Capítulo 04: Donde duerme una Divaza/Sucias confesiones

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Sonaban fuertemente y todos a la vez. Por la intensidad se tendría que tratar de al menos unos diez timbres escolares regulares. Justo uno estaba situado al aula de al lado de la fiesta. Esto hizo que varios se preguntarán ¿Qué necesidad hay de tener tantos timbres en un solo colegio, y abandonado?

Entonces los altavoces comenzaron a sonar... La potente voz de Luis Chataing resonaba hasta en los lugares más minúsculos.

<< La fiesta a terminado muchachos ¡Muevan sus sudorosos y calientes culos hasta sus habitaciones! Que son, justamente, aulas. JAJAJAJA. Y no intenten nada sensual chicos, los estamos observando. Chicas y chicos separados>>.


Esteban trató por todos los medios de encontrar a Camila, pero ella ya se había retirado de la fiesta, llorando. El chico solo volvió para reclamarle a Vanessa.

- Te pasaste de pajua, no tenías por qué hablarle así a Camila.

Vanessa pareció ofendida, tenía los ojos y la boca muy abiertos.

- Agradece que te quité esa ballena de encima, Esteban-. Vanessa comenzaba a acariciarle la nuca-. Tú no debes estar con gente como esa... Debes estar con los que tienen cientos de likes, no cientos de kilos.

Ahora Esteban era el ofendido

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Ahora Esteban era el ofendido.

- Estás loca.

Y se marchó.

Esteban consiguió a Camila no muy lejos del aula de la fiesta, estaba sentada en el suelo, con los ojos húmedos y con María D' Gouveia a su lado, dándole apoyo.

- Aléjate, bestia con un millón de likes-. Advirtió María la dark.

- Quisiera hablar con Camila un momento, si me lo permites.

María seguía reprochando. Pero accedió, se levantó del suelo y se marchó. No sin antes darle un golpe a las bolas de Esteban. "Si Vanessa tuviese bolas se las golpearía. Ahora que se prepare ella" y finalmente se fue.

Esteban casi caía al suelo del dolor. Intentaba ser fuerte... Es decir, tienes a una chica llorando a tu lado, debes darle apoyo. Pero te golpearon en las pelotas, así que al diablo lo demás.

- Ese dolor es casi tan intenso como el que tengo yo, ahora.

Esteban le hizo señas para que apoyara su rostro en su hombro. Allí estaban los dos, sentados en el suelo. Llorando por dolores físicos y metafóricos.

- No debería importarte lo que opine Vanessa. Los likes afectaron su cerebro.

Camila intentó reír.

- No es solo ella, es todo. Es difícil entrar a una competencia donde tú eres la única diferente. Apesta. Jamás voy a ser como Vanessa.

- Tú no eres Vanessa, eres Camila. Ca mi la. No tienes nada que envidiarle al resto-. Comentó Esteban, y supo que había anotado un gol con esa respuesta-. Bueno, si yo fuera chica envidiaría las tetas de Génesis.

Ask me, baby.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora