Fue una terrible noche para todos; por un lado estaba la incesante amenaza de muerte de la mentalmente desorientada Russo, y por otro lado, la resaca ocasionada por los tragos de alcohol que trajeron los tres chiflados. Y nadie podía dormir sabiendo que tenían veinticuatro horas para descubrir la identidad de Russo antes de que alguien saliera en una bolsa negra.
Génesis tuvo una de sus peores pesadillas; estaba descendiendo hacia el sótano oscuro y frío, con su pijama de signos de dólar color fucsia. Respiraba frío. Sostenía una linterna metálica con ambas manos. Temblaba.
Allá abajo estaba Russo, mirándola fijamente detrás de su máscara de papel arrugada y vieja. Traía puesto su vestido blanco y sucio que le llegaba hasta las botas de cazador. "El juego ha terminado" le dijo Génesis. Russo sabía que estaba en una emboscada, que no podía escapar. El juego había terminado.
Génesis pisó el último escalón y contempló la bolsa de papel por última vez, porque Russo se quitó la máscara y le sonrió. Era Ivanna De Lima. Génesis estaba tan sorprendida que perdió el equilibrio.
- Sorpresa-. Le dijo Ivanna. Génesis seguía en shock.
Antes de que Génesis le pudiese responder alguien más apareció de las tinieblas y de un chasquido de dedos hizo que Ivanna desapareciera.
- Tú sabes que Russo soy yo-. Comentó Cheyi, con el traje de blanco de Russo-. Siempre lo supiste.
Génesis no sabía que responder. La cabeza comenzaba a dolerle. ¿Russo era Ivanna o Cheyi?
Pero eso no quedó allí. Ahora una nueva Russo estaba justo detrás de ella; le respiraba cerca de la nuca, con una macabra sonrisa.
- Estoy siempre a un paso delante de ti-. Comentó Paula Perich.