Capitulo 8: El reemplazo

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      Me detuve unos segundos, para poder observar la enorme cancha que estaba frente a mis ojos, viendo los dos colores de los dos institutos mezclándose en sus respectivos sectores. En el sector donde Max nos había conseguido un lugar, abundaban los colores de celeste y blanco; pero en el otro sector estaban mis antiguos colores, con el amarillo y el azul presente.

      —Realmente querías tu antiguo instituto. —fue la voz de Jasmine la que me hizo volver a la realidad, dándome cuenta de que estaba sonriendo inconscientemente y asentí, sin soltar su mano, pero dando sonrisas a personas que me saludaban.

      El cuerpo de Jasmine se mantenía atrás mío, como si necesitara protegerse de algo, a pesar de que mi cuerpo era más pequeño que el suyo. Sin embargo, ella podría parecer pequeña con el susto dibujado en su rostro y su fuerte agarre.

      —¡PULGA!

      El apodo particular me hizo prestar atención, buscando entre las personas esa voz tan conocida y haciéndome sentir más tranquila. Su brazo levantado en el medio de la cancha me hizo empezar a caminar, sin soltar a Jasmine y haciendo que tuviera que seguirme.

      En cuanto estuve a unos pocos pasos de su cuerpo, solté su mano y comencé a correr hacia él. Sus brazos estaban abiertos, esperando a que yo llegara hasta él y su cuerpo se agachó unos centímetros para levantarme en cuanto llegue a él.

      Enterré mi rostro en su cuello, pudiendo oler el cigarrillo y la colonia a madera que me hacía tanta falta, pero el tiempo abrazándolo no fue suficiente cuando me separó de su cuerpo y sus manos fueron a mi rostro, haciendo que pudiera ver sus profundos ojos verdes.

      —¿Te encuentras bien? ¿No ha pasado nada?

     Sus ojos examinaron cada parte de mi rostro, cuello y de mi cuerpo cuando se alejó unos segundos, como si estuviera viendo que yo siguiera entera. Por supuesto que me revisaría.

      Negué dándole una sonrisa.

      —¿Y la pequeña observadora viene contigo? —me giré cuando su pregunta sobre mi hombro me hizo prestarle atención, viendo que su enfoque estaba en Jasmine, quien seguía en el mismo lugar donde yo la había soltado. Moví mi mano para que su interés fuera a mí y que viniera hacia donde estábamos, y sus pasos lentos me hicieron entender que no confiaba todavía en mí. Ella se movía con demasiada sutileza.

      —Si, ella es...

      No pude terminar de explicarme, porque dos cuerpos se apretaron a mi costado acompañados por las risas.

      —Nos encanta ver a los dos hermanos llenarse de amor, pero no ahora. —la voz de mi mejor amiga se hizo presente cuando se apartó de mí. Su uniforme de porrista parecía ser propio de su piel, con su cabello oscuro completamente bien arreglado y la pequeña bandera del equipo en su mejilla.

      —Vinieron.

      Ambas sujetaron mi mano y asintieron.

      —No te íbamos a dejar sola en esta jungla llena de barbies.

      Cuando nuestras risas se combinaron pude sentir que volvía a sentirme cómoda, y fue hasta que caímos al suelo que me di cuenta de lo que extrañaba a mi gente, a pesar de que solo fueran unos pocos días de estar lejos.

      La tos de Ivo fue la que me hizo centrarme nuevamente en la realidad, para ver como él asentía hacia Jasmine, quien ahora miraba los dedos de sus manos pareciendo incomoda y lejana.

      Me levanté hasta llegar a Jasmine para tocar su brazo, y a pesar de sentir como se incomodó, le di una sonrisa tratando de hacerla sentir cómoda aunque no creo que eso pudiera ayudar en algo porque ahora sus mejillas estaban rosas al recibir atención de las tres personas enfrente nuestro.

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