Capítulo 22

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Maratón 5/

—Pero… no te entiendo, Connor, ¿de qué hablas? —pregunto, levantándome con mucho cuidado del colchón

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—Pero… no te entiendo, Connor, ¿de qué hablas? —pregunto, levantándome con mucho cuidado del colchón. Me toma varios segundos, pero al final, logro mantenerme de pie, aunque tenga que apoyar parte de mi peso en la pared.

—Bueno, primero lo primero, vayamos por partes, ¿sí? —De la nada, se levanta de la silla y empieza a caminar de un lado a otro, con cierta impaciencia— ¿Quién fue la primera “víctima”?

Su pregunta me deja algo confundida, pero sé que, si la hace, es porque considera que la respuesta es “importante”, así que examino mi mente y, sin demasiado esfuerzo, lo recuerdo.

—Marlenne, ¿no? —Mi voz es tan baja que dudo que siquiera me haya escuchado, no obstante, su leve asentimiento me confirma lo contrario.

—Exacto. Ahora dime, ¿de qué color era la manta que cubría su cuerpo?

—Creo que era… roja —susurro, recordándolo.

—¿Y qué parte del cuerpo le faltaba a ella?

Suspiro y, tras buscar en mi memoria por segunda vez, recuerdo que a Marlenne le habían amputado la mano derecha, sin embargo, no lo digo en voz alta, pues no entiendo por qué tantas preguntas, ¿es tan difícil para él darme una respuesta clara y directa?

—¿A dónde quieres llegar, Connor? ¿Qué tiene que ver todo eso con lo que yo pregunté?

Su sonrisa sólo me advierte que, lo que está a punto de decir, acabará con la poca “estabilidad mental” que aún me queda.

—¿Ya viste lo que hay en tu mano derecha?

Por inercia, miro hacia el lugar que él indica y mi boca se abre con asombro al encontrarme con la pulsera roja que él me dio, la cual no sólo está en mi muñeca derecha, sino que es del mismo color que la manta que envolvía el cuerpo de Marlenne, su novia.

Mis ojos no dan crédito a lo que acabo de descubrir.

—¿Recuerdas qué le faltaba a Antonny?

Intento responder o al menos, pensar en algo para decir, sin embargo, la sorpresa es tanta que me impide hacer otra cosa que no sea observar ese objeto que, ahora, me resulta de lo más tétrico, cuando antes, era el único recuerdo que me quedaba de la buena relación que Connor y yo tuvimos, en el pasado.

—Por favor, Alissa, piensa un poco, ¿sí? —se queja, con impaciencia, pero mi respuesta sigue siendo la misma: silencio total— A Antonny le habían cortado el cabello, ¿lo recuerdas?

Es verdad… los familiares de Tonny aseguraron que su cabello no estaba así de corto el día que desapareció. ¿Y cómo olvidarlo? Él fue encontrado a orillas de la carretera, envuelto en una manta de color naranja.

El Asesino Arcoíris © || COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora