Capítulo 16

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Slade entró en la sala en la que estaban reunidos algunos de los miembros importantes de la luz. Él llevaba su característica máscara negra y naranja. Pese a su exterior serio y sereno, no podía evitar sentirse preocupado por el bienestar de su aprendiz.

-Ah, Deathsotroke, veo que has entrado en razón- le dijo Vandal Savage en cuanto el conocido mercenario se paró al pasar la puerta. Al lado del líder de la Luz pero un poco más atrás, estaba Renegade. Su rostro estaba completamente libre de cualquier expresión facial y su vista estaba fija al frente. No pareció reconocerle en absoluto.

-Si a entrar en razón te refieres a venir para evitar que mi aprendiz muera. Sí, lo he hecho- respondió fríamente el hombre.

-Yo no sería tan condescendiente si fuera tú- dijo Luthor, su espalda recta y los brazos tras la espalda, manteniendo ese porte de superioridad que le caracterizaba y solía mostrar.

-¡Exacto! Con tu precioso aprendiz en nuestras manos, no deberías arriesgarte a hacer nada que no nos guste- añadió felizmente Klarion, obviamente contento por poder dañar a Renegade pese a que realmente no se lo permitieran. Vandal levantó la mano, mandando a callar al niño brujo con el gesto.

-Calma, no empecemos con las amenazas. Siempre y cuando Deathstroke no haga nada que no resulte de nuestro agrado, no deberíamos por qué tener que recurrir a ellas- dijo el líder de la luz.

"Eso no te impide amenazarme de todos modos" pensó Slade pero decidió guardarse el comentario para sí, no quería poner en peligro todo lo que había estado planeando.

Klarion bufó por el comentario de Savage. La idea de poder amenazar era un pequeño consuelo para el niño brujo. No le había gustado que no se le permitiera hacer daño a Renegade y las amenazas mantenían un poco de la diversión que tanto le agradaba.

-Tal vez deberíamos hacerle saber para qué ha sido llamado- instó Ra's mirando al líder de la luz y haciendo un gesto con la mano en dirección al mercenario. Vandal asintió en conformidad y sus ojos volvieron a dirigirse al hombre cuyo rostro era cubierto por la máscara negra y naranja.

-Hace cinco años, se ocultó en Santa Prisca tecnología alienígena cuya procedencia no es de vuestra incumbencia- contextualizó el hombre con seriedad. Dick se había situado al lado de su mentor y prestó atención a todo lo que se decía al igual que el mercenario que, de tanto en tanto, le lanzaba miradas de reojo- Esta tecnología es requerida ahora por La Luz por lo que vuestra misión es ir a buscarla y traerla.

A Slade le pareció que la misión era muy sencilla para lo que realmente eran capaces de hacer ambos. Sobre todo si podían trabajar juntos pero, claro, ahora que Dick no controlaba sus acciones completamente, si bien era igual de bueno que antes, no tenía la misma compenetración que antes con su maestro. Además, a Deathstroke le daba la sensación de que esta misión tan simple era nada más y nada menos que para probar si la condición funcionaba realmente como se esperaba que lo hiciera.

El mercenario también dedujo que Dick tendría más de un micrófono encima con tal de poder cerciorarse de que el chico no se liberaba de las cadenas que mantenían su mente bajo el control de La Luz.

Una vez en Santa Prisca tan solo tuvieron que usar el mapa que les había sido proporcionado por la organización. En el mapa se señalaba la localización exacta de cada una de las piezas tecnológicas que debían ser recuperadas. La misión se llevó a cabo con rapidez y no parecía que fuera a haber más complicaciones. O eso es lo que pensaban.

Ambos se vieron pronto rodeados por un pequeño equipo de héroes. Los actuales Robin y Kid Flash, acompañados de Chico Bestia y Wonder Girl les rodearon, preparados para pelear. El único que sabía la verdadera naturaleza de su misión era Robin. En lo que a los demás respectaba, habían sido enviados a revisar unas señales sospechosas que realmente nunca habían existido. Dick no tardó en prepararse para hacer lo propio y lo mismo hizo Slade.

-Mirad, chicos, tenéis dos opciones- empezó Kid Flash enseñando los dedos corazón e índice- Os rendís- prosiguió dejando únicamente el índice en pie- U os pateamos el trasero y os rendís- finalizó levantando el dedo de en medio, regresando a la posición inicial de sus dedos. Renegade tan solo desenvainó su katana y Deathstroke apretó los dientes. Normalmente, su aprendiz habría hecho un comentario sarcástico como "¿Y qué tal si os lo pateamos a vosotros y nos largamos?" o "Eso apesta, mejor nos peleamos y nos dejáis hacer nuestro trabajo" y él le habría reprendido pero ahora... Maldición, como lo echaba de menos.

El mercenario sacudió la cabeza, si esto salía bien tan solo haría falta un tiempo y tendría a su hijo de nuevo con él. Por ahora tendría que hacer esto lo más creíble posible. Si tenían algo a favor era el factor sorpresa. Para Dick, era un dos contra cuatro, no un uno contra cinco. Precisamente para mantener el factor sorpresa y no cagarla solo uno de los cuatro que conformaban el pequeño equipo estaban al tanto de la afiliación de los héroes con Deathstroke.

-¿Ningún comentario?- inquirió Chico Bestia con el ceño fruncido- Vaya, tenía entendido que Renegade solía hacer bromas y chistecitos. Habría sido un placer escucharlos- finalizó con tono apenado, como si realmente le importase no poder escuchar sus salidas faltonas del aprendiz de Deathstroke.

-Dejadlo chicos, sabe que no puede con nosotros, acabemos rápido con esto- dijo Wonder Girl haciendo crujir los nudillos con una sonrisa.

-No olvidéis a quien nos enfrentamos, tendréis poderes pero ellos están extremadamente entrenados, no os fiéis- amonestó Robin, apretando el agarre en sus armas.

-Descuida, tío, no somos nuevos- replicó el chico verde, tomando la forma de un tigre y abalanzándose sobre Grayson que, con un movimiento grácil, esquivó sin problema al joven héroe verde. Éste no tardó en volver a la carga.

-Wonder Girl y Kid Flash tras Deathstroke. Yo lucharé contra Renegade junto a Chico Bestia- ordenó Robin, tomando el liderazgo y uniéndose a la lucha entre el cambiaformas y el mercenario.

Las batallas, vistas desde fuera, recordaban a un baile. Los golpes se intercambiaban y esquivaban como si hubieran sido planeados de antemano. Los reflejos de Dick eran exquisitos así como los de Robin y Chico Bestia. Sin embargo, hubo un momento en el que Robin flaqueó, momento que Renegade aprovechó para dejarle fuera de combate. El mercenario saltó sobre él, con ambas manos agarrando la katana, listo para dar el golpe de gracia y terminar con la existencia del tercer Robin.

Y... Clank

Not a Robin anymore (YJ & TT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora