Capitulo 12: Un pequeño acercamiento

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 Capítulo 12: 

      Me quedé mirando la parte trasera de su auto mientras se alejaba, como si sus palabras también se estuvieran yendo con él, pero en realidad estaban clavadas en mi cabeza como un cuchillo que me lastimaba cada vez que se repetían en mi mente. Sin embargo, si me mirabas podías ver una realidad diferente a lo que era mi mundo interior.

      Cada paso que estaba dando parecía demasiado pesado, sin saber si era por las palabras de Aaron que me estaban consumiendo o si era porque ahora quería hacer las preguntas que estaba tratando de callar desde que había llegado aquí, como si las simples palabras de alguien que apenas conocía me hicieran reaccionar. ¡Dios, mi cabeza era absurda!

      Largué el aire cuando abrí la puerta principal, porque estaba conteniendo la respiración, para que el silencio me abrazara y me hiciera ver que no había nadie en la casa. Sin embargo, cuando mi cuerpo se relajó para no encontrar a nadie, fueron las voces que comenzaron hacerse presente cuando llegué a la escalera y los examiné por un segundo, ya que nadie se había dado cuenta de mi presencia.

      Todos estaban alrededor de la mesa de la cocina, concentrados en diferentes cosas. Tanto Max como Jenny miraban su celular, a diferencia de Thomas y Nicholas que hablaban con su madre. El aire tenso era tanto que decidí querer intervenir porque los rostros asustaban.

      —Hola.

      Todos se movieron al mismo tiempo, enfocándose en mi y se levantaron de sus asientos al escucharme.

      —¡Lola! —mis ojos fueron a Jennifer, quien ahora estaba a pocos centímetros de donde me encontraba, con sus ojos revisando cada centímetro de mi cuerpo, evaluándome. —¿Dónde te encontrabas?

      —Afuera.

      ¿Por qué su voz sonaba tan preocupada?

      —¿Por qué no le avisaste a nadie que llegarías tarde?

      —¿Para qué? —le cuestioné, me estaba viendo y me encontraba perfectamente bien, sin mencionar que ni siquiera tenía sus números telefónicos.

      —Para saber si te encontrabas bien, porque vives aquí y hay reglas. —su voz desesperada me hizo volver a darles un vistazo a los demás, observando la preocupación de todos en sus rostros. ¿Qué carajos estaba pasando? —Pensábamos que te había pasado algo, desapareciste del instituto.

      —Bueno, me estás viendo. Estoy completamente bien. —le respondí, dando un paso atrás porque me estaba comenzando a faltar el aire. Yo estaba acostumbrada a otro tipo de vínculo con mi familia, donde la libertad era parte de ellos y confiaban en mí, en mi palabra y mis acciones, pero ellos no me conocían y yo tampoco a ellos, como para poder establecer ese vínculo de confianza.

      —Lola...

      —No. —lo detuve, levantando mi mano. —No puedo. Necesito...

      Mis manos se movieron en mi pecho, tratando de decir algo que no salía de mi cuerpo y aunque quisiera decirles que necesitaba un momento, no podía. Sino que hice lo mejor que podía hacer cuando sabía que no lograría resolver nada.

      Huía. Escapaba para refugiarme de la vulnerabilidad que me ocasionaban algunas situaciones y especialmente cuando algo me originaba el miedo que ahora estaba corriendo por mis venas.

      El silencio fue mi compañero al tiempo que entraba a la habitación, debido a que nadie parecía haberme seguido o hablar lo suficientemente alto como para poder escuchar. Entré tan rápido que no me di cuenta que deje la puerta abierta mientras buscaba en ese enorme placard esa enorme remera que me daba la seguridad y ese confort que necesitaba en este montón, haciéndome sentir segura.

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