Adriana se encontraba muy risueña viendo aquel programa sobre surfistas y motociclistas que cantaban y que no se les mojaba el cabello; se reía sin cesar, sola, allí en su remolque destartalado al lado de Luis Chataing. Era justo la medianoche cuando el teléfono fijo que traía su remolque comenzó a pitar. "Ring, ring".
Se apartó de su cama con su pijama estilo de los 60's y cogió el teléfono.
- Papi dime mami-. Contestó Adriana, tan graciosa como siempre.
Nadie respondió.
- ¿Aló?-. Prosiguió la chica, algo confundida. ¿Quién la llamaba a aquellas horas?
- Aún sigo aquí maldita, y sé todo lo que ocurrió-. Le respondió la voz anónima femenina.
Adriana se asustó.
- OH MY GOD ¿ALISON ERES TÚ?-. Le preguntó Adriana conmocionada-. Estás viva chama.
- No, soy Brenda-. Se presentó la chica. Adriana reconoció la voz de la maracucha al instante-. Deja a mi hombre.
Adriana colgó la llamada. "A Brenda si le gusta joder" Pensó.
Casi enseguida que colgara el teléfono, este volvió a sonar.
- Aló-. Contestó Adriana, temiendo que fuese la ladilla de Brenda de nuevo.
Nadie contestó.
Adriana escuchaba la respiración de alguien. ¿Por qué no hablaba?
- Hola Adriana-. La saludó la voz masculina que Adriana no reconocía-. Te vigilo todo el tiempo. Te tomo fotos... No sabes lo fácil que es para mí tocarte...
Adriana comenzó a asustarse.
- ¡¿Quién eres?!-. Le preguntó asustada.
- Soy Mata...-. Soltó Mata-. Ignora eso que te dije... Fue muy aterrador.
Adriana ya no estaba asustada. Era Mata, el inofensivo Mata. Ya su cara no mostraba susto, sino picardía.
- Ay Mata, tú puedes tocarme cuando quieras, como si fuese gopro-. Le respondió Adriana en tono pícaro, haciendo remolinos con las mechas de su cabello mientras hablaba.