, no, eso no…

¿Acaso ella estaba enterada de todo esto? ¿Acaso… siempre lo supo? Entonces, ¿fue cómplice, después de todo?

Me basta con mirarla para convencerme de lo contrario. Lo sé… puedo verlo en sus ojos, ella no estaba enterada de nada. Estoy segura de que, si Jessie hubiera sabido, nunca, jamás, hubiera apoyado a su hermano. Por el contrario, habría hecho todo lo posible y hasta lo imposible por evitar que llevara a cabo sus planes. Jessie es una buena persona y sería incapaz de ser cómplice en todo esto.

—¡¿Ali?! —me llama, con el temor impreso en su voz.

—¡Por Dios, Ali! ¿Qué pasó? ¿Te caíste? —pregunta Connor, de forma sarcástica, sólo que su hermana no lo nota y se queda quieta, como si nada, mirando la escena en silencio— Pobrecita, ven, te ayudo.

Tomándome de los brazos, Connor me ayuda —o quizás debería decir, “me obliga”— a levantarme del suelo, utilizando más fuerza de la necesaria. Por inercia, suelto un chillido bajo al sentir sus manos tocándome, pues no logro olvidar lo que estaba a punto de hacerme y eso me incomoda, de gran manera. Sin embargo, cualquier sonido que pueda salir de mi boca, es amortiguado cuando su voz reaparece.

—Qué mal, mira como te lastimaste con la caída —se lamenta, de forma irónica, parándose frente a mí para “inspeccionar” mis golpes con más cuidado, no obstante, una especie de alarma se enciende en mi cerebro al notar como sus facciones cambian de golpe, retornando a las de ese ser malvado que he visto los últimos días—. Si no haces lo que te digo, Jess pagará las consecuencias, ¿entendido? —susurra, tan bajo que apenas logro escucharlo.

El Asesino Arcoíris © || COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora