Prólogo

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¿Cómo terminé escuchando a escondidas la conversación de mis padres? Empezaré desde el principio.

Desde que era niña que las bromas sobre ser adoptada eran frecuentes en la familia, las peleas con mi hermano mayor siempre terminaban en que ambos nos decíamos que habíamos sido adoptados y que no éramos parte de la familia

Que gracioso como todo puede dar un giro y terminar siendo verdad.

Hoy era ese día, donde terminaba en el lugar correcto en el momento indicado y creía cien por ciento que tenía que estar aquí, tan solo porque había olvidado mi ropa para el entrenamiento con el equipo de futbol. Había pasado solo una hora desde que me había ido de mi casa y ahora estaba pasando la pequeña puerta de madera para ir al patio, ya que sabia donde dejábamos la llave por cualquier problema.

Sin embargo, mientras caminaba por el camino de piedra pude escuchar las fuertes voces que venían del interior de la cocina y por eso fui directamente a donde se encontraba la puerta porque podría ver si me asomaba al vidrio.

La cortina tejida en color blanco de mi madre cubría la ventana de la puerta y esto hacía que pudiera ver hacia adentro. Al primero que pude ver fue a mi padre, que estaba sentado en la silla de la mesa con papeles en sus manos y mi madre en cambio, se apoyaba sobre la puerta de la heladera mientras movía sus manos al mismo tiempo que hablaba.

_ No lo... No lo entiendo Jeremy_ su voz estaba entrecortada y podía ver como sus lágrimas mojaban sus mejillas. ¿Qué estaba ocurriendo?._ Esto no tendría que estar pasando. Nos dijeron....

Ella dejó de hablar y sus manos fueron a su cara, con su cabello oscuro cubriendo su expresión de angustia, y por esto mis ojos fueron a mi padre que seguía en silencio, aunque se estaba levantando de su silla al tiempo que se sacaba sus lentes para leer y así aproximarse a donde estaba su mujer.

_ Tranquila, cariño. Lo resolveremos.

Justo cuando estaba decidida a entrar y preguntar que estaba ocurriendo, dijeron algo que hizo que mi mano quedara en el aire, justo antes de llegar al picaporte.

_ ¡¿Qué me tranquilice?! Ella es mi hija. _ le respondió señalándose a sí misma, con su rostro ahora lleno de enojo. Él parecía mantener un poco la calma al pasar repetitivamente sus manos sobre los brazos de ella, como si intentara tranquilizarla con ese movimiento. _ Ellos no me la sacaran

¿Ellos estaban hablando de mí? ¿Estaba escuchando bien? No podía entender bien su conversación, pero ambos estaban alterados, ¿Por qué hablaban de que alguien podría alejarme de ellos? Nadie podría alejarme de mi familia.

_No me sacaran a mi hija. No pueden... ¿Hablaste con Alfred?

¿Su abogado?

A este punto podía sentir como mi corazón golpeaba contra mi pecho, como si estuviera intentando salir al estar tan acelerado por lo que estaba viendo y no sabía que hacer al respecto, nunca había tenido esta horrible sensación de destrucción interna.

Ellos ni siquiera tendrían que estar aquí, ya que en este horario estaban siempre en el local de comida para abrir.

_ Tenemos que hablar con Lola. _ su voz se escuchaba tan gruesa y tan seria.

_Jeremy...

Ahora ella estaba negando con su cabeza.

_El día que nos dieron a Lola, sabíamos que...

¿Qué me dieron? Trate de respirar por mi boca, para ver si podía entrar el aire que parecía que se estaba acabando en mi sistema, pero no fue suficiente. Me estaba quedando sin aire.

_ ¡NO! No te atrevas a decir eso. Ella no los conoce, no es su hija... Es nuestra... Los análisis no prueban nada.

_Cariño, tenemos una citación con un juez.

Miré hacia los lados de donde yo me encontraba agachada, para ver si mi hermano se encontraba aquí escondido y que me diría que era una broma, que estaban haciendo esos chistes que me molestaban. Sin embargo, a mi alrededor solo había silencio y lo único que podía escuchar era el llanto descontrolado de mi madre. Escuchar su llanto era doloroso y no lo estaba soportando.

No entendía lo que decían porque sabía que era su hija, yo había visto las fotos de cuando yo era una beba y me encontraba en sus brazos, había visto...

Mis manos fueron a mi boca para retener el ruido que estaba por salir de ahí. Nunca había visto fotos de ella embarazada y tampoco en el hospital.

No, no.

Mi mano fue directamente al picaporte y podía sentir el frio en mis dedos cuando lo giré para abrir la puerta. Ambos se giraron a mirarme, que todavía me encontraba de rodillas.

Traté de enfocarme en mirarlos fijamente, pero me di cuenta de que ellos no eran los únicos que estaban llorando, ya que mis lagrimas me dificultaban ver con claridad mientras sentía el frio de las lágrimas caer por mis mejillas.

_ Lola... cariño. _dijo mi madre dándome una sonrisa y ser la primera en hablar para cortar el silencio, pero mi padre la interrumpió antes de que yo pudiera pensar en decir algo.

_ ¿Ocurrió algo? Tendrías que estar en clases

_ Olvide mi ropa para entrenar. _respondí sin pensarlo, como si mi cabeza estuviera en automático y quisiera disimular que todo estaba bien. Sin embargo, mis piernas seguían sin responder y yo seguía arrodillada en el suelo.

Sus rostros con sus repentinas sonrisas, pero con sus ojos tristes me dieron ganas de salir corriendo, ya que conocía a mis padres lo suficiente para darme cuenta de que esto era más real de lo que pensaba. Pese a que sus labios estaban moviéndose, yo no podía escucharlos.

Mi cabeza había dejado de escuchar.

Sin embargo, cuando ella se puso la mano en el pecho mientras que sus labios seguían moviéndose y sus lágrimas continuaban corriendo por su rostro como si no pudiera parar, supe que tenía que preguntar.

_ ¿Es...?_ comencé a tratar de cuestionarlos, aunque mis palabras se quedaron trabadas en mi garganta con la angustia en el medio de mi pecho y por esto tomé aire entrecortado antes de intentar volver a hablar_ ¿Es un chiste? Lo que acabo de escuchar. _ ambos se miraron unos segundos antes que sus rostros me revelaran la cruda verdad, pero yo necesitaba escucharlo y saber que era producto de mi imaginación, que yo estaba equivocada_ Díganme que es un chiste, los perdonare.

Estaba segura de que mi rostro los destruyo, ya que la mano de mi padre se fue al brazo de su mujer, como si necesitaba el contacto de apoyo.

¿Y yo? ¿En quién me apoyaría?

_ Lola, esto no tenía que ser así. No tendrías que haberte enterado así.

Una de mis manos fue al suelo, como si me fuera a caer o necesitara saber que no estaba soñando cuando el frio suelo se sintió en mi mano y el escalofrió se deslizo por todo mi cuerpo. Esto era lo más real que estaba viviendo.

Mi otra mano fue a mi pecho porque tenía la sensación de que alguien me había atravesado con una espada y eso me provocara el dolor de desgarro que sentía. En el momento en que necesitaba sus palabras y su apoyo, solo me estaba encontrando con el frio silencio de sus expresiones.

_ ¿Soy adoptada?

No sabía que dolió más, la pregunta en voz alta o no escuchar una respuesta de su parte. Lo único claro que tenía ahora eran que mis piernas estaban moviéndose lejos de ellos, con mi nombre cada vez más lejos mientras me alejaba.  

Simplemente AdoptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora