seveenten. glances.

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RIDE, TOKIO HOTEL.
.˚ ୧ ❜ GLANCES ━━
. ࣪ ˖ ∿ tom kaulitz. ✧ ༘  ꒷ㅤ

 ✧ ༘  ꒷ㅤ

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LUISANA TAYLOR

Las personas suelen decir que las miradas dicen a gritos lo que el corazón calla. Yo no sabía si mi mirada reflejaba lo que sentía por él, aunque yo no estaba segura si mis sentimientos por él chico que tenía enfrente mío eran reales o sólo estaba muy confundida.

Somos muy jóvenes para saber si el sentimiento era real o genuino, quería saber si el sentía algo por mi o simplemente había jugado conmigo.

Tom me miró con cautela como si quisiera descubrir lo que estaba pensando.

— Luisana.

Lo mire unos segundos más antes de bajar la mirada a mis manos quienes jugaban con el borde de mi camisa en señal de nervios.

— ¿Qué? — Susurre.

— Sobre los besos — Empezó a hablar, lo interrupi, la molestia empezaba a hacerse presente en mi.

Oh, sobre los besos — Empecé a imitarlo — ¡Vienes aquí como si nada y ni siquiera tienes el descaro de disculparte por hacerme esperar una hora y media aquí!

Le recrimine, apreté mis puños con fuerza viéndolo pero el sólo se limitó o sonreír.

— No te enojes, bonita. Tuve un pequeño retraso.

— Un pequeño retraso, un pequeño retraso — Repetí sus palabras — ¡Fue bastante tiempo, idiota!

— Estas muy agresiva hoy — Se empezó a reír.

— Ni siquiera se porque estoy aquí — Me queje — Debí de haberme ido hace mucho tiempo.

— Ya, Luisana, perdóname, te prometo que no volverá a pasar — hizo un gesto para que yo hablará pero sólo me mantuve callada observándolo a él.

El sonrió y empezó a jugar con el piercing que permanecía en su labio, se veía tan jodidamente bien, la manera en que lo movia con su lengua mientras me daba una sonrisa traviesas.

Debo de dejar de pensar en esas cosas.

— Ya se que soy muy lindo — Por supuesto que su ego no podía faltar, sólo me limite a rodar los ojos — Deja de verme y habla.

— Yo no tengo nada que decir — Declaré.

— Yo si — Se relamio los labios y cambió su sonrisa a una pícara.

— ¿Así? ¿Qué cosa?

Yo podía ser demasiado obstinada más cuando se trataba de Tom.

— Debiéramos salir.

¿Qué?

Aquellas simples palabras alocaron mi cerebro, estaba procesando, parpadee repetidas veces mientras el sólo aumentaba su sonrisa y juegueteaba con su piercing.

— ¿Qué decis? — Me incline un poco más hacia el para susurrar — ¿Es broma?

— No te acerques mucho, que te beso.

Mi corazón palpito de una manera muy rápida y mis manos empezaron a rujar con el borde de mi camisa nerviosa, ¿Acaso quería matarme? ¿En qué estaba pensando?.

— ¿Quieres que lo haga? — susurró.

Me aleje de el mientras aceptaba lo que mi corazón decía, me gustaba Tom.

No, no sólo me gustaba, estaba enamorada de él, yo estaba enamorada de Tom Kaulitz.

— Ya no sigas — Pedí.

Mis ojos se cristalizaron, tal ves estaba haciendo mucho drama pero Tom, él era la primera persona de la que me había enamorado de verdad y no quería que me lastimara.

Tom tenía esa fama de mujeriego y se que en cualquier momento me cambiará por alguien más.

El se acercó y me dio la mano.

De todas aquellas manos, la suya era la única que me transmitía paz.

— Llegaste de casualidad a mi vida y ahora sólo quiero que te quedes.

Entonces el me besó y enloquecimos.

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