Una falla en el destino

Capítulo 45: El resbalón de la daga

Un capítulo tardío. Debería haber sido el sábado pasado, pero con mi cumpleaños y los exámenes finales terminé un poco preocupado. El clímax del año tres, que de hecho es el próximo capítulo, aún se publicará el próximo sábado.

He iniciado un Discord. Tengo la intención de que sea un servidor pequeño y relajado, nada lujoso o grandioso. Si tienes alguna pregunta sobre mi escritura, quieres hablar sobre mi trabajo o simplemente quieres pasar el rato, eres más que bienvenido a unirte. El enlace está en mi perfil.

Lea, revise y siéntase libre de señalar cualquier error/inconsistencia.

El próximo capítulo se publicará el próximo sábado.

Harry Potter: un error en el destino

La más negra de las noches

XVII. La daga se desliza

Algo se agitó. Harry observó cómo una sombra se abría paso a través de los huecos de las cortinas, bloqueando la luz dorada que se filtraba de la cabaña de Hagrid. Una mano del tamaño de un plato de comida se acercó a las ventanas y cerró las cortinas. Las brasas brillantes desaparecieron de la vista.

"Saturno está aquí". Daphne golpeó la hoja de pergamino que estaba entre ellos, "Márcalo, ¿quieres?"

Harry asintió, jugueteando con la pluma en su mano.

Era, por una vez, una noche sin nubes. Estrellas brillantes brillaron en el cielo nocturno, titilando alegremente. Con sus telescopios encantados, los estudiantes de tercer año pudieron distinguir incluso los detalles más finos de las muchas estrellas y planetas:

No es que quieras. Algunos son un poco demasiado brillantes para mi gusto.

"Harry", Daphne tomó su mano, punteando el lugar en el pergamino que había tocado antes, "Presta atención".

"Correcto. Lo siento."

Harry bajó la mirada de las luces parpadeantes del cielo, marcando apresuradamente el pergamino. Una gran criatura plumosa yacía justo afuera de la cabaña de Hagrid. Harry vio como su pecho subía y bajaba lentamente, frunciendo el ceño ligeramente.

"¡Tienes quince minutos!" llamó la profesora Sinistra mientras deambulaba por la torre, "¡Será mejor que termines todo lo que puedas!"

Harry apartó los ojos del hipogrifo dormido. Se obligó a mirar más allá de las capas andrajosas que flotaban a lo largo del borde del Bosque Prohibido, solo para encontrarse cara a cara con nada menos que Daphne Greengrass. Su cabello, como de costumbre, estaba atado en una delicada trenza, sus ojos helados casi brillaban como las estrellas. Ella lo observó atentamente, bajando la pluma y apartando el telescopio a un lado.

"¿Estás bien?"

Harry pensó por un momento.

"No."

Sus cejas se juntaron. Harry escuchó sus dedos golpeando con incertidumbre encima de la mesa junto a ellos.

"Los Dementores no te están afectando desde aquí, ¿verdad-"

"No." dijo Harry con firmeza. "Ya no son un problema".

Dafne lo miró fijamente. Después de algún tiempo, sus labios se curvaron en una suave sonrisa.

"Sabía que lo conseguirías, al final". su sonrisa se desvaneció, "¿Qué es entonces?"

Harry se encogió de hombros.

"No sé." murmuró, "No estoy muy seguro".

Su enfoque vagó, volviendo lentamente a Buckbeak. Daphne siguió su mirada.